Mélancolie! | メランコリア.

第二十一 !

" I hate myself for loving you "

—¿qué haces aquí? —pregunté arisco y algo aturdido después de aquel impacto, juraba que la cabeza iba a explotarme en cualquier momento.

—evitando que hagas una idiotez, claro está —contestó simple.— mira, ¿suga, verdad? —asentí de mala gana.— suelo ser muy impaciente respecto a negocios... te estuve investigando y me parece que no solo eres un drogadicto con tendencias suicidas.

Desvíe la mirada para posarla en el suelo, RM me tenía acorralado de alguna forma, se había tomado la molestia de ver mi largo expediente, no me sorprendía, después de todo él tiene contactos fuertes.

—bien —suspiré cansado.— me rindo —asentí.— aparte de distribuidor solía ser espía, trabajaba para Jae-Sang, el líder del cártel secundario de Busan. —escupí la sangre que se había acumulado en mi boca junto a mi saliva.

—que interesante muchacho —se rió con ganas.— ¿por qué te despidieron?

—hubo una emboscada una noche —suspiré.— muchos del bando entraron por la cabeza de Jae-Sang, fue aquella en donde vi mi oportunidad de escapar sin ser visto, me dieron por muerto y desde allí dejaron de buscarme, regresé a Seúl hasta que mis padres se enteraron de lo que había estado haciendo y me echaron... ¿necesitas más información? —le dije fastidiado.— en ese puesto me enteré de muchas cosas que podrían poner mi vida en juego, no quería involucrar a mi familia en ello, escapar esa noche fue lo más fácil.

—¿por qué querías suicidarte? —me preguntó más interesado en mi razón que todo lo que había explicado.

—ya no importa —susurré volviendo a escupir la sangre.

—debió ser algo fuerte como para que hayas colapsado de esa manera —me dijo frunciendo el ceño.

—arrebato de locura —mentí.— a veces siento que valgo más muerto que vivo.

—en una ciudad cómo está, sí puede que así sea... pero —se acercó a pasos lentos hacia mí.— ¿por qué mejor no haces que tu vida valga la pena?

—¿qué? —le pregunte extrañado.— ¿que es lo que quieres? —le dije mientras me retrocedía un poco, la espalda me dolía demasiado y tuve que apoyarme en el auto que había quedado destrozado.

—quiero que trabajes para mí —sonrió, hice una mueca de disgusto y de reojo vi como todos los hombres que lo acompañaban bajaban sus armas, sí, me habían estado apuntando desde que baje de mi vehículo destrozado.— estoy en la mira de alguien que busca exactamente lo mismo que yo y necesito desaparecerlo del mapa.

—y quieres que lo investigue por ti ¿verdad? —terminé la idea volviendo a escupir la sangre acumulada con mi saliva.— ¿que ganó yo con eso?

—primero que nada una revisión al hospital —me miró con una mueca de desagrado al verme escupir.— un trabajo fijo donde nadie podrá molestarte y un lugar para vivir bajo mi protección.

La idea sonaba tentadora, demasiado buena para ser real como si mi vida estuvo a punto de acabar y luego a reiniciarse sola.

—vamos, no tengo toda la noche —suspiró quejándose, impaciente ante mi respuesta.

—sí, está bien —balbuceé.— solo llévame a un hospital, no resisto la cabeza... —pedí cuando las nauseas ya se habían apoderado de mí.

—llévenlo.

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—¿por qué no acabaste con mi vida? —tras aquella pregunta toda la habitación quedó en silencio, él parecía tener una mueca pensativa, como queriendo buscar las palabras para contestar a mi pregunta.