Un encuentro, una gala y unos ojos que la hechizaron... pero el tiempo es inclemente o eso es lo que ella se dice, no ha tenido una relación sentimental, no tiene tiempo para cosas banales, como lo es el amor, en encontrar a una persona para compart...
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Suaves y cariñosas, dulces y largas, así eran las caricias de Raymond sobre mi piel cuando desperté. Cambió de postura y me acurrucó contra él, contra su cuerpo caliente.
- ¿Te he despertado?
- Ummm... sí –le respondió.
- Lo siento – dijo él en un susurro antes de darme un beso en la curva del hombro, para después bajar con la boca hasta su pecho.
- No importa –respondí poniéndome tensa al notar que Raymond seguía bajando más. Separó las piernas y él enterró la cabeza entre sus muslos, la acarició con la lengua y ella recordó lo que había pensado justo antes de quedarse dormida.
No sabía cuánto había extrañado sus caricias. Había cosas mucho peores en la vida que tener una aventura con un hombre que le hacía sentirse el centro de su universo, no importaba lo que las personas a su alrededor opinaran sobre ese romance. Dejo de pensar. Se concentro en el momento, en las caricias y dejarse llevar.
Después de su sesión de sexo mañanero, desayunaron en la cama. Raymond se alisto y se fue al trabajo, diciendo que llegaría temprano. En cambio, yo me quedo un buen rato acostada y me que dormida. Me desperté a la hora del almuerzo, me di un baño y me puse el mismo vestido de anoche, sin ropa interior. Frederick el mayordomo y cocinero de Raymond me hizo el almuerzo.
Regreso a su apartamento a recoger sus pertenencias para ir a casa de Raymond, solo lo más necesario, no sé cuánto tiempo voy a estar allí, unas semanas o los tal vez los dos meses que tengo pensado quedarme. traje poco equipaje, pero aquí en Nueva York tengo mi segundo armario, bien equipado con prendas que todavía traían etiqueta.
Guardo sus cosas en dos grades bolsos. Que pensara el cuándo vea todo lo que llevo, pensara que me quiero mudar con él o algo por el estilo. Fue el quien me invito a su casa para tenerme cerca, no fue idea mía.
Su equipaje si que era voluminoso, lo necesario para Chiara era de todo un poco. Llevaba ropa para toda ocasión. Tampoco pensaba que estaría con mucha ropa.
Estaba segura, que pasaría más tiempo en la cama desnuda, que cualquiera otra cosa. Tiene muchos planes con Raymond, como salir a comer a restaurantes, ir a bailar o asistir alguna fiesta. Quería tener una muy buena vida nocturna, sí que la tendría, pero no como ella especulaba y no se quejaba de cómo serian sus noches.