20. As

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Feliz viernes!

Tenemos un live en instagram el día de hoy, pueden encontrar la cuenta atrás en las stories de SofiDalesioBooks para saber a qué hora será en su país. Y esta semana hemos elegido una Cleo allí. Sin contar los memes en el grupo de Facebook, la trivia de Nina Loksonn, y el caos de agregar mil personas al grupo de WhatsApp. Todos los links a esto andan en mi último mensaje en el perfil de Wattpad. Wow, cuanta actividad para mis lectores. 

Hablando de la trivia de Nina Loksonn, tenemos a 3 ganadores con puntaje perfecto:

agustina19A

Anssalvatore

VickyCarolinaRomeroT

Felicidades! Admito que algunas respuestas hasta yo dudé, y se supone que escribí la historia... Muchas gracias a @AlexandraZamu por haber organizado el evento!

Como siempre, si el cap les gustó, no se olviden de votar y comentar!

Y la pregunta del día es respecto a cuál género creen que escribo mejor, es una duda que siempre tuve.

Xoxo,

Sofi

***

Su tutor solía decir que era su as bajo la manga, algo que había repetido la suficiente cantidad de veces como para que se convirtiera en su alias. No uno que hubiera escogido. Pero As no había tenido elecciones la mayor parte de su vida. No había escogido ser huérfano. No había escogido crecer en las calles. No había escogido que algún sucio y bajo criminal encontrara ventajosa su astuta mente y lo acogiera bajo su ala. Y ciertamente no había escogido su alias.

Lo cambiaría de poder, pero ya se había hecho su fama. Y en los eslabones más bajos del mundo criminal en Londres, donde todo era cuestión de matar o morir, no podía permitirse el gastar energía en algo tan tonto como cambiar un nombre. Luego de años de haber vivido sin siquiera eso, estaba dispuesto a conformarse con cualquier cosa que pudiera tomar. Y siempre había deseado más.

Su tutor podía conformarse con la habitual venta de drogas, y alguna que otra golpiza para recordar quién mandaba, pero debía haber más. As sabía que tenía que haberlo. Y lo había descubierto la primera vez que había acompañado al viejo hombre a pagar su diezmo a los verdaderos jefes de la zona.

Se había abierto sus nudillos, más de una vez, luchando con todos los demás que se encontraban tan al fondo como él, por llamar la atención de quienes estaban arriba. Cualquier cosa que le permitiera estar un paso más cerca de ese eslabón. Día tras día lo había dejado todo. Ofreciéndole a su tutor ir a hacer los pagos, prestándoles los favores que fueran necesarios a esos jefes para que recordaran su nombre, observando y aprendiendo a ser cómo ellos. Qué decir, cómo vestir, quién ser. Años de meticuloso cuidado, para lograr ser como ellos.

Los pagos se habían convertido en reuniones. Las reuniones en charlas informales. Contactos se habían compartido. Negocios se habían hecho. Oportunidades habían surgido. Y As había logrado pasar de ser el chico de los recados, a ser un invitado en la mesa.

Allí había oído el nombre de Houdini, el crío prodigio capaz de armar cualquier plan de escape efectivo y que lo vendía por un precio accesible. Así había sabido también de la subasta, porque no había sido el único en pensar en un robo, pero ningún otro había podido idear un modo. Y una noche un criminal particularmente alto en la escala se había pasado, sonriendo con diversión al querer saber en detalle cómo funcionaba esa parte del negocio como si fuera un gerente observando a sus obreros. As había mantenido su fachada a pesar de la mesa ser como un zoológico para el invitado. Pero había mencionado a un joven americano capaz de conseguir cualquier cosa con sus palabras y que conocía a todo el mundo, un encantador de serpientes lo había llamado. Y de ese modo As había conseguido el nombre de Hermes.

Cinco de OrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora