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Salí del restaurante, Fer, Íride y Cy me imitaron. Seguía teniendo en mente todo lo que tenía que hacer, pero quería hacerlo sola.

-Debo hacer esto por mí cuenta. –dije dirigiéndome hacia los chicos.

-Podemos ayudarte. –dijo Cy.

-No, gracias. –dije con firmeza.

-Pero... -dijo Íride

-Nada. –dije sin querer sonar grosera. –se los explicare después ¿sí?

-Sí lo dices, lo arruinamos ¿no? –dijo Ferdinand con una sonrisa.

-Lamento tanto que eso sea cierto. –dije segura.

Ferdinand me entendía.

-Suerte, Hazel. –dijo Íride muy simpática.

Y así fue, hice mi propio camino hacia una tienda de arte.

No dejaba de pensar en el museo de arte y de cómo siempre me estaba dando las respuestas. Bueno eso creo, por lo menos, me brinda un hilo del que tirar.

Y así fue, en mi camino a la tienda, mi corazón latía a mil. Lo sentía y tenía miedo de que me diera un paro cardíaco antes de descubrir mi talento, eso sería mucha mala suerte.

Me concentré en caminar por la acera; vi el teatro, impresionante como siempre, lo alejé de mis pensamientos. El cielo en Turku, ha estado oscuro; toda la ciudad está llena de neblina y la temperatura se eleva en la noche. El clima es una de las cosas que más me gusta de Turku, lo que no me gusta es la neblina.

La neblina me recuerda a la oscuridad de mis sueños; solo que la oscuridad es más abrumadora, sientes su presencia porque, pareciera que te devora. La oscuridad ¿siempre me ha perseguido? ¿solo es producto de mi mente? ¿es real? No sé, pero cada vez que me atrapa, muero; dejo de sentir, dejo de vivir. Sacudí mi cabeza, no quería pensar en eso; por ahora hay otra cosa más importante, más grande.

Solo, no sé ¿cómo lo deje pasar? Algo tan grande, algo que marcará una gran diferencia, en mi vida (no solo hablando de los kuvataiteet)

Cuando se enteraron que no tenía un kuvataiteet principal, se extrañaron mucho. Íride dice que es normal, al inicio todos fueron así; pero lo que no es normal, es que yo tardara.

¿Tendrá que ver la oscuridad? ¿influirá en mi destino como kuvataiteet? O viéndolo desde otra perspectiva ¿me quiere salvar?

Esa perspectiva, donde mi destino es quedarme entre los humanos, vivir y compartir momentos, a cambio de no sentir ninguna emoción, estar en estado conmoción constante; ¿vale la pena vivir sin sentir? ¿tiene sentido vivir una vida sin sentido? Eso me coloca en una posición muy difícil.

Desde que puedo llamarle vida a mi existencia, todo ha mejorado, no solo para mí. Lu y Onni están más felices, tienen menos presión por ser buenos padres; tal vez debería empezar a llamarlos por lo que son, mis padres. Ellos lo son, fueron los únicos que sin importar cuanto trabajo les daría, siempre conservaron su calma y su paz. Es hora de que sepan lo agradecida que estoy. 

TAPAHTUMIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora