14. Cleo

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Hola! Buen inicio de semana a todos!

Espero estén bien y tomando los cuidados debidos para protegerse. Podemos salvar el mundo quedándonos en casa leyendo, me parece un buen trato. Y en serio espero que esta historia por más apresurada que esté escrita les esté ayudando a pasar un buen rato y olvidarse de la situación fuera.

Como siempre, no se olviden de votar y comentar al final del cap! Siempre paso un buen rato leyéndolos y mi ego literario se los agradece. 

Mi pregunta esta vez es más divertida: A quién de nuestros criminales le pedirían un favor y qué sería?

Xoxo,

Sofi

***

Viajar con Siri casi la había dejado sorda, tal vez porque la chica nunca antes se había montado en una motocicleta y se había pasado todo el trayecto gritando como en las películas. El punto positivo era que, para el momento en que Cleo se detuvo de regreso en la casa, la chica estaba sin voz. Siri intentó hablar, pero de sus labios solo salía un sonido ronco indistinguible. Cleo casi creyó que los dioses le habrían respondido su desesperado pedido durante el viaje para callarla.

La joven intentaba decirle algo, Cleo solo podía pensar en regresar a su habitación a escuchar música. No deseaba ser así, Siri no se lo merecía, pero no había tenido el mejor de los ánimos desde la fiesta. Quiso culpar a Dorant, o la insoportable pelirroja con lo que había insinuado, o el haber tenido que conducir casi dos horas de ida y de regreso por algo tan corto. Sabía la verdad. Estaba frustrada con ella misma.

Siri la alcanzó antes que cogiera el ascensor y picó con su dedo repetidas veces su hombro hasta que ella giró para enfrentarla. La chica le ofreció una de sus más grandes sonrisas, su maquillaje todo corrido. Cogió del interior de su sudadera un pedazo de papel doblado y se lo entregó. Cleo lo observó sin comprender. Lo desdobló, comprendiendo incluso menos la extraña forma, hasta terminar descubriendo una arrugada corona de papel dorado.

La otra chica abrió la boca para intentar hablar sin resultado. Se enfurruñó enseguida por su fracaso, antes de levantar un dedo y sonreír al tener una idea. Cogió su móvil y escribió algo rápidamente. Cleo escuchó su propio teléfono sonar y lo sacó de su bolsillo para ver que había recibido un mensaje de ella. Predecible. As le había entregado ese móvil para comunicarse cuando había aceptado formar parte, debió haber revisado la agenda al menos.

Se rindió y abrió el texto.

TODA CHICA MERECE SU CORONA!!!!

Miró a Siri sin comprender del todo, pero la joven le mostró sus dos pulgares arriba y todos sus dientes al sonreír. Cleo suspiró. Cedió al darse vuelta y colocarse la arrugada corona de papel sobre su cabeza. Escuchó a Siri aplaudir a sus espaldas, pero no le dio importancia al entrar sola al ascensor.

Karma. Siempre había creído que existía. Tal vez al ver tanto desesperado dolor en el rostro de su padre por intentar cumplir bien su papel con ella, o su abuelo al decirle que los daños materiales poco importaban contra las heridas internas. El verdadero mal era el herir a otro, de un modo que su cuerpo jamás podría sanar. Romper aquello sin forma ni tamaño, y que ninguna medicina recuperaría. ¿Entonces qué le costaba aceptar una tonta corona de papel y hacer feliz a Siri, en vez de romper su alegría al rechazarla?

Jugueteó con el móvil entre sus manos, su dedo vacilando sobre la opción de borrar mensaje o no. Socios, no equipo. Sin relaciones, sin ligaduras, solo Nobody. Era fácil evitarlo trabajando sola, era sencillo intentar mantenerse a un lado con equipos más adultos y distantes como ella. Era simple recordárselo cuando el otro era una amenaza.

Cinco de OrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora