Maratón de regreso 3/10
Cuando Valentina se despertó a la mañana siguiente, al principio pensó que había
soñado que Juliana había hecho el amor apasionadamente con ella durante toda la
noche. Estaba sola en la cama y no ardía ningún fuego en la chimenea. Pero de
pronto se dio cuenta de que estaba completamente desnuda y de que el hogar de la chimenea estaba lleno de cenizas. Así que comprendió que se había consumado un matrimonio que en principio solo iba a serlo legalmente.Juliana debía haberse levantado temprano. No había ni la menor hendidura en la
almohada, ni en el lado de la cama en donde había dormido. Y la puerta del
dormitorio estaba cerrada. Aquello la desconcertó y la incomodó al mismo tiempo, puesto que no tenía la costumbre de cerrar la puerta, por si acaso Juliana necesitaba ir al baño durante la noche.Por un instante, todo tipo de posibilidades cruzaron su mente. La más preocupante de todas ellas era que, tras haberla seducido, cuando ya era imposible que su matrimonio fuera declarado nulo, había vuelto a Minnesota sin ella con
intención de obtener tanto el dinero que le habían prometido a cambio de su
matrimonio como ella que pensaba ganar de un eventual divorcio. Valentina se
preguntó entonces si, antes de subir al avión de la compañía para iniciar sus
vacaciones, Juliana habría firmado el acuerdo prematrimonial.De pronto, se quedó completamente helada. ¿Qué ocurriría si estuviera en lo cierto y Juliana fuera incluso peor que Sebastián Zurita y se hubieran burlado de ella otra vez?
No quería pensar ese tipo de cosas, ni de su esposas ni de ella. Pero aun así, no se le
ocurría ningún otro motivo por el que Juliana pudiera haberla dejado sola en la cabaña después de la noche que habían pasado, cerrando la puerta del dormitorio tras ella para que no la oyera marcharse.Oh, Dios, ¿por qué se habría bebido aquel té con brandy? ¿Y por qué habría
permitido que hiciera el amor con ella? Iba a enfurecer y a desilusionar a su Mamá, y
su padre se enfadaría y la miraría con desaprobación.Temblando, Valentina se levantó y se dirigió al baño. Una vez allí, una enorme
sensación de alivio fluyó por sus venas al ver que estaban los artículos de baño de
Juliana sobre el lavabo. Si se hubiera fugado, no habría dejado esas cosas allí. Pero su alivio se convirtió en una fuerte sorpresa cuando se fijó en su propio reflejo. Tenía el aspecto de una mujer... desvergonzada y sensual. Una mujer que no solo había hecho el amor recientemente, sino que también se la había pasado maravillosamente bien.La melena castaña desaliñada alrededor de su rostro. Las ojeras provocadas por la falta de sueño oscurecían sus ojos. Todavía tenía la boca ligeramente henchida e irritada por los besos de Juliana. En el cuello, la garganta, las caderas y los muslos, quedaban algunas huellas que le hicieron sonrojarse al recordar cómo la había besado Juliana hasta el último de los rincones de su cuerpo, volviéndola
literalmente loca de deseo.Hasta ese momento, Valentina siempre se había considerado a sí misma una
persona tímida y reservada en la cama, siempre pendiente de no ser suficientemente maravillosa o sensual para complacer a su pareja. Quizá Juliana había abandonado la cama aquella mañana porque no quería repetir la experiencia, porque ella no había estado a la altura de sus expectativas. No pudo evitar recordar que cuando había echado a Sebastián de su casa la última vez, este la había acusado de ser una amante frígida y pésima. Quizá Juliana también lo pensaba. Porque, ¿qué otro motivo si no tendría para haberle cerrado la puerta del dormitorio?Valentina se metió en la ducha y abrió el grifo sintiéndose al borde de las lágrimas.
Estaba tan perdida en su tristeza, que no oyó a Juliana cuando esta entró en el baño. Así que saltó sobresaltada cuando ella abrió la mampara de la ducha y se reunió con ella.
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Esposa En Alquiler ➸ Juliantina G!P 《Terminada》
Fanfic𝑱𝒖𝒍𝒊𝒂𝒏𝒂 𝑽𝒂𝒍𝒅𝒆́𝒔 𝑮!𝒑 Con unos ojos chocolate y la habilidad de adivinar cualquier secreto, Juliana Valdés era el tipo de mujer del que cualquier persona inteligente huiría. Pero las circunstancias hicieron que una chica sensata co...