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            -Lu Ge...

La voz suave de Minseok se escucha en su propio apartamento. Todo está en silencio, salvo por ese pequeño instante en el cual Minseok lo ha roto. Tumbado sobre la ancha cama, mueve su cuerpo con lentitud y se abraza al desnudo cuerpo que tiene al lado.

-Mm...

El otro cuerpo a su lado no le contesta. Continúa con los ojos cerrados, acomodado en un gratificante sueño después de toda una noche hermosa y un apasionado encuentro sexual amoroso con su pareja. Minseok sabe que Luhan tiene el sueño pesado, así que cualquier cosa que le diga en estos instantes no va a ser escuchada. Pero no le importa, porque solo necesita su compañía para sentirse mejor.

La luz del sol se filtra por la ventana logrando que, más temprano que tarde, Luhan se remueva y abra los ojos. Los cierra inmediatamente, viéndose molesto por los rayos que caen directos a su cara.

-Puto sol. -Murmura con la voz ronca. -Lo odio.

-No seas gruñón. -Comenta Minseok con una sonrisa. -Mira que te encanta gruñir por las mañanas.

En los meses que han estado juntos, Minseok y Luhan han podido observar varios hábitos y comportamientos del otro. Por ejemplo, Minseok ahora sabe que Luhan suele tener muy mal despertar. Por otro lado, Luhan ha podido descubrir que Minseok es un obseso de la limpieza y el orden.

Aunque no viven juntos, pasan el suficiente tiempo en pareja como para comenzar a comprender ciertos hábitos del otro.

-¿Cómo no voy a gruñir si me despierto por culpa del sol y con dolor de trasero? -Cuestiona, removiéndose de entre las sábanas. Minseok ríe.

-Fuiste tú el que animó a que fuera más brusco de lo normal.

-No debiste hacerme caso. -Critica.

-No era un momento en el cual mi mente estuviera funcionando decentemente. -Comenta Minseok, abrazándose a Luhan. Apoya su cabeza sobre su torso, siendo correspondido con un abrazo del chino. -Mm... me encanta estar así contigo.

-No te pongas cursi. -Bromea Luhan. Incluso si es un auténtico gruñón matutino, Minseok ha aprendido a lidiar con su carácter. Este tipo de situaciones mejoran mucho el humor de Luhan. -Pero yo también amo estar así contigo.

Están un tiempo así de relajados y amorosos, tapados apenas por una sábana que, con los movimientos, se ha bajado hasta apenas tapar por debajo de la cintura. Cierran los ojos de nuevo, sin dormirse, cuando Minseok recuerda que se han acabado las vacaciones y que hoy deben empezar el tercer – y último – trimestre del curso.

-Lu... Tenemos clases.

-Mierda.

.

.

.

-¡Cuanto tiempo! -Yixing grita mientras se acerca a Luhan, a quien da un amistoso golpe en la espalda. -¿Cómo te han ido las vacaciones? ¡Yo las he pasado genial!

-¿Viste a tus abuelos? -Cuestiona curioso. A su lado, Minseok se mantiene un poco aparte. No es que le caiga mal Yixing, no tiene nada en su contra, pero no es el tipo de persona con la cual se suele juntar. Además, es un poco estrecho de mente, así que si llega a saber lo que Luhan y él tienen, las cosas pueden ir muy mal.

-Sí, pude verlos. -Responde. -Están igual de sanos que la última vez.

-Me alegro de que se encuentren bien.

-Sí, bueno. Para la edad que tienen, están bastante bien de salud. Eso es bueno. -Dice. -¿Y tú? ¿Has hecho algo extraordinario?

Oh, sí. Se ha pasado todas las vacaciones en el piso de Minseok. Esa semana ha dado para mucho. Ha podido comprobar sus nulas habilidades para la cocina – y caso intoxica a Minseok –, ha podido probar la comida de Minseok – la cual está deliciosa, por cierto –; por si fuera poco, han podido tener muchas salidas. Han ido al cine, a jugar fútbol con los vecinos, a tomar café todas las mañanas al bar de la esquina e incluso a un concierto de un grupo de rap que ambos adoran.

-Sí, bueno. -Contesta. -He ido a un concierto. Con Minseok.

-¿Sí? -Yixing los mira. -Es curioso como ahora sois tan amigos. -Dice sin maldad. -Me alegra que se os vea tan amigos. Luhan es un poco antisocial.

-¡¿Qué dices loco!? ¡Tengo más amigos que tú!

-¡Era broma! -Dice el más alto entre risas. Minseok no puede evitar reír también. Luhan rueda los ojos.

-Anda, Minseok y yo nos vamos a clases. -Se despide Luhan. -Nos vemos después, amigo.

-Claro, que tenemos que ponernos al día.

Los dos capitanes del equipo de fútbol se despiden con la mano de un Yixing que se marcha corriendo, en busca de no llegar tarde a clases. Ellos giran hacia el otro lado, totalmente contrario al camino que ha tomado Yixing. Aunque no comparten todas las clases, tienen la oportunidad de hacer clases comunes. Minseok y Luhan tienen suerte de poder compartir, al menos, cuatro asignaturas distintas.

-Voy al baño un momento. -Dice Minseok de repente. -¿Vienes?

Algo en la mirada que el mayor le dedica hace que Luhan sonría y asiente. Se meten en el baño de hombres y, de repente, el capitán lo mete en uno de los pocos cubículos, empotrándolo contra la pared. Entonces, junta sus labios contra los del chino, quién corresponde sin dudarlo un poco.

-Ahora sí. -Susurra. -Ahora tengo energía para estudiar.

-Siempre tienes excusa para empujarme, Baozi.

Con amor, Luhan - XiuHan / LuMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora