四十二 !

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" my melancholy doesn't leave me
But it never get worsted "

—te ves hermoso esta noche —canturreé a mi novio al ingresar por la ventana de su habitación.

—me has pegado un susto —me dijo mirándome desde el espejo de la cómoda.

—perdóname —me reí y cerré la ventana detrás de mí.

—¿por que has venido tan tarde? —preguntó con un mohín.—prepare la cena de celebración porque tengo buenas noticias —me acerqué a besar ese puchero con cariño.

—y yo tengo malas —me reí.— pero ¿cenamos? Me fume un porro antes de venir y amo comer drogado.

—eres el maldito colmo —se quejó una vez más.

—¿te he dicho que esos diamantes que cargas en los pendientes combinan con tus ojos brillantes? —pregunté ladeando la cabeza.

—¿te he dicho que necesitas más que un halago para convencerme de no estar molesto? —se rió conmigo.

—tenía que intentar —me encogí de hombros.

Jimin se levantó de su lugar y se acercó a mí para besarme cálidamente mientras colocaba amabas manos en mis caderas y yo lo atraía más a mí.

que alivio y que alegría tenerte en casa —susurró en mi boca.

—que bueno poder volver —sonreí y deposite otro beso, cada vez que hacíamos misiones peligrosas o teníamos días agitados nos decíamos eso porque claramente, en el momento que salimos de esta puerta jamás sabemos si nos volveremos a ver, era una alegría reencontrarnos.

—¿preparaste la cena? —indague saliendo con él a la mesa que estaba decorada con velas y otras cosas, muy jimin.

—claramente —asintió.

Alcé una ceja y de la basura saqué unos envases de la comida de un restaurante recién tirados, Jimin abrió la boca y desvió la mirada mientras me reía en silencio.

—bueno... al menos la decoré yo.

—está lindo, entonces —me reí y volví a tirar el envase.

Ambos nos sentamos y Jimin me miro con cierta luz al ver como colocaba el vino a ambas copas, estar con él era una escapatoria a todos mis problemas y me hacía recalcar lo simple que era la vida, más bien, lo complicado que él era.

Al servir el vino, me di cuenta lo mucho que lo conocía y eso era espeluznante, sabía que le gustaba la mitad de la copa llena, no más, no menos, dos dedos era la medida exacta. También sabía que le gustaba comer del lado derecho de la mesa y que su copa siempre tiene que estar a lado izquierdo a él.

También sabía que empezaba primero cortando todo, en específico la carne, esa iba primero y luego lo que sea que le acompañe... pero no cortaba de cualquier forma, tenían que ser cuadrados, el tamaño perfecto para no batallar al metérselo a la boca y no dañar su labial, aquel que demoró minutos enteros en colocarse con esmero.

—¿en que piensas? —me interrumpió con una sonrisa.

en lo mucho que te amo —contesté con seriedad, Jimin sonrió y bajo la cabeza con nerviosismo, mi mano fue a dar a una de sus mejillas para acariciarla un poco y terminar por bajar a aquel collar en forma de llave que le di alguna vez en el pasado, solo la usaba cuando estábamos los dos solos, la que perteneció a mi abuelo en vida.

—y yo a ti —susurró al percatarse de mi melancolía al tocar la llave que alguna vez perteneció a mi abuelo.

—dime, ¿encontraste algo? —pregunté.

Mélancolie! | メランコリア.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora