5.

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     De camino al hotel, abro la tableta e introduzco en el buscador el nombre de Isabel Castillo, no puedo quitarme esa  maldita sensación de que hay algo que no recuerdo, como una picazón  que no puedo dejar de rascar. No hubo que buscar mucho, enseguida el buscador me derivó a la fundación "Victoria", un centro donde trabajan con personas de distintos ámbitos con bajos recursos, ayudan y dan tránsito a mujeres con hijos que sufrieron violencia , hay una escuela dentro de la fundación, para niños que esperan un hogar y los hijos de mujeres maltratadas, manejas unos edificios dando albergue. Albergues que fueron construidos por las constructora, la fundación Victoria, es llamada así en homenaje a Victoria Castillo, fallecida durante aun ataque sufrido mientras viajaba junto a su esposo, Ernesto Castillo.

       Lo recuerdo, Isabel tenía unos quince años cuando eso sucedió, mi padre la trajo a casa durante todo un verano porque necesitaba un lugar seguro donde estar hasta que las cosas se calmaran, habían pasado semanas desde que enterramos a mi madre, mientras tanto mi padre se paseaba por ahí con su secretaria, Remi salía adelante y yo...bueno, yo empezaba a alejarme de todo aquello que tuviera que ver con mi familia poco a poco, me juntaba con otros chicos de mi edad, intentaba olvidarlo todo, chicas, alcohol. Darren me recuerda a esa etapa de mi vida, en donde buscaba despegarme del mundo que me rodeaba en aquel entonces, pero con la diferencia que yo imponía mi propio límite, en cambio, Darren, cada día más esta fuera de control, esta traspasando los límites, pero eso pronto se acabará.

Al llegar al hotel me encuentro con Hugh en el lobby.

-Señor Mason.

Nico y Wallace están detrás de mi.

-Hugh, ¿sucedió algo?.

-Su padre desea verlo-me dice.

 Sonrió por dentro. Al llegar al hospital, la gente que custodia el pasillo a la habitación de mi padre se hacen a un lado para darnos el paso.

-Esperen aquí-les digo a mis dos hombres de confianza.

-Si jefe.

    Entro a la habitación, no veo a Johan, mi padre esta solo, con la televisión encendida con la película del padrino en un canal.

-Dicen que la ficción no tiene similitudes con la realidad, patrañas, se acerca mucho a eso.

-A lo mejor, pero sin toda esa puesta en escena.

-Acepto tu trato-me dice directamente sin despegar la mirada de la pantalla.

-¿Aceptas?.

Voltea.

-Toma mi lugar, hasta que me recupere, hazte cargo de todo, déjame manejar el juicio a mi, hablé con los abogados, pedirán un aplazamiento por enfermedad, no podré ir a declarar hasta que este totalmente recuperado, pero la investigación seguirá su curso, así que no me queda otra que soportar al fiscal Arlan fastidiándome.

-¿Estás seguro de lo que quieres hacer?, por que si me hago cargo, empezaré a limpiar el lugar, comenzando con la familia.

Mi padre levanta la mirada.

-¿De que hablas?. 

-Hablo de Darren, ese hijo tuyo esta dando mala imagen a la compañía- me siento en el sillón cerca de su cama, cruzo una pierna delante de la otra-, me refiero a sus malos hábitos- la boca de mi padre forma un rictus severo-, corre con la marca de nuestra compañía pegado a su auto de competición, sale en las revistas y en los portales, con mujeres distintas, lo filman alcoholizado a la salida de algún club, se pelea con los periodistas, ¿quieres que sigan enumerando?- levanto una ceja- por no mencionar el detalle de que ya lo hubieran expulsado de las competiciones sino fuera porque pagaste para que no lo echaran.

IMPERIO  (EDITANDO*)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora