Un encuentro, una gala y unos ojos que la hechizaron... pero el tiempo es inclemente o eso es lo que ella se dice, no ha tenido una relación sentimental, no tiene tiempo para cosas banales, como lo es el amor, en encontrar a una persona para compart...
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- En el mundo no hay nada fácil- dice ella- todo es esfuerzo y dedicación. Las relaciones son para dedicarse y que cada una de las partes aporte – viéndolo desde ese ángulo tiene sentido.
No he aportado nada de mi para que mí, no relación con Raymond funcione. Él si se ha esforzado.
- Se llama Raymond, él hombre con el que estoy saliendo- digo y mi madre me mira interesada- no tenemos una etiqueta sabes, solo nos acostamos y él se pone celoso cuando ve alguna foto mía con otro hombre rondando en la prensa.
- Interesante nombre, ¿desde cuando salen? - se pone pensativa- en los últimos meses has viajado mucho.
- Hace cuatro meses y acostarnos dos – confieso, no creía que estuviera hablando de esto con mi madre- él va donde estoy. Saca su tiempo para verme, es atento y detallista.
- Pero es celoso- murmura- nada es perfecto, todos son unos inseguros y más con tu trabajo, a ellos no les gusta que se exhiban fotos mostrando de más. Cuantas peleas tuve yo con hombre, por esa razón, que salía medio desnuda en alguna campaña.
No le puede contestar ya que Sabrina entro gritando al estudio, aclamando la atención de su madre. Salimos las tres del estudio y voy en busca de mi bolso, desde que llegue no lo he visto. Cuando lo encuentro cojo mi celular, tengo algunas llamada perdidas y un mensaje de Raymond.
Raymond
Podemos vernos esta noche para hablar.
Le respondo con un simple ok.
Pasar todo el día con mis hermanas y mi madre fue maravilloso, no me quería ir, pero como tenía que viajar en la mañana y verme con Raymond lo hizo imposible. Mi madre me abraza y me habla al oído.
- Hay veces que tenemos que dejarnos llevar y sufrir las consecuencias de nuestros actos, disfruta el momento. Eres como tu padre, demasiado cautelosa, vive la vida al límite- me da un beso en la mejilla y me sonríe – te quiero, cuídate y espero tu llamada.
- Un bourbon- escucho que dice una voz con acento, fuerte y tan varonil. Que me saca de mis pensamientos y dejo de mirar a Raymond con cara de retrasada mental - me acompañas, Chiara.
Cuando no estoy enojada con él y estoy de buenas, me lo quedo mirando como boba.
Pensé que Raymond, se había ido para Nueva york. Y su mensaje me sorprendió mucho. Hace unos minutos llegamos a un restaurante-bar. Y nos sentamos en la barra.
- Disculpa – él sonríe, que bella sonrisa tiene.
A Raymond lo veo muy lindo, cuando no está enojado. En cambio, cuando esta. sereno y neutro, Lo admiro demasiado. Pero enojado me cabrea y no lo admiro tanto, pero enojado se ve muy guapo.
- Que si me acompañas con un trago- esa voz ronca que él tiene. Me pone los pelos de punta.
Hoy esta calmado, risueño y muy sereno. Cosa que es raro de ver en él, ya que últimamente esta todo gruñón y se enfada con todo.
