Willgan Month (#PremiosKarmaland2020)

Día 28: Búnker

La imagen pertenece a Swtz_ee , @Swtz_ee en twitter.

Advertencia: Contenido +18 en torno al final del capítulo. Es un intento de mezcla entre sexo duro y sexo soft, así que me ha quedado un poco raro, perdón. Menores, por favor, absteneos de leer esa parte del capítulo.

Fargan había perdido la esperanza de ser correspondido hace mucho tiempo, se conformaba con ser el mejor amigo de Willy y disfrutar de los momentos juntos, era lo único que podía hacer al ser un simple beta. Los betas pertenecían a la casta más despreciada, ya que no poseían ninguna cualidad especial al contrario que los alfas y los omegas, no podían segregar feromonas conscientemente, ni tenían un olor específico que determinaría su estado de ánimo o que pudiesen emitir a placer para afectar, tanto en el buen sentido como en el malo, a otras personas, ni siquiera tenían un olfato desarrollado para poder oler feromonas o dichos olores que alfas y omegas sí poseían, eran los mas normales, por lo tanto, a los que ni alfas ni omegas querían. Fargan era consciente de todo aquello, así que sabía que Willy, un alfa de los más cotizados por ser alfa de alfas, jamás le escogería como pareja, menos aún teniendo como posibles pretendientes a Vegetta, otro alfa de alfas (las relaciones de alfa x alfa estaban aceptadas por la sociedad, al igual que las de omega x omega, mucho más que las de alfas x betas u omegas x betas, aunque a algunas personas anticuadas les seguía pareciendo una aberración), y Rubius, un omega muy respetado por todos.

Lo que no había notado Fargan era como cada vez que Willy estaba con él, esparcía su olor alrededor del beta para dejar claro que era suyo, que lo estaba cortejando, al igual que gruñía discretamente si alguien trataba de cortejar al búho cuando él estaba delante, después esa persona recibiría una visita especial del líder de la Hermandad Oscura que le quitaría las ganas de coquetear con el beta para siempre, por eso alfas, omegas e incluso betas, estos habían comprendido el mensaje al ver como nadie intentaba ligar con el búho, se habían echado para atrás en lo que a conquistar a Fargan se refería, por eso no tenía ningún pretendiente que él supiera.

Actualmente, el híbrido de búho se encontraba terminando de construir su búnker, estaba bastante orgulloso de como le estaba quedando, la verdad, esperaba que fuese lo suficientemente robusto como para resistir el impacto del meteorito. Sin embargo, al mirarlo no pudo evitar que un ramalazo de tristeza rasgase su corazón, el iba a estar solo en su búnker durante todo el tiempo que durase aquello mientras que los demás iban a estar todos acompañados; Luzu, Alexby y Auron compartían uno, Mangel y Lolito otro, y lo que más le dolía, Willy compartía búnker con Vegetta y Rubius, decidió quedarse con ellos antes que ir con él. Era lógico, jamás le pondría a él por encima de ellos, racionalmente lo entendía, pero no podía evitar que le doliese igual, por desgracia el corazón no entiende de razones. Hasta donde sabía, fue Vegetta el que le ofreció quedarse con ellos, así que le quedaba el consuelo de que no fue Willy el que les pidió cobijo, si no que simplemente aceptó la oferta. Sacudió la cabeza tratando de no pensar demasiado en ello, si se seguía aferrando así a su amor imposible al final perdería la hermosa amistad que tenía con Willy, lo perdería por completo por culpa de su egoísmo. De nuevo se puso manos a la obra para terminar cuanto antes su refugio, poniendo un par de bloques aquí y allá para tapar huecos, quitando los que estaban mal puestos, y retocando en general para que por dentro quedase un espacio que tuviese sentido. Debido a esto, apenas vio a sus amigos esos días, que también estaban ocupados con sus respectivos refugios, arreglando imperfecciones de último minuto, aunque la diferencia es que ellos sí tenían compañía que hacía más ameno el construir gracias a la conversación, las risas, la ayuda... Aunque también por el hecho de estar acompañado surgen los roces, que acaban siendo discusiones de cierta magnitud.

Terminó el búnker un día antes de que impactase el meteorito, según los cálculos de los que se hacían llamar científicos, y Fargan decidió ir al pueblo para echar un último vistazo antes de que el paisaje cambiase por completo. Le daba mucha pena que el pueblo que tanto le había dado, amigos, risas, buena compañía, probablemente fuese a desaparecer. Llegó a la plaza, mirando nostálgicamente a su alrededor, todo eso se iba a destruir. Mientras paseaba por las calles por última vez recibió una llamada, no pudo evitar ponerse nervioso al ver que era Willy. Contestó de inmediato.