Un encuentro, una gala y unos ojos que la hechizaron... pero el tiempo es inclemente o eso es lo que ella se dice, no ha tenido una relación sentimental, no tiene tiempo para cosas banales, como lo es el amor, en encontrar a una persona para compart...
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Retomo lo que iba hacer antes de entrar al ascensor, llamar a Raymond. Marco su número y al tercer pitido contesta.
- Schatzi - su voz suena tan sexual y ardiente, que me saca una sonrisa de inmediato.
- Ciao Ray, ¿estás ocupado? - le pregunto.
- Para ti nunca estoy ocupado – contesta - me extraña tu llamada.
- Me desocupe temprano, ¿cómo estás?
- Ahora que escucho tu voz, mucho mejor – esas cosas de él me encantan - tu como estas, como te fue hoy.
- Estoy maravillosa, me fue más que bien. Solo hacía mucho sol y tengo un poco de dolor de cabeza, me siento en solada. - riño como niña pequeña.
- ¿Te pusiste protección solar? – pregunta.
- Claro que sí. No estoy quemada ni nada – parezco una quinceañera, actuando de esta manera, busco mi habitación para entrar. Estoy hablando en medio pasillo.
- Me alegra saberlo schnucki, ¿estas cansada?
- Algo cansada – murmuro- falta poco para vernos.
Cuando entro a la habitación Elena estaba ahí, le sonrió.
- Te desaparecisteis – le digo y me siento en el sofá más cercano.
- El sol me tenía mal – responde.
Raymond está diciendo algunas cosas, que no entiendo.
- Esta ahí – dice.
- Si, te escucho. Que decías. – respondo.
- Te decía, que voy a ir el próximo fin de semana a Nueva York, ¿vas a estar en la ciudad? – pregunta, él en estos momentos está en Seattle.
- Sí, creo que estaré.
- Vamos a poder tener nuestra cita real – sonrió, Elena me mira extrañada.
- ¿Dónde me vas a llevar? – pregunto.
- Donde quieres ir – dice él.
Lo pienso, mejor que yo escoja el lugar.
- Yo escojo el lugar te parece- propongo, mejor a lo seguro.
- Me parece bien – responde - Chiara te dejo, voy a entrar a una reunión. Te llamo luego.
- Bueno – le dijo.
- Adiós schnucki. – se despide.
- Adiós – digo y dejo el celular a un lado.
- Esa cara de boba, no me gusta para nada. ¿Con quién te vas a ver? – pregunta Elena.
