Veintisiete

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"¿Qué es eso que nos hace  ser tan irracionales y poderosos al mismo tiempo?".



Mientras Douglas trabaja en la investigación del accidente de Isabel, Jeremy tomo la oportunidad para poder dar con el paradero de Armando Garrido, el brazo armado y derecho de Castillo en su tiempo, hasta que este asesinó a su hermano y Ernesto decidiera que  su mejor hombre se esfumara para que nadie diera con él. Cuando Isabel le habló de la libreta de su padre, su mente empezó a maquinar que allí podría estar la respuesta a su búsqueda y estaba en lo correcto, Armando vivía en una cabaña en medio del bosque, propiedad de Castillo, al menos así figuraba en los papeles del arrendamiento que Jeremy tuvo que pedir de favor a un viejo compañero de la universidad que trabaja en esos temas, no le tomo mucho poder dar con la dirección del apartado postal a donde es enviado el dinero todos los meses, un dinero que mantenía en silencio al hombre cuyas manos fueron ensuciadas en nombre de su patrón.

Ahora Jeremy estaba a pocos metros de distancia de su objetivo, apostado junto a un árbol, observaba por binoculares al hombre que le había arrebatado todo cuanto quería en su vida, él podía ser un desastre de persona, pero Ryan era el único que se preocupaba en ponerle los puntos cuando estaba hundido en su propio mundo, las drogas y alcohol solo eran el escape que necesitaba, sin madre ni padre que se preocuparan por ellos, Ryan había tomado el control del barrio y ocupado el lugar por ambos progenitores, Jeremy, admiraba a su hermano, para él Ryan era como una especie de héroe, todo el mundo le temía y respetaba al mismo tiempo. Hasta que un día apareció Ernesto Castillo y todo en su vida fue destruido. 

Su objetivo estaba tan cerca. . . que lo único que lo separaba era el pequeño lago frente a la cabaña, la paciencia es una virtud y Jeremy sabía que debía esperar, era solo cuestión de horas para terminar con quien había venido a buscar, solo así una parte de su alma se sentiría en paz, cerró el puño a un costado aprontándolo con fuerza, se lo había prometido a su hermano en la muerte y lo cumpliría. Su teléfono vibró en el bolsillo de su chaqueta de cuero.

-Dime.

-¿Interrumpo?.

Douglas.

-No, para nada-contesta sin apartar la mirada de la cabaña-,¿que tienes para mi?.

-El perito acaba de enviarme su informe, el auto de Isabel Mason fue manipulado.

Jeremy frunció el ceño.

-¿Quiere decir que intentaron matarla?.

-Me temo que alguien cortó los frenos de su coche, por eso el arrastre de las yantas en el asfalto, Isabel volanteo intentando controlar el vehículo. . . 

-Pero no puedo hacerlo y volcó.

-Así es, iré al hospital a hablar con el esposo a ver que es lo me dice, esto me huele raro.

-No me extrañaría que Dalton estuviera involucrado, ha estado moviendo las fichas y por lo que se, la mesa de los socios no esta nada contenta con él-plantea al recordar que intentaron asesinarlo cuando estaba reunidos la última vez.

-¿Quieres decir que posiblemente uno de esos tíos pudo enviarle un mensaje?.

-Puede o quizás quisieron darle un susto, quién sabe, centrémonos en que Isabel es la victima en todo esto, habla con Mason, pínchalo un poco a ver como reacciona.

Douglas río entre dientes.

-Por supuesto, aunque tendré que pasar la barrera de gorilas que se instaló en el ala donde esta internada.

IMPERIO  (EDITANDO*)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora