《34》•incendio•

5.1K 588 89
                                    

Maratón  de regreso 10/10

El intruso acababa de perforar la caja. Con un ligero suspiro, iluminó el hueco
resultante y observó moverse los engranajes del mecanismo de cierre mientras él giraba la rueda central hasta que estuvieron todos alineados. Después, sacó un juego de ganzúas del bolsillo, insertó una en el ojo de la cerradura y la manipuló hábilmente hasta que fue capaz de desmontar el cerrojo de la caja.

—Voilà —susurró para sí, sonriendo.

Abrió la puerta, sacó el solitario disquete que encontró en su interior y se lo metió
en el bolsillo del uniforme de conserje. A continuación, guardó las herramientas en la bolsa y se echó la bolsa al hombro. Salió de nuevo al laboratorio y miró a su
alrededor con intención de determinar lo que el flamante químico podía tener de
disponible para él. Fue tomando al azar todo lo que encontraba por las estanterías y tirándolo al suelo.

Y estaba a punto de prender una cerilla para incendiarlo todo cuando se abrieron
las puertas del ascensor, revelándole la presencia de unas mujeres en su
interior.

Y la otra mujer lo vio.

Juliana no estaba en absoluto preparada para lo que sucedió cuando se abrieron las
puertas del laboratorio. El fuego explotó ante sus ojos, cegándola y empujándola
hacia atrás con la sensación de haber sido abrasada. Pero en aquel momento no
pensaba en su seguridad personal. Solo era capaz de pensar en su esposa y en la
fórmula secreta. Oyó un grito amortiguado de Valentína y se dio cuenta de que había
desobedecido sus instrucciones y no había subido a su despacho.

Entonces pasó el intruso corriendo delante de ella. Un pasamontañas ocultaba su
rostro y lo protegía de las llamas y el humo que estaban devorando el laboratorio.

Juliana corrió tras él, pensando únicamente en evitar que aquel tipo atrapara a Valentína y la utilizara como rehén. Podría pedir una fortuna por ella... e incluso podría matarla. En el pasillo que había delante del laboratorio, Juliana consiguió atraparlo, y ambos cayeron al suelo. El intruso intentó escapar gateando, pero Juliana lo agarró del tobillo, lo arrastró hacia atrás y le pegó un puñetazo en la barbilla.

Valentína la observaba toda sobrecogida y ensordecida por la alarma
contraincendios. De pronto, se dio cuenta de que los aspersores del sistema
contraincendios no estaban funcionando; del techo del laboratorio no salían los
chorros de agua que podrían sofocar las llamas. Aterrorizada, corrió hacia el pasillo y rompió el panel tras el que guardaban el extintor. La bombona era tan grande que
apenas podía levantarla, pero, arrastrándola, consiguió llevarla hasta la entrada del laboratorio.

Leyó las instrucciones e, intentando ignorar el hecho de que Juliana y el intruso
estaban todavía enzarzados en una terrible pelea a solo unos metros de allí, arrancó
el seguro y activó el mecanismo de funcionamiento del extintor. La espuma comenzó a sofocar las llamas que arrasaban el laboratorio. Un humo acre inundaba la habitación, irritándole la nariz y los ojos, haciéndola toser y obligándola a jadear para respirar mientras luchaba contra el fuego. El corazón se le cayó a los pies al darse cuenta de que a pesar de que estaba consiguiendo mantener el fuego raya, sus esfuerzos no iban a ser suficientes para salvar el laboratorio, y que incluso era posible que las llamas alcanzaran el resto del edificio.

—¡Juls! —gritó alarmada—. ¡Juls!

Juliana oyó el grito de su esposa. Una rápida mirada al laboratorio la advirtió del
peligro. Pero aquella mirada le costó perder el control sobre el intruso. Este último, golpeándola violentamente con las piernas, consiguió apartarlo a un lado, se levantó y salió corriendo por el pasillo antes de que Juliana pudiera atraparlo. Pero, en su huida, el disquete que había robado se cayó del bolsillo. El ladrón soltó una maldición. No podía perder el tiempo en recuperarlo. Juliana estaba ya de pie,
corriendo tras él. Sin dejar de maldecir, el ladrón alcanzó la escalera de incendios y
comenzó a volar escaleras abajo.

Esposa En Alquiler ➸ Juliantina G!P 《Terminada》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora