18.

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¡Dios mío!, ¡él lo sabe!.

Mi corazón se acelera y me aparto de él con rapidez.

¿Qué he hecho?.

-No, no, no, esto esta mal-busco mi vestido con y corro al baño a encerrarme.

-Isabel.

-¿Por dios que hice?.

-Isabel abre la puerta.

Su tono de voz cambia del tranquilo  al modo gruñón en dos segundos.

-Isabel si no abres tiraré a bajo la puerta-me amenaza.

-¡Solo déjame en paz Dalton!-alzo la voz mientras me visto apresurada y me siento en la tapa del inodoro a hiperventilar.

La puerta se abre de golpe y él entra, sus ojos destilan enojo.

-¿Estás loco?, acabas de patear la puerta-digo pasmada.

Sigue desnudo pero a él no parece importarle si quiera.

-¿Se puede saber que mierda te sucede?-alza su mentón.

Siento que estoy a punto de estallar.

No lo puedo soportar más, me levanto.

-¡Soy una idiota por volver a caer en tu juego lujurioso, eso me pasa!-alzo la voz y le clavo la punta de mi dedo índice en su pecho- por que eres de los sujetos que solo tienen sexo con una chica virgen para gozar del momento y luego largarse sin mirar atrás- Dalton retrocede, mientras continuo con mis embates-. Tu maldito desgraciado lo sabias, lo supiste todo este tiempo y te burlaste de mi-le doy un empujón.

-Isabel, basta-me dice.

-¡No Dalton basta tú!, eres un cretino-escupo llena de rabia-. Me prometí que no iba a ceder ante ti pero mírame como una estúpida vuelvo a caer, ¡te odio!.

Sujeta mis manos y tira de mi, hasta abrazarme contra su pecho.

Dejo escapar un sollozo.

-Ya-acaricia mi cabello y me deposita un beso casto en mi cabeza.

-Lo volviste a hacer-mis lagrimas caen.

Lloro contra su torso con sus brazos alrededor de mi, no hace nada por alejarme por el contrario se queda así por varios minutos mientras lloro. Me toma en brazos.

-¿Qué estás haciendo?.

No dice nada y me deposita en la cama, aparta las mantas y me cubre con ella.

-Ahora vuelvo.

Me abrazo a la almohada sintiéndome patética.

    Al cabo de unos minutos Dalton esta de regreso, se puso un pantalón de dormir y una camiseta, entra a la cama conmigo, pega su cuerpo a mi espalda para abrazarme, sus labios rozan mi nuca, espere por varios minutos.

-¿Cómo lo recordaste?.

No sabía si ya estaba dormido o no, pero al parecer no lo estaba.

-Cuando dijiste que algo había pasado entre nosotros, estaba borracho Isabel, no drogado, se atar cabos, además- hunde su rostro en mi nuca e inhala mi aroma-. El olor de tu piel lo recuerdo, eso no se me olvida.

-¿Cómo es posible?, estabas drogado y ebrio esa noche.

-Los recuerdos son vagos, pero recuerdo haberle hecho el amor a una chica esa noche, pero no tenía ni puta idea de que hubieras sido tú, en mi mente podía verte gemir ante mis caricias en tu piel, y ahora cuando te sentí, lo comprobé, te dije que tienes manos suaves, es algo difícil olvidar.

IMPERIO  (EDITANDO*)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora