12. Jotain uutta.

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He pensado en todas las posibilidades de lo que Ferdinand y yo podíamos ser. Desde vampiros hasta elfos, no lo puedo creer todavía. Ferdinand reaccionó más rápido que yo y me llevo al café, yo seguía estupefacta y viviendo en bucle mis sueños, tratando de encontrar una pista, un detalle que haya pasado en alto; algo que me dé pistas. Antes creía que sentir emociones era algo imposible, conocí a Ferdinand y empecé a sentir poco a poco y eso se me hizo imposible, pero pasó y ahora conocí a Íride y resulta que nada es imposible en mi extraña vida, si es que estoy viva.

-Te ves terrible, Hazel. –dijo Fer con una media sonrisa.

Ferdinand sabe cómo controlar sus emociones.

- ¿Capacidad de dejar a los humanos? –pregunte en voz baja.

-Lo piensas mucho, Hazel. –dijo Fer suspirando.

-Lo siento, pero no quiero dejar atrás a Turku; a los Tuuli, a Lu y Onni, a ti. –dije con lágrimas (al parecer desde que puedo llorar, no dejo de hacerlo)

-Nada me alejara de ti, Hazel. –dijo Fer pasándome una servilleta.

- ¿Cómo estas tan seguro de eso? –dije mirándolo.

- Porque estamos juntos en esto. –contesto Fer.

-Fer, vamos a ver a Íride. –dije levantándome.

- ¡No es de noche! –dijo Fer siguiéndome el paso.

-No me importa, entre más tiempo pasa, más lo pienso. Voy a explotar. –dije sin detenerme.

-Eres un caso. –dijo Fer.

Fuimos en el carro de la madre de Ferdinand, hacia esa locación; estaba alejada de nuestro lado, pero se ubicaba en el centro de Turku.

Durante el recorrido, miraba hacia la ventana, pensando en todo lo que no quiero dejar atrás.

- ¿Sigues pensando en eso? –dijo Fer.

-Parece que no te importa perder todo lo que tienes en Turku. –dije en seco.

-Hey, hay una diferencia entre, guardar la calma; que es eso lo que estoy tratando de hacer y alterarme con teorías, que es lo que tú estás haciendo. –dijo sabiamente.

Pero no puedo dejar de crear preguntas sin respuestas. He soñado con cosas que no tenían sentido, pero ahora parece que todo ese desastre es real y tiene que ver no solo conmigo. ¿Es posible, que de tanto buscarles sentido a mis sueños, los he vuelto realidad? Sí es así, es una desgracia.

Y estábamos frente a un edificio de apartamentos, grande y lujoso.

Tenía ese aspecto antiguo de edificios de Turku. Tocamos el timbre del cuarto de Íride.

Después de unos minutos, permitió la entrada.

Subimos por un elevador y subimos al piso de Íride.

Creo que es la definición de pent-house.

Ocupa todo el último piso. Al abrir la puerta, entramos y toda la decoración del pent-house era minimalista y con toda la vista descubierta por vidrios.

Era hora que nos explicara ¿Qué carajos está pasando?

Porque desde que Íride dijo cosas como:

Capacidad de dejar a los humanos.

Destinado estrictamente a la contemplación.

No he dejado de pensar y tratar de unir los demás sueños con esto, incluyendo a la terrorífica oscuridad; pero no logro nada.

-Bienvenidos. –dijo Íride.

Aún seguía con el mismo traje.

Nosotros también.

Y estábamos Ferdinand, Íride y yo.

Bueno, no solo nosotros.

-Bienvenidos. –dijo un chico con voz sombría desde el ventanal.

TAPAHTUMIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora