Un encuentro, una gala y unos ojos que la hechizaron... pero el tiempo es inclemente o eso es lo que ella se dice, no ha tenido una relación sentimental, no tiene tiempo para cosas banales, como lo es el amor, en encontrar a una persona para compart...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sólo sé que la vida es un lío y las relaciones son complicadas, pero que se yo. No he tenido ninguna en la vida y creo que esto que tengo con Raymond acerté en el nombre.
Esta no, relación que tengo es complicada, y siempre elegimos lo complicado para nuestras vidas, es masoquismo o no sé qué. Cuando comenzamos una relación que está condenada al fracaso desde el inicio, pensamos que no durara y la terminaríamos fácilmente. Pero la seguimos inconscientemente.
- ¿Me vas a decir que paso en Mónaco? – dijo utilizando un tono fuerte, que preguntón es este hombre.
- Me estas preguntando o me estas exigiendo que te diga. Y para que decirte, si sabes muy bien que paso.
No tengo duda de que sabe lo que paso en mi viaje, prácticamente me ha dicho en cara muchas cosas. No sé realmente porque me dejo hacer esas escenas de celos. No somos nada, solo nos acostamos, nada le da el derecho de pedir explicaciones. Yo no le pido explicaciones de lo que él hace.
- Es una pregunta – dice - una parte si la podría saber, pero la otra no – fruño el ceño y lo miró fijamente.
- ¿Qué parte no sabes? – le pregunto intrigada – me he dado de cuenta, que sabes todo lo que hago. Y siempre me reclamas por lo que supuestamente hice.
- No te reclamo.
- Si reclamas, querido esposo – lo último se lo dije con mi característico tono irónico. Porque eso es lo que parece con tanto reclamo, un esposo celoso y amargado.
- Querida esposa, será tu imaginación – lo miro mal, será su imaginación que ya está que colapsa de tantas películas que se inventa - lo que no se, es que hacías con ese tipo.
- Ese tipo se llama Nick sucllen nos encontramos y fuimos a un restaurante a comer, que hay de malo en eso – es mi turno de reprocharle - él es mi amigo.
- Tu amigo –su tono no me gusta nada.
- Te digo algo - no espero que el responda - te vas a quedar loco, por estar prestándole atención a lo que dice la prensa.
- La locura es un genio – como el de la lámpara, pienso. - qué me dices del yate.
- Era domingo, salimos a pasear no hice nada malo. – exclamo frustrada.
- Qué suerte - dice entre dientes, ahora está siendo sarcástico lo que me faltaba.
- Estaba en Mónaco por dios, como estando allí y no salir a pasear en yate.
Raymond es un tipo hermoso, cuando uno le dice a un hombre hermoso, es que es ya otro nivel de belleza, es un hombre que atrapa, enloquece y tiene un aura misteriosa atrayente.
Hay una fuerte atracción entre nosotros, la pasamos bien en la cama y fuera de ella. Él es un hombre que no quiere compromisos. Yo no los estoy buscando, no los quiero y no puedo tenerlos. Mi trabajo no me da tiempo para tener una relación estable. Raymond era el candidato perfecto para ese puesto, no busca más, de lo que yo estaba dispuesta a dar. Solo acostarnos y pasarla bien, cuando mi agenda diera el espacio o él sacara el tiempo para ir donde estaba. Era el hombre adecuando para tener una aventura de entre tiempo. Ahora se está volviendo controlador y posesivo. Está dando señales de querer más y realmente no puedo con eso.