Día 23: Pelea

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Advertencias: Auto-lesiones, auto-desprecio, múltiples intentos de suicido. Thoke, no leas esto, que luego me lloras.

Willy entró en su casa con un suspiro pesado, había discutido con Fargan como nunca antes por culpa de lo que él pensaba que sería una travesura sin importancia, pero que enfadó al búho de sobremanera, tanto que por primera vez le vio furioso de verdad, cosa bastante difícil de ver porque el búho no era fácil de enfadar, pues era una persona risueña que quería pasárselo bien, por eso siempre trataba de mediar para apaciguar los ánimos cuando alguien se enfadaba, no le gustaban los malos rollos, quería que todos se divirtiesen juntos. Por eso fue una sorpresa que su broma le afectase tanto, nunca se esperó llegar a verle así, menos por algo que hizo él y no uno de sus compañeros, debía admitir que le dio un poco de miedo. Pero eso no era lo que le preocupaba, lo que Willy temía, la razón por la que su pecho dolía por la incertidumbre era que quizá había perdido a Fargan, su único amigo, del que llevaba enamorado desde que le conoció, para siempre.

No tuvo valor para ir a buscarle al día siguiente, así que no se volvieron a ver hasta días después en un encuentro casual en el pueblo. Fargan estaba con Alexby y Vegetta, riendo alegremente con actitud coqueta, pero en cuanto le vio, cambió su expresión a una más fría, mirándole con seriedad antes de darse la vuelta para irse. Antes de seguirle, los otros dos le lanzaron una mirada severa, juzgándole, como si le estuvieran diciendo que él se lo había buscado, que se lo merecía. Willy se quedó congelado en el sitio, una sensación fría recorriéndole todo el cuerpo, se sintió entumecido de repente, cada movimiento le resultaba incómodo, antinatural, así que se apresuró a volver a casa, sin molestarse en comprar lo que había ido a buscar al pueblo. La realidad le había golpeado de repente, ahora estaba completamente solo en Karmaland, no solo eso, era una paria, nadie le quería cerca. Se abrazó a sí mismo, la soledad carcomiéndole por dentro, creando un agujero negro en su corazón que le llenaba de angustia, ansiedad, dolor, desesperación y pensamientos negativos. Pero aún así quiso ser optimista, pensó que no podía pasar lo mismo otra vez, que eso era Karmaland, que a los dos días todos se habrían olvidado de ese incidente, que entonces él se podría disculpar en condiciones con Fargan.

El tiempo pasó, pero las cosas no mejoraron, sus compañeros seguían ignorándole incluso en las misiones, haciendo que una noche Willy llegase a su límite. Ya no podía más, todo ese asunto había abierto viejas heridas con las que llevaba cargando desde hace años mientras que al mismo tiempo creaba otras nuevas, haciéndolo imposible de soportar para cualquier ser humano. El peliblanco llenó la bañera de agua fría, después se quitó la ropa, metiéndose en ella al tiempo que se estremecía por la temperatura. Alcanzó una cuchilla de afeitar que había dejado en uno de los bordes, dispuesto a acabar con todo de una vez por todas, ya había aguantado demasiado. El agua se fue tiñendo de rojo lentamente, Willy cerró los ojos, hundiéndose al perder la consciencia, esperando no volver a despertar. Pero no tuvo en cuenta una cosa, que aquello era Karmaland, el hogar de los héroes inmortales.

El ojiverde despertó en el cártel que daba la bienvenida al pueblo boqueando, su cuerpo buscando aire instintivamente. Tardó unos segundos en calmarse y procesar lo que había pasado. Se miró las muñecas, viendo que lo único que quedaba de sus heridas era una fina marca rojiza, como si ya hubiesen cicatrizado. Abrió el chat común que usaban para comunicarse, donde también aparecían sus muertes, que rezaba: "Willyrex ha muerto ahogado" Por supuesto, debajo sus compañeros se reían de él por la muerte tan "absurda". Lo cerró con rapidez, no queriendo saber nada de nadie, pues estaba siendo presa de la desesperación, un nudo le cerraba la garganta, y estaba luchando por contener las lágrimas. Sabía lo que significaba eso, gracias a la bendición de los dioses no podría morir por mucho que lo intentase, convirtiendo su vida en un infierno sin salida, en una constante agonía sin escapatoria.

Willgan Month (#PremiosKarmaland2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora