Capitulo 18

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La noche del día siguiente Emilio y Seidy habían salido a un restaurante, ninguno decía nada hasta que llegó su comida. Seidy disimuladamente pero emocionada en su interior comenzó a buscar con su tenedor algo entre las verduras.
-¿Qué haces?- preguntó Emilio extrañado.
-Nada amor, solo quería ver si colocaron todas las verduras que lleva este platillo- dijo Seidy sonriendo.
Comenzaron a cenar tranquilamente, Seidy estaba hundida en sus pensamientos de que si Emilio no había escondido el anillo en su comida probablemente se lo iba a dar cuando tomaran el postre.
Terminaron de comer y Emilio llamó al mesero que los atendía para pedirle la cuenta, ya había llegado el momento.
-¿Estás bien?- preguntó Seidy al ver su expresión.
-Si, solo pensaba- dijo ya un poco calmado, no quería sonar duro con lo que le diría.
-¿Qué pediremos de postre?
-No tomaremos postre, estoy algo lleno.
-Ay si, yo igual.
El mesero llegó nuevamente con la cuenta y Seidy comenzaba a emocionarse al ver que Emilio comenzaba a abrir esa pequeña carpeta de cuero, pero esa emoción se esfumó al ver que solamente estaba el papel de la cuenta. Confundida quiso preguntarle directamente sin importar si arruinaba la sorpresa.
-Oye Emilio, ¿y qué era lo que querías hablar conmigo?- preguntó Seidy-. Llevas todo el rato callado y ya quiero saber la sorpresa.
-¿Qué sorpresa?- preguntó Emilio confundido.
-Entonces ¿qué hacemos aquí?
-Bueno Seidy, yo quería decirte...
-¡Si acepto!
-¿Aceptas qué?
-¡Ser tu esposa!
-¡Oye espera! Lo que yo quiero decirte lo haré de una manera menos dolorosa, pero no hay modo de hablar eso sin lastimarte.
-Entonces ya dímelo, no le des más vueltas al asunto.
-Ya no puedo seguir siendo tu novio.
El semblante de Seidy cambió a uno de melancolía y triste, pudo imaginar cualquier cosa menos que Emilio terminara con ella.
-¿Por qué tan repentino?- preguntó mirándolo seriamente-. Yo te amo Emilio, si hice algo mal te ofrezco una disculpa y volvamos a iniciar de cero pero no me dejes, por favor.
-No Seidy, nada de esto va a funcionar. Yo no te amo de la misma manera que tú a mí, nuestra familia decidió que estuviéramos juntos para que cuando yo cumpliera los 18 nos casáramos para que nos hiciéramos cargo de las empresas y eso es algo que yo no quiero. Yo quiero hacer mi vida, dedicarme a la música y encontrar a una persona que yo ame. Lo único que puedo brindarte es mi amistad. Adiós Seidy.
Emilio se levantó de su silla, le dio un beso en la mejilla y comenzó a caminar hacia la salida pero fue detenido del brazo.
-¡No Emilio, tú no me puedes dejar!- decía Seidy entre lágrimas-. ¡Por favor, dame otra oportunidad!
-No hagas eso Seidy, todos nos están viendo- dijo Emilio zafándose de su agarre sin brusquedad-. Lo siento, pero ya no hay vuelta atrás.
Emilio salió del restaurante y suspiró liberando todo lo que le había dicho a Seidy hace unos momentos, ahora podía disfrutar de su amor con Joaquín. Solo faltaba saber cómo lo tomaría su familia, el único que lo sabía era su hermano Kiko.

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