Cinco de Oros

26. Houdini

Hola!

Buen martes a todos. Mi lunes ha sido horrible, pero espero eso no marque el resto de mi semana. Al menos pude terminar de leer el libro que tenía entre manos, y después de unos días sin voluntad, retomar la escritura de Cinco de Oros (espero terminarlo en julio). 

Pueden pasarse por el instagram SofiDalesioBooks para todo tipo de actividades. Durante el fin de semana hicieron un juego de adivina el personaje, y hay unos videos muy humillantes míos intentando (y a veces fallando) adivinar mis propios personajes. ¡Pero tuvimos un ganador! Así que felicitaciones a Peripatet por su gran logro, y muchas gracias a la cuanta de instagram Kingdomofdalesist por haber organizado el juego. 

Como siempre, no se olviden de votar y comentar al final!

Y la pregunta de hoy es simple: quién creen que será el próximo cameo?

Xoxo,

Sofi

***

No había creído que sería tan malo.

En todos los escenarios que había imaginado, jamás había pensado que uno de ellos podría salir gravemente herido. Nunca antes algo así le había sucedido. Tal vez porque hasta entonces nunca antes se había involucrado directamente en un golpe. Siempre había sido sobre vender planos y estrategia, quizás un poco de asistencia a distancia, pero jamás trato directo con los involucrados ni ser parte del trabajo.

Ahora no podía quitarse la imagen de Cleo completamente ensangrentada e inconsciente de su cabeza. Ella no había estado bien. Houdini lo había sabido desde el momento en que había visto a Hermes perder su calma. Por una noche, toda la operación había estado en juego. Por una vez, él había temido estar mirando a la muerte a los ojos.

Todavía no había visto morir a nadie en su presencia. Sabía que con su estilo de vida sería inevitable, pero prefería seguir pateando ese asunto cuanto pudiera. No le deseaba la muerte a nadie. Ciertamente no a una chica joven como Cleo. Ella podía sonreír y mostrarse dura, pero Houdini no podía imaginarla haciendo daño.

Sentado en un banco en Hyde Park, solo podía luchar por intentar borrar esa imagen de su mente. El delgado cuerpo de Cleo en la parte de atrás del vehículo. Hermes gritándole que se mantuviera despierta. Siri llorando al verla. As despeinado dando órdenes. Y Cleo no había despertado. No cuando la habían dejado en su dormitorio, ni cuando la médica había partido diciendo que no tendría ninguna secuela grave, mucho menos cuando Houdini se había pasado esa mañana para alcanzarle el desayuno solo para que Hermes lo echara con una mirada que él no se había atrevido a desafiar.

Y todavía debía planear el escape del robo. ¿Pero cómo hacerlo cuando su mente seguía regresando a Cleo? No debería haberla visto. Planear siempre había sido sencillo, como jugar al monopoly. Los involucrados no eran más que piezas de un tablero, desconocidos que le pagaban por un simple servicio. Si se equivocaba, lo peor podía ser una mala reseña. ¿Pero ahora que se había visto frente a frente con la realidad?

Un error de cálculo, y podría matar a Cleo o a Hermes.

Eso no sería correcto. Ambos le caían bien. Y temía tanto matarlos por error, como lo que el otro pudiera hacerle si él le costaba la vida a alguno. Era evidente que Hermes no andaba de buen humor, y Houdini lo había escuchado discutir con As esa mañana. La situación no había estado como para permanecer allí.

Había creído que el otro joven no tenía corazón, ahora no podía dejar de pensar en que quizás se había equivocado rotundamente y era todo lo opuesto. Se esforzaba demasiado por pretender que nada le importaba, como para quizás ser al contrario. Y al menos durante el viaje de regreso la noche anterior, el personaje de Hermes se había roto completamente. Se pasaba el rato molestando y provocando a Cleo, pero era evidente que no era una adversaria que deseara perder.