《23》•La formula•

5.1K 502 21
                                    

Al abrir la puerta del baño, vio que Valentina había dejado encendida la lámpara de la mesilla de noche para que ella no tuviera que ir a oscuras hasta el salón.

-Valentina, ¿estás dormida? -le preguntó quedamente, mientras se acercaba a la cama.

-Hum. Casi -musitó somnolienta, se estiró y bostezó con ganas, como una gatita, pensó Juliana, sintiendo la fuerza del deseo, en realidad, Valentina no estaba despierta, podría meterse en la cama, abrazarla y consumar su matrimonio antes de que ella se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo.

No, no podía hacer eso, ¡maldita sea!

-Valentina... Buenas noches, cariño y feliz noche de boda -susurró y se inclinó para darle un beso en los labios antes de apagar la luz y salir de puntillas y con desgana del dormitorio.

Una vez en el salón, comprobó que Valentina había hecho todo lo posible para convertir en lecho uno de los sofás, colocándole una almohada y varias mantas, Juliana instaló su cuerpo en aquella improvisada cama lo mejor que pudo y gruñó en silencio, maldiciendo al estúpido que había confundido la reserva, obligándolos a pasar la luna de miel en aquella cabaña, en vez de en una con dos dormitorios, mientras se dejaba arrastrar por el sueño, pensó que si alguna vez descubría al responsable, le retorcería el cuello.

(...)

Mientras miraba a través de los enormes ventanales de su despacho, situado en el ático de Carvajal Cosmetics, Lucia no podía contener la risa, habría dado cualquier cosa por ver las caras que habían puesto Valentina y Juliana cuando se habían dado cuenta de que los habían instalado en una de las cabañas especiales para las lunas de miel, por supuesto, Lucia no le había pedido directamente a su secretaria que hiciera la reserva y tampoco la había hecho ella misma, por cierto.

Aunque conocía tanto a el propietario del hotel, desde hacía años y confiaba en su discreción, era posible que cualquiera de ellos se lo hubiera comentado a alguien y pronto hubiera corrido la noticia, de modo que le había pedido a su ama de llaves que hiciera la reserva.

En aquel momento, Lucia miró hacia el cielo gris, preguntándose si estaría nevando, desde luego, eso esperaba, quería que Juliana y Valentina estuvieran encerradas a solas en una cabaña con un solo dormitorio e hicieran lo que de forma natural harían cualquier hombre atractivo en este caso una mujer atractiva como lo era Juliana y cualquier mujer hermosa en aquella situación, aquel matrimonio no iba a terminar con una sentencia de divorcio, ¡no si ella podía evitarlo! Los rumores sobre Valentina y Juliana habían comenzado a circular ya por las oficinas de Carvajal Cosmetics y aunque Lucia no los había confirmado, tampoco los había negado, se había limitado a sonreír misteriosamente cuando alguien había insinuado una pregunta, de modo que a esas alturas toda la compañía sabía que algo. había ocurrido y que ella no lo desaprobaba, les había dado instrucciones a León y a Tessa para que siguieran la misma táctica.

Ese mismo día, se había cruzado con
Sebastian Zurita en uno de los largos pasillos de las oficinas, le había dirigido una sonrisa radiante, consciente, por su expresión, de que había oído los rumores que corrían sobre Valentina y Juliana y se moría porque alguien le dijeran que no eran ciertos. «No tienes una sola oportunidad», había pensado para sí mientras caminaba a grandes zancadas, «y todavía puedes considerarte afortunado por conservar tu puesto de trabajo en Carvajal Cosmetics después de haberle roto el corazón a mi hija». Lo había mirado disimuladamente por encima del hombro y había tenido la satisfacción de ver a Sebastian intentando aflojarse el nudo de la corbata, como si se estuviera ahogando.

Con los años, había aprendido la manera de con una sola mirada, hacerle preguntarse a personas que la disgustaban si estaría pensando en despedirlas, en más de una ocasión había tenido que hacerlo, porque no soportaba que ningún empleado no estuviera a la altura que exigía Carvajal Cosmetics y aquellos que cumplían con su labor siempre eran recompensados «Hay que ser duro, pero sin dejar de ser justo» decía siempre Lucia.

Lucia se apartó bruscamente de los ventanales y salió del despacho, podría haberse limitado a llamar al laboratorio, pero sabía que por teléfono no obtendría nada de una conversación con la imperturbable Marcela Baez, sin embargo, en persona a Marcela no le iba a resultar tan fácil engañarla en ausencia de Juliana. Habían pasado muy pocos días desde la presentación de la fórmula, pero Lucia quería saber cómo estaba progresando Fabulous Face y sí estaban o no cerca de descubrir la identidad del ingrediente X.

-Buenos días, Marcela -lo saludó Lucia mientras entraba en el laboratorio.

Marcela gimió para sí, al igual que todos los empleados de Carvajal Cosmetics, Marcela sabía que cuando su jefa se mostraba tan alegre y encantadora, había que ponerse en guardia, en respuesta, gruñó algo ininteligible, antes de volver a concentrarse en su trabajo.

-Marcela, quiero saber si hemos eliminado más posibilidades para el Ingrediente X durante estos últimos días -Lucia no se dejó disuadir por su laconismo.

-Sí -asintió ella, negándole cualquier otra información.

-Por el amor de Dios, Marcela, tu lealtad y discreción me admiran. ¿Pero cuántas veces tengo que recordarte que trabajas para mí, y no para Juliana Valdés? Ahora, quiero que me hables del Ingrediente X.

-Amazonas -respondió la química con bastante desgana.

-¿Amazonas? Bueno, ¿y qué demonios se supone que significa eso? Explícate, te juro que oírte decir más de dos palabras seguidas es prácticamente un milagro. ¿Te refieres a la selva amazónica?

-Sí.

Marcela suspiró pesadamente, comprendiendo que iba a tener que hablar con ella tanto si quería como si no y después Juluana se pondría furiosa cuando volviera al laboratorio porque no le gustaba que nadie, ni siquiera Lucia, se metiera en sus dominios y a Marcela no le haría ninguna gracia tener que soportar otra de las reprimendas de Juliana.

-Creo que pronto vamos a encontrar el Ingrediente X, pero todavía no puedo asegurarlo, todavía tengo que hacer algunas pruebas.

-¿Cuántas pruebas?

-No lo sé, pero algunas, como ya se lo hemos explicado muchas veces, a la ciencia no se la puede presionar, señora Carvajal, no querrá que cometamos un error y transformemos su Fabulous Face en un Horrorifics Faces, ¿no?

-No, por supuesto que no.

-Entonces tiene que tener paciencia -insistió Marcela con cabezonería.

-Bueno, en cualquier caso, de cuánto tiempo estamos hablando, Marcela. ¿Días? ¿Semanas? ¿Meses?

-Semanas, si tenemos suerte y si me deja seguir trabajando en paz -gruñó Marcela, señalando las probetas, los tubos de ensayo y los cientos de notas que tenía ante ella, frunciendo el ceño y pateando el suelo con impaciencia, Lucia se debatía entre seguir presionándola o marcharse, pero sabía por su expresión testaruda que no iba a sacarle una sola palabra más, si no fuera una química tan brillante, la despediría, se dijo furiosa.

A Lucia no se le ocurría pensar que en todos los departamentos de Carvajal Cosmetics tenía a su cargo a empleados que compartían muchos de sus rasgos y que en realidad disfrutaba de aquellas pequeñas escaramuzas, la hacían sentirse viva, en más de una ocasión, se le había ocurrido la idea de gastarle alguna broma a Marcela, para desconcertarlo, sin embargo, había resistido siempre el impulso, consciente de que sería algo indigno de una mujer de su posición, sabía, sin embargo, que Juliana no se reprimía en absoluto, y reía divertida cada vez que se enteraba de algunas de las bromas que Juliana le había gastado a su compañera.

En la última ocasión, Juliana había puesto un líquido químico, completamente inofensivo, en la cafetera, Marcela se había pasado la mitad de la jornada con la boca y la lengua manchadas.

-De acuerdo, Marcela, sé captar una indirecta -repuso con aspereza-. Pero en cuanto hayas hecho algún progreso, no te olvides de comunicármelo.

Lucia ya estaba acariciando alguna idea con respecto al Ingrediente X. La fórmula del secreto de la juventud era como un hijo para ella, había soñado con ella durante años y, estando ya a punto de completarla, debería ser ella la única que proporcionara ese último elemento a la ecuación.

• • •

Cualquier error díganme...

𝐶𝑟𝑒𝑑𝑖𝑡𝑜𝑠 𝑎
_Streick14_

Esposa En Alquiler ➸ Juliantina G!P 《Terminada》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora