Capítulo 5

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Notando que eran casi media noche decide irse caminando para despejar su mente.

Mientras caminaba directo a su casa no dejaba de pensar en lo que le había dicho Daniel sintiendo un poco de emoción pero lo anterior dicho el chico en la escuela lo recordaba claramente me prometí que nunca sería amigo de un marica eso aún le dolía en lo más profundo de su alma.

Empezando a llover caminaba más deprisa llegando a su casa nota a su hermana esperándolo fuera de casa con sus padres ya dormido corriendo hacia ella y abrazándola empezando a llorar.

-Oye pequeño, tranquilo, todo estará bien -le acariciaba el cabello para que se calmara.

-Soy un idiota, de tantas personas tengo que enamorarme de un maldito idiota.

-Tranquilo, ven, vamos a cambiarte.

Subiendo a su habitación se quita todo llevándolo su hermana al cuarto de lavado siendo ella una de las pocas que sabían su pasado y lo que significaban esas marcas.

-Espera, tengo algo para eso -murmura saliendo y regresando con una tubito en una pequeña cortada que tenía en el muslo sin darse cuenta con que se la había hecho. -Listo -murmura mientras le subía el pantalón como niño pequeño.

-No soy un niño

-Pero eres mi hermanito menor

-Por 4 minutos y 32 segundos después. -hace un puchero en señal de desaprobación.

-Eso no te quita lo enano -sonríe dándole un beso en la frente.

Acostándose a dormir observa como las gotas de lluvia caían por la ventanita del tragaluz y se deslizaban, sonriente, amaba esos climas fríos y tormentosos, eran muy él y sin darse cuenta poco a poco se queda dormido.


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-No deberías mojarte con la lluvia, sabes lo mal que te hace -decía su madre quitándole el termómetro para verificar la temperatura -39 grados -murmura dándole otro poco de medicina retirándose y levándose las medicinas con ella.

Suspirando, decide dormirse de nuevo sintiéndose por más que agotado notado que aun llovía y arropándose completamente vuelve a dormirse.


-¿Dónde estamos? -preguntaba el chico curioso.

-En mi casa -decía otro chico a su lado.

-No hay nadie Andrés -murmuraba mientras era abrazado por su espalda sintiendo una intromisión en la parte de atrás.

-Justo como quería -comienza a besarlo lentamente subiendo la intensidad de cada beso siendo llevado a un cuarto y acostándolo en la cama empiezan a tocarlo.

-E..espera, aun no estoy listo -murmuraba al notar que el chico no se detenía -Andrés suéltame -se retorcía en la cama intentando soltarse

-Para mí si lo estás -murmuraba el chico sin detenerse.

-Me lastimas -murmura acertándole un golpe enfureciéndolo.

Golpe tras golpe era recibido en su estómago sintiendo como cada momento le faltaba aún más el aire

-Andrés por favor para -intentando soltarse nuevamente sin éxito alguno mientras veía como desaparecía su ropa siendo volteado sintiendo algo entre sus nalgas.

-¡NO, SUELTAME, ANDRES NO! -sentía como entraban sin su permiso sintiendo nada más que dolor mientras era penetrado fuertemente dejando de hablar limitándose solo a llorar.

Contigo A La IntemperieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora