Cinco de Oros

29. Siri

Feliz viernes!

Espero estén bien, y hayan tenido una buena semana. Tengo un par de inconvenientes de horarios esta noche, así que estense atento al instagram SofiDalesioBooks para ver si habrá vivo y a qué hora (espero poder hacerlo!). Y como parece que es habitual cada fin de semana, mañana habrá otro juego en KingdomofDalesist (y esperen mis videos luego intentando y fallando en adivinar cosas que yo misma escribo).

En serio, mil gracias a todas las cuentas que hacen cosas relacionadas a mis libros: KingdomOfDalesist, AmourBright, __pulce__, dalesiofanaccount. No saben lo que me divierten y me hacen reír con sus ocurrencias, y amo tener entre mis lectores a personas tan ingeniosas y talentosas. 

Como siempre, no se olviden de votar y comentar al final!

Y la pregunta de hoy es: cuál es su escena favorita o lo que más esperan ver en los pocos capítulos que quedan?

Xoxo,

Sofi

***

As le había conseguido un bonito traje, y se estaba comportando casi como un humano, lo cual Siri le había aplaudido esa mañana. El ambiente en la mesa durante el desayuno se sentía más distendido también. Houdini lucía adorable con su prolijo aspecto de pasante, y Hermes se encontraba mejor. Siri estaba al tanto que él jamás lo reconocería, pero se había preocupado por Cleo. Como todos. O quizás un poco más también.

No pudo evitar fijarse en el lugar vacío. Sabía que Cleo se había tomado el día de ayer, algo coherente considerando por lo que había pasado. Tal vez hubiera deseado tiempo para ella. Siri lo hubiera hecho en su lugar. ¿Pero lo haría de nuevo? Cleo estaba tarde. Normalmente ella ya debería haber desayunado y estar haciendo ejercito, aunque tal vez tampoco quisiera moverse mucho considerando su estado físico.

—¿Y si fingimos un atentado? —preguntó Houdini y Siri lo miró con su absoluta atención.

—Desarrolla —murmuró As sin levantar la mirada de sus estados contables.

—Dijeron que explotar el techo durante la subasta y preguntar si podemos llevarnos las joyas sería mejor que lidiar con Ninshiki —respondió Houdini.

—No puedes solucionar un problema con hacerlo explotar —dijo As.

—¿Por qué no? —preguntó Siri con indignación.

—No podemos dañar las joyas —comentó Hermes y Siri suspiró junto con Houdini.

—Ustedes en serio son aburridos —murmuró ella.

—Tendré un plan de escape para mañana —prometió Houdini.

—Eso espero, o tendrás que dar muchas respuestas —amenazó As.

—¡Lo tengo! —aseguró el crío al instante—. ¡Solo necesito confirmar algunas cosas en el lugar!

—No le prestes atención —dijo Hermes bebiendo de su café—. Tú eres el escapista profesional y sabes mejor que él lo que haces.

Houdini lo miró como si le hubiera ofrecido su dulce favorito. Siri apenas se contuvo de chillar. Le gustaba ver a los demás llevándose bien. Quizás si fueran un buen equipo después de todo. ¿Tal vez pudiera darles su número personal para seguir en contacto? As la miró de un modo letal, como si pudiera leer sus pensamientos. ¿Y si era capaz? Solo por las dudas pensó que él debía relajarse.

—Podemos esperar por el plan de escape —agregó Siri sonriendo.

—Estará hoy, lo juro —insistió Houdini.