36

2.8K 158 6
                                    

La maternidad era bastante difícil, tenía que estar encerrada por lo menos cuarenta días sin salir a la calle, mis pechos dolían mucho cuando Eduardito comía y después de llenaban de leche y se me tiraba haciendo que la ropa se manchara.

Gracias a dios El Niño es muy tranquilo, no llora  Y si lo hace es por que por una u otra cosa me paso de la hora de su comida, pero en lo demás, el duerme a gusto todo el día y toda la noche.
Ahora nos estamos quedando en casa mis suegros, más que nada por que no quiero estar sola, si ocupo o necesito ayuda doña Vero siempre está para mi.

Eduardito es muy consentido por todos, cada que lo vienen a ver traen ropa y zapatitos de las marcas que yo nunca en la vida tuve y que ahora mi hijo estaba disfrutando de esos lujos.
Obviamente Marcos siempre me compra cosas, pero no soy tanto de presumir que la bolsita, que el zapatito, que la cadenita, soy un poco más sencilla en cuanto a esas cosas.

Ya podía caminar y subir bajar escaleras aunque despacio, así que deje a El Niño dormido y conecte el monitor, me lleve el otro para escuchar si se despertaba, de todos modos le dije a Mayve quien estaba en su cuarto que le echara un ojo.

Baje con cuidado las escaleras y me metí a la cocina, quería hacer un caldo de pollo con verduras, así que saqué todos los ingredientes y me puse a cocinar.
Después de un rato Mayve llego con el bebe en el Moisés y estuvo conmigo platicando.

-No te hubieras parado, si querías de comer me hubieras dicho, te hubiera traído algo de la calle.- Dijo Marcos en el umbral de la puerta de cocina, se acercó al bebé y lo cargo.

-Estoy bien, ya no quiero estar acostada.- Le dije dándole una sonrisa.

Se sentó en el taburete de la mesa junto al bebé.

-¿Que haces corazón?.- preguntó.

-Caldo de pollo.- le dije sonriendo.- ¿Vas a querer?

-Claro mi amor ¿Caldo también?.- dijo y yo reí

-Ay Eduardo no seas puerco.-Gritó Mayve llendose de la Cocina.

-Oye andaba viendo lo del cuarto del Niño en la casa, necesito que cheques en internet los catálogos de colores, pues tú eres la que le sabes a eso.- me comentó

-Si, ahorita le pido alguna Lap a Mayve para checar, pero por que el cuarto si El Niño va a dormir con nosotros.

-Por que quiero tenerlo listo, ademas no llora ni nada.

-Pero está chiquito, tengo que tenerlo a mi lado para darle el pecho y estar al pendiente.

-Estás exagerando un chingo

-Uy si mira quien habla, el que no quiere que ni baje a la cocina.- dije ya un poco molesta volteando nuevamente hacia la estufa, sentí un  brazo a mi alrededor.

-Ya está bien corajuda, si quieres que El Niño duerma con nosotros está bien. ¿Verdad mi chingon? .- Dijo lo último refiriéndose al bebe.

Se alejó para volverse a sentar, después de un rato estuvo la comida, les serví a Kevin, Mayte y Eduardo ya que mis suegros no estaban.
Comimos entre platicas y después los dos primeros se retiraron, dejándonos solos nuevamente.

-Cuando te quieres ir.- me preguntó Marcos.

-Mi mamá me dijo que ella me recomendaba quedarme aquí en tu casa el primer mes, por cualquier cosa, ya después pues ya me podría ir a tu casa.

-No es mi casa, es nuestra casa, de los tres, para eso la compre verga.

-Ya ya esta bien.- le dije tranquilizándolo.- Oye necesito  que me vayas a comprar unas cosas a la farmacia por favor.

-¿Que cosa?

-Un extractor de leche por que se me está tirando mucha y El Niño está lleno

Marcos salió como todo papá luchon a comprar las cosas que necesitaba.

Mi destino eras tú (Markitos Toys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora