Willgan Month (#PremiosKarmaland2020)

Día 3: Cena

Aviso de que no sé exactamente qué es esto, quise experimentar un poco a ver si conseguía transmitir lo que quería, pero no estoy muy segura de si lo he conseguido, ni siquiera sé si lo he hecho bien. Imagen sacada de google.

Advertencia: +16 , Matices Dom/Sub

La sala estaba iluminada por unas cuantas velas, la luz era apenas suficiente para ver lo que había en la mesa y al otro comensal, dejando el resto de la habitación en penumbras. Lo único que se escuchaba en aquel silencio ensordecedor era el ruido de los cubiertos al chocar entre ellos. La tensión era palpable en el ambiente, al igual que la anticipación.

Ambos comían lentamente, uno de ellos temiendo cometer algún error que desequilibrase aquella extraña situación, el otro lo hacía con calma, casi pareciendo ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor, pero mirando fijamente a la persona enfrente de él, casi sin parpadear.

Fargan se removía inquieto ante la fría e intensa mirada de Willy, que no le quitaba el ojo de encima en ningún momento. Más de una vez tuvo que beber para bajar la comida, que se le hacía bola debido al nerviosismo. No entendía muy bien que estaba pasando, aquella tarde Willy le había invitado a cenar a su casa, invitación que aceptó encantado, pero de todas las cosas que podían pasar, no se esperaba esto. Su mente iba a mil por hora, buscando razones que explicasen aquel extraño comportamiento del albino. Quizá había cometido algún error en una misión de la Hermandad y Willy quería castigarle, sí, eso era lo más probable, quizá aquella iba a ser su última cena, quizá la comida estaba envenenada y le quedaban pocos minutos de vida, eso explicaba por qué el albino no dejaba de mirarle, seguramente estaba esperando a que el veneno hiciese efecto para verle retorcerse de dolor en lo que serían sus últimos momentos de vida. Eso sería muy propio de Willy, la verdad.

Termina de comer el entrante, retirando un poco el plato y limpiándose con una servilleta, extrañado de no sentir ningún síntoma aún. El albino se levanta sin hacer ruido alguno con la elegancia de un gato, caminando tranquilamente hasta ponerse detrás del búho, que traga saliva, esperando sentir el filo de una daga contra su cuello, pero eso jamás sucede, Willy se limita a acariciar suavemente la parte de atrás de su cuello antes de recoger su plato sin decir palabra e ir a la cocina. Cuando vuelve, en lugar de dos platos, solo trae uno, su mirada más intensa si cabe que antes y con un brillo hambriento, no de comida, que antes no tenía. Fargan siente un placentero escalofrío recorrer todo su cuerpo mientras se sonroja y su boca se seca, seguía sin saber qué tenía planeado Willy, pero ahora estaba seguro de que lo iba a disfrutar. El albino vuelve a su sitio, dejando el plato en la mesa. El búho se limita a esperar con impaciente nerviosismo.

-Fargan -Llama finalmente Willy después de unos minutos más de silencio, disfrutando de ver como su acompañante se iba desesperando a medida que pasaban los segundos- Ven aquí -Obedece obedientemente, levantándose y caminando hasta ponerse al lado de la silla del albino- Siéntate -Dice, señalando el suelo. Fargan le mira algo descolocado, pero lo hace, sentándose de rodillas a los pies de la silla. Willy le acaricia el pelo cariñosamente, como si estuviese premiándole por seguir sus órdenes, a lo que el búho cierra los ojos para disfrutar de la caricia.

Willy empieza a alimentarle, a veces con el tenedor, a veces directamente de su mano, dejando que Fargan lamiese también sus dedos con deleite y devoción. Va intercalando los bocados, uno para él, uno para Fargan hasta que no queda nada en el plato.

-Eres tan bueno, Fargan -Suspira Willy, haciendo que un calorcito agradable inundase el pecho del búho al mismo tiempo que una oleada de orgullo al haberse ganado el cumplido- Quédate aquí, voy a buscar el postre

No se mueve ni un pelo, tal como le ha ordenado, queriendo complacer al albino de todas las formas en las que fuese posible. Cuando vuelve, lo hace con un bol de fresas con chocolate líquido, lo que hace que la imaginación de Fargan vuele, y que su pantalón comenzase a estar más apretado. Una vez que Willy le ofrece una de las fresas, primero lame el chocolate en el que está bañada antes de morderla, lamiendo también el chocolate y el jugo de la fruta de los dedos del albino, que inevitablemente se habían manchado. Hace lo mismo con las demás frutas que le son ofrecidas bajo la atenta mirada de su acompañante, que no puede evitar relamerse ante la sensual imagen. Una vez que Fargan se termina las fresas, Willy vuelve a hablar.

-Sobre la mesa -Ordena con voz dura, dejando claro que no aceptaría un no por respuesta- Y quítate la ropa -Dice con un tono más sensual. Se desnuda con algo de vergüenza, sentándose en la mesa inmediatamente después, esperando a que el albino le diese más instrucciones. Éste le empuja hasta que queda tumbado por completo- Tú, Fargan, serás mi postre -Le susurra con ojos brillantes.

Coge el chocolate líquido y embadurna por completo el cuerpo del búho, besando, lamiendo y mordiendo cuanta piel encuentra a su alcance mientras se come el chocolate de encima. Se toma su tiempo en los pezones del castaño, dándoles tanta atención como le es posible, haciendo que Fargan se retuerza bajo él mientras gime desesperado por el placer. Más de una vez tiene que colocar una mano en su pecho mientras le susurra "quieto" a modo de orden para tranquilizarle. Sigue comiéndose su postre de forma golosa, sin tener suficiente, aunque para ser sincero consigo mismo, jamás tenía suficiente de Fargan, hasta que no deja nada de chocolate en el cuerpo ajeno. Una vez termina, sube para besarle con intensidad mientras le sigue acariciando, aún no había terminado con él.

Bueno, espero que os haya gustado. Iba a continuar, pero estoy muy cansada, demasiado como para seguir escribiendo, quizá en un futuro lo he edite y escriba lo que falta, quien sabe.