第九 !

1.9K 228 61
                                    

" I know how to work a gun
I don't need a range "

Compramos un auto, uno negro clásico al gusto de mi novio y sin contar que suga había alquilado una casa que parecía una maldita mansión ¿Esto es un sueño? Porque sí es así no me quiero levantar jamás, eso de ''hay que largarnos de aquí'' no había sido una broma para él. Veía admirado todo a mi alrededor, estaba temblando, lo juro, pero maldita sea esto era una belleza, si que me había impresionado... como siempre lo hace.

—¿te gusta? —preguntó.

—¡¿qué si me gusta?! ¡Esto es increíble! —le dije muy, muy eufórico.— ¡carajo esto es lo mejor que he visto! —Suga me miraba con una sonrisa de oreja a oreja mientras yo daba vueltas muy infantilmente por todo el lugar.

—y es solo para los dos —me dijo.— nuestro hogar, ¿te parece? —Me abalancé a sus brazos para besarlo con felicidad.

—nuestro, nuestro —afirmé para volver a besarlo.— solo nuestro...

Estar con él dejó de ser algo momentáneo para pasar a ser algo serio y ni siquiera me molestaba... estaba más que feliz y más cuando llegaba con hermosas joyas a la casa que obtenía solo para mí, me había ganado por completo.

Desde que nos mudamos no dudamos ni un segundo en darnos una vida llena de malditos lujos como lo habíamos soñado por mucho tiempo, era la vida perfecta, con el hombre perfecto.  Suga y yo teníamos una caja fuerte en nuestra habitación donde teníamos guardado el resto del dinero, sonreí al ver lo mucho que nos quedaba, sin embargo, aún estaban esas ganas de adrenalina... y yo sabía que él jamás se opondría o al menos eso esperaba porque ahora se me haría difícil dejar todo lo que tengo a mano.

—ganar ese dinero fue muy fácil —le dije riendo.— tal vez este sea nuestro trabajo ahora —alardeé.— después de todo... siempre te has dedicado a esto aunque sea en cosas pequeñas.

—bueno... con tu cerebro y mi astucia, somos un gran equipo —Suga se acercó a mí coqueto.

—vaya vida... claro que lo somos y ahora creo que fue peligroso que nos pongan juntos. —pasé mis brazos alrededor de su cuello con cariño, la radio que estaba encendida comenzó a dar noticias y entre ellas estaba que habían donado una fuerte cantidad de dinero al banco central, llamando la atención de ambos.

—¿estás pensando lo mismo que yo? —le dije mirándolo con una sonrisa.

—claro que sí, gatito, claro que sí.


Podría decirse que desde allí se desató una ola de crímenes por nuestra parte, nadie sabía quién rayos éramos pero... no hacía ni siquiera falta una carta de presentación, otras parejas tenían citas, viajes, paseos románticos, pero él y yo ¿qué hacíamos?, nos dedicábamos a robar, suena mal en todos los ámbitos, pero la verdad no nos importaban las consecuencias.

—¡acelera! ¡Acelera!

Tenía que admitir que ser conductor de escape no era mi plan desde un inicio pero ¡vamos! Ni siquiera le tenía miedo a la velocidad, ambos siempre terminábamos riéndonos de todo esto cuando llegábamos a casa, era gracioso para ambos ver cómo esto se nos hacía tan fácil o creo que era solo la costumbre.

—ya lo tienes amor, solo hay que desviar la atención —me dijo rebuscando en sus bolsillos para sacar su arma.

Moví el vehículo (robado, obviamente) hacia la izquierda para darle más oportunidad a mi amante de dar en el blanco, El ruido de las balas se hicieron presentes y ambos nos agachamos en el asiento, teníamos suerte a penas de salir ilesos, logramos desviar la atención porque un gran trailer obstáculo el paso al intentar no chocar con nosotros, creo que a la larga solo teníamos mucha suerte.

Mélancolie! | メランコリア.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora