二十 !

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" You left your diary at my house
And I read those pages, you really love me "

Mis manos estaban en mis bolsillos mientras caminaba con cierta pereza, la jaqueca me estaba comiendo vivo justo como el cigarrillo que cargaba en mis labios, vaya mierda, hacia frio y quería llegar rápido a casa.

Atravesé la gran cancha de basquetbol a pasos apresurados, estaba muriendo de frió y quería llegar a comer algo para poder dormir en paz, habían pasado varios días desde que salí huyendo del lugar de RM y aún no había tomado una decisión, quería esperar un poco más hasta poder organizar mis ideas.

El olor a marihuana se quedó estancado en mis fosas nasales cuando ingrese al departamento, mi tío estaba allí con una sonrisa tonta en su cara mientras disfrutaba de ese porro, hice una mueca involuntaria, ¿así se sentía jimin cada vez que llegaba a casa?

—Hola, llegué —le dije con ánimos bajos. —iré a la cocina a ver algo de comer. —avise sin esperar respuesta.

Me senté en el mesón con una taza de café humeante entre mis manos, mi cabeza no me dejaba tranquilo desde hace días, quería ir corriendo hacia Jimin de una forma tan dependiente que me aterraba.

Me había acostumbrado a levantarme en la madrugada para encontrarlo despierto y hacerle el amor como me lo pedía en susurros, me había acostumbrado a besar su nariz de botón para luego recorrer sus mejillas y terminar en sus labios, extrañaba verlo en la madrugada, como dormía plácidamente entre las sábanas blancas a mi izquierda, siempre era a mi izquierda porque amaba acorralarse en la pared, extraño mucho cuando le hacía de comer y me procuraba de que su plato tenga más comida que el mío y como a la hora de dormir sujetaba mi mano para sentir que estaba con él por miedo de despertar en el orfanato otra vez... mi precioso y amado Jimin.

Solté un suspiro lastimero jugando con la taza de mis manos, no quería llorar más, no podía, no me lo permitía... en medio de mis pensamientos vagos, mi tío había entrado con una mueca de tristeza acompañando mi dolor, se acercó a sentarse enfrente de mí en silencio, solo observándome detenidamente.

—¿sigues mal por Jimin? —me preguntó con cierto tono de culpa que pude percibir entre esas palabras que se presentaban tranquilas.

—Es un dolor que no creo que lo pueda calmar tan fácilmente. —comente sin ánimos de hablar. —y lo que más me duele es que a él no le importa, probablemente debe estar haciendo su vida de nuevo a este punto y yo aquí sufriendo como un idiota —suspire amargamente— ni siquiera me ha buscado....

—Bueno... no estaría tan seguro. —me dijo jugando con sus manos y desviando el rostro, mis ojos lo buscaron con desesperación por las palabras dichas que se escaparon de su boca como un murmuro.

— ¿Qué dices?—solté inseguro de su mirada. —¿estás ocultándome algo? —insistí después de que todo quedara en silencio.

—¡te lo iba a decir todo! ¡Te lo juro! —colapsó.—Pero no sabía cómo iniciar yo... yo no quería que te sintieras peor y... —empezó a trabarse con sus palabras.

—no te entiendo, háblame claro té lo ruego...

—Jimin... —soltó apretando los ojos, como si le costará decirme.— el vino hace unos días, fue justo la noche en la que fuiste por RM... no te lo dije porque estaba asustado y por creo que malentendió lo que dije... y no te lo dije hasta ahora porque creí que ya estabas mejor.

—¡¿Jimin que?! —me exalte ante la confesión poniéndome de pie de repente.

—Vino a buscarte y me dijo que te esperaría cuando le dije que no estabas pero a ese punto no sabía si regresarías y le dije que sea mejor que se den un tiempo para evitar lastimarse más... y cuando le dije que si quería que te dejara un mensaje el solo me dio las llaves del auto con una sonrisa rota, perdón por no haberte lo dicho.

Mélancolie! | メランコリア.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora