Capítulo 19

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Se encontraba Mateo sentado en el pequeño muelle que había cerca del lago soltando pequeñas lágrimas al seguir recordando lo sucedido semanas atrás y metiendo los pies en el agua se zambulle quedándose debajo hasta que sus pulmones solicitaron aire e inmediatamente sale tomando una gran bocanada de aire.

Hacía solo un par de días donde había visto a su novio desnudo y en vez de sentirse avergonzado sintió una profunda tristeza al sentirse incapaz de tener algo mucho más intimo con el.

-Al final si seguiré recordándote. -bufaba con una sonrisa que demostraba tristeza al recordar a Andres y las muchas veces que profano su cuerpo.

Su familia sabía donde se encontraba y había pedido estar solo para aclarar su mente sin preocupar a los demás.

Al día siguiente tenía que ir al psicólogo sintiéndolo algo innecesario pero siendo motivado por su familia a aceptado ir.

Suspirando, sale del agua para sentarse nuevamente en el muelle a observar el cielo totalmente gris causando una leve brisa estremeciéndose por el frío que se avecinaba por la lluvia.

Las pesadillas seguían su curso e incluso dejándolo agotado al no poder dormir lo necesario para no caer en la locura ni en la depresión que por muchos años intento mantener a raya sintiendo que cada minuto que pasaba ese autocontrol se podría ir por el caño.

Pequeñas gotas de lluvia empezaban a caer reconfortandolo y sintiendo lo fría que empezaba a tornarse la lluvia, se levanta y empieza a caminar lentamente hacia su casa con las manos en los bolsillos.

Al llegar observa a su novio en la entrada esperándolo con un paraguas y una toalla, acercándose, le da un beso y toma la toalla para colocársela sobre los hombros y sentarse en la entrada observando como era imitado.

-Sé que estás mal y con decirte de que olvides todo no ayudará en nada pero quiero decirte que estoy aquí para ti, no te cierres, te necesito.

Escuchaba sin escuchar realmente sintiendo como era abrazado y sintiendo el suave aroma del chico coloca su cabeza en su hombro mientras recibía caricias en su espalda baja.

-Ven, vamos a cambiarte. -murmuraba mientras ambos entraban a la casa y subían a la habitación del chico para luego meterlo al baño y dejarlo que se duchara.

Media hora después entra a ver que sucedía encontrándolo dormido en el suelo con el agua callendo.

En otras circunstancias hubiera causado ternura pero ahora solo causaba pesar ver como una persona que antes estaba viva esté muriendo internamente.

Levantándolo del suelo, lo seca para luego colocarle la pijama y dejarlo dormido en la cama y sentarse en una silla que estaba cerca le observa sus facciones quedando embelesado por sus bellas facciones notando unas pequeñas bolsas negras debajo de sus ojos.

-Sigues sin poder dormir -murmura acariciándole una mejilla. -cariño no te pierdas, recuerda que estoy contigo, no te voy a lastimar, solo dejame volver a entrar. -dice para acto seguido darle un beso en los labios y salir en dirección a la cocina encontrando a la hermana de su novio ahí preparando la cena.

-Ya se durmió? -el chico asiente mientras ella regresaba a lo suyo.

-Su estado de animo a estado decayendo estos últimos días y tiene ojeras. -murmura y luego observa la incomodidad de la chica. -Que sucede Ale?

-El se despierta llorando -murmura observandolo -anoche lo escuche mientras iba al baño y no entré por temor y repetía una y otra vez que era un imbécil.

Aquello fue suficiente para volver a subir al cuarto y esperar a que despertara.

Dos horas después luego de que Ale le llevara algo de comer observa como Mateo por fin despertaba observándolo ahí sentado.

-Estuviste ahí todo el rato?

-Sí, así es -sonríe.

-No debiste hacerlo, no vale la pena -murmura volviéndose a acostar dandole la espalda.

Sorprendido, se acuesta a su lado abrazándolo por la cintura atrayéndolo así sintiendo como el cuerpo del chico se estremecía levemente.

-Mateo dime que es lo que te sucede.

-Estoy bien, tranquilo.

-Volteate y dimelo -observa la duda del chico al voltearse y ayudándolo se sorprende al verlo llorar sin mirarlo.

Sintiendo como el alma se le partía le abraza escuchando como los sollozos del chico aumentaban dejando que el chico sacara todo lo que tuviera guardado.

-¡TE ODIO, N...NO SE COMO PUDE UNA VEZ ENAMORARME DE T...TI, TE DI M....MI CORAZÓN Y LO ROMPISTE, M.... ME U... UTILIZASTE, M... ME HICISTE CREER QUE ERA IMPORTANTE PARA TI PARA LUEGO TOMARME E IRTE Y DEJARME HERIDO Y LUEGO REGRESAS Y ABUSAS NUEVAMENTE DE MI! -gritaba el chico contra su pecho.

Sin nada que decir simplemente lo abrazo dejando que se desahogara recibiendo pequeños golpes en el pecho mientras lágrimas fugaces escapaban al verlo tan destrozado y sentirse un inútil al no verlo.

-D...Daniel.

-Dime.

-Gracias por estar para mi -se incorpora- sé que no soy perfecto ni que he estado para cuando mas lo has necesitado.

-Tranquilo, estar aquí con tigo es suficiente. -murmura tomándole la mano y acostándolo para abrazarlo.

-Se que tienes pesadillas y por eso me quedare aquí está noche para que duermas y cuando te despiertes veas que yo estoy aquí.

Asintiendo, el chico siente como recibe un corto beso en los labios mientras ambos observaban la lluvia chocar contra él pequeño tragaluz que había.

-Y...yo quiero decirte que me tengas algo de paciencia, ya no me siento seguro para tener, ya sabes...

-De que hablas? -pregunta confundido.

-Bueno... hablo de sexo.. -murmura y debido a la poca luz que había de le podía notar un leve sonrojo.

-Tranquilo, yo no te estoy pidiendo eso por ahora. -lo acerca mas y lo abraza más fuerte. -esto me vasta. -murmura sonriente.

Asintiendo, se acurruca más a su novio sintiendo sueño cierra los ojos durmiéndose.

Tarde de la madrugada y solo uno no podía dormir deseando que el no tuviera pesadillas, sintiendo que no llegarían dichas pesadillas decide cerrar los ojos siendo llamado por el otro.

-Daniel, estás despierto? -pregunta bajito.

-Dime cariño.

-No puedo dormir. -murmura volteandose a verlo.

-Desde que momento.

-Hace dos horas.

Sacando su teléfono observa que son las 4 de la madrugada y sintiéndose un inutil al no darse cuenta lo jala hacía si abrazándolo.

-Listo, vamos a dormir mi pequeño ángel.

Y ambos sonrientes se quedan dormidos sin saber que alguien estaba observándolos.

Y ambos sonrientes se quedan dormidos sin saber que alguien estaba observándolos

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Contigo A La IntemperieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora