IV

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Al atardecer Esther llamó a las chicas.
- hola chicas, ¿como se encuentran? Discúlpenme por tener que terminar nuestra llamada de la mañana, -dijo Esther.
- oh, no te preocupes, todas debíamos trabajar, dijo angélica, me encuentro bien.
-yo estoy muy bien chicas, -dijo una sonriente Verónica, estuve toda la mañana pensando ¿Qué les parece si en lugar de ir a la cabaña hacemos un retiro?
- ¿retiro? -Dijo angélica impresionada, la verdad nunca se me habría ocurrido, pero me encanta la idea.
- si, si, si, -decía Esther muy emocionada, me parece una estupenda idea, no hay nada que me guste más que compartir con ustedes y pasar tiempo con Dios.
- aprobado, -dijo angélica riendo, ¿entonces a qué lugar iremos?
- ¿ y si vienen a Irlanda? - dijo Esther.
- me parece bien, creo que es la ocasión perfecta para que angélica salga que Grecia por fin, - añadió Verónica.
- lo dices como si nunca viajará, - respondió angélica, y claro que iré.
- viajar a otras ciudades de Grecia no es lo mismo, hace años que te mudaste a Grecia y no has vuelto, - dijo Esther. Pues aquí las espero chicas .
- tienen razón, hace mucho que no salgo de Grecia y es momento de hacerlo, - dijo angélica con tono melancólico.
- pues entonces a prepararnos, nos vemos en 2 semanas. - Dijo Verónica, pero por favor no olviden los helados y postres esta vez.
- jajaja tu y la comida vero, a veces creo que  terminarás casada con algún postre, - dijo sonriente angélica.
- tranquila comelona todo está bajo control, haré compras antes de que lleguen y este todo en orden, iremos a mi casita de campo, allí haremos el retiro, - dijo Esther.
- perfecto, me encanta la idea, - dijo Verónica.
- ya que todo está organizado no me queda más que decir que las amo mis niñas preciosas, y estoy ansiosa de que pasen estos días rápido para verlas. - añadió Esther.

Después de una larga conversación con sus amigas, Esther se sentía tan emocionada, y fue a contarle a su padre sobre los planes que tenía con sus amigas, luego de hablar con Dios Esther se sintió tan feliz que empezó a escribir, a buscar melodías y en un par de horas ya tenía una preciosa canción en manos.

Angélica decidió salir de su oficina e ir a casa temprano para descansar, había tenido mucho trabajo y necesitaba un baño para relajarse, antes de llegar a casa paro en un restaurante a comprar un poco de comida para cenar.

Por su parte, Verónica estaba preparando una sorpresa para sus amigas, estaba convencida de que les encantaría.

Dos semanas después.
Ya por fin llegó el día, - dijo sonriendo angélica, veré a mis chicas de nuevo, en ese momento suena su celular.

- buenos días angélica, - dijo Verónica en un tono triste.
- buenos días vero, ¿que ocurre por que estas triste?
- no podre viajar, he tenido algunos inconvenientes en la academia y debo estar aquí, - dijo Verónica con pesar.
- ¿necesitas ayuda? Puedo viajar hacia allá si así lo deseas. - Dijo angélica preocupada por su amiga.
- no es necesario, todo estará bien. - Dijo Verónica, solo necesitaba avisarte, te llamo luego.
- ¿segura? Sabes que cuentas con mi ayuda, - dijo angélica.
- si, segura. Cualquier cosa te avisaré, - dijo Verónica despidiéndose y colgando la llamada.

Algo no está bien, se decía angélica, necesito hacer algo, no puedo dejarla sola, Dios mío ¿qué hago? En ese momento llamó a Esther necesitaba ir a ver a su amiga.

- ¡Esther! Tenemos que ir a Afganistán, Verónica no está bien.
- ¿que ha sucedido? - Pregunto preocupada.
- no lo sé , sólo me dijo que tiene problemas con la academia, pero creo que ocurre algo grave porque estaba muy mal cuando llamó.
- entonces salgamos ahora mismo, nos vemos en el aeropuerto de Afganistán.

Ambas amigas estan preocupadisimas por Verónica, en todo el trayecto hasta Afganistán no dejaban de pensar en ella y de pedirle a Dios que la ayudara.
Esther y angélica se encontraron en el aeropuerto y  se dirigieron directamente a la academia de su amiga, estando allí la encontraron en su oficina, y sin hacer ruido se acercaron a ella abrazándola, esta se asusto pero al reconocer a sus amigas no podía creer que estaban allí, se sentía tan feliz al tenerlas junto a ella y sus lágrimas comenzaron a salir.

- ¿que pasa vero? - preguntó con suavidad Esther.
- las cosas no van bien, estoy a punto de perder la academia chicas, - dijo triste Verónica. - vinimos a ayudarte, me temia que no querrías pedirnos ayuda, pero no estas sola vero aquí estamos contigo. - Dijo angélica abrazando a su amiga.
- prometimos estar en todo momento la una para la otra y así será siempre, no hay distancia que valga, nuestra hermandad es más fuerte que miles de kilómetros que quieran separarnos, - dijo Esther.
- gracias mis florecitas, muchas gracias, - dijo entre lágrimas Verónica, yo no quería causarles molestias.
- no es una molestia ayudarte, al contrario es un honor poder hacerlo, - dijo angélica.
- así es vero, tu eres importante para nosotras y no te dejaremos sola, - dijo Esther.
- ¿ que necesitas para no perder la academia? Preguntó angélica.
- necesito alumnos a cuáles enseñar, - dijo Verónica, desde que me fui a la cabaña han estado decayendo los alumnos, dijo Verónica.
- Esther sonriente dijo - ¿qué te parece si nos das clases a nosotras para empezar? Y después podemos realizar una campaña para atraer alumnos.
- que buena idea, - dijo angélica, vamos vero di que sí .
- esta bien chicas, pero hay algo que deben saber, - dijo Verónica dejando a Esther y a angélica un poco curiosas.
- ¿que es? - Dijo angélica.
- deben permanecer varios meses aquí en Afganistán, - dijo Verónica.
- pues entonces tendrás que hacer espacio en tu casa, - dijo Esther sonriendo.
- además creo que tendremos tres alumnos más, - dijo Verónica.
- vaya que bien, eso sí que es un avance rápido, - dijo angélica.

Después de charlar por horas, las chicas se dirigieron a casa y angélica decidió prepararle la cena a sus amigas, poco después se juntaron para hablar con su caballero, al terminar se sentían tan bien y con tanta paz que sonreían sin parar, luego fueron a descansar pero Verónica no paraba de pensar en que si sus amigas se enteraban de lo que hizo se enojarian, así que bajo cautelosa las escaleras y fue a la biblioteca, y no paraba de preguntarse si estaba bien lo que hizo o no.

Esther no podía dormir, la situación que estaba atravesando Verónica verdaderamente le preocupaba, y no dejaba de preguntarse ¿cómo es que una academia de baile tan conocida y exitosa estaba a punto de quebrar? No conseguía respuestas a su pregunta, pero si de algo estaba segura es de que ayudaría a su amiga pase lo que pase.

Angélica por más que intentaba crear un plan para el incremento de alumnos a la academia no conseguía algo que resultará positivo, no soporto más y bajó por un vaso de agua, en ese momento noto que la luz de la biblioteca estaba encendida y se acercó a ver quien de sus amigas estaba despierta.

- ¡Verónica! Pensé que dormías, - dijo angélica.
- no podía hacerlo, la verdad toda esta situación me tiene tensa y me es difícil conciliar el sueño, - respondió Verónica.
- ¿quieres que te prepare un té para que puedas descansar?  Se que este asunto no es fácil pero juntas encontraremos la solución, - añadió angélica abrazando a su amiga.
- si, si quiero ese té, tienes razón juntas lo lograremos, - dijo Verónica.

En ese momento Esther se unió a sus amigas.

- ¿ustedes tampoco pueden dormir? - Preguntó Esther acercándose a sus amigas.
- no, la verdad es difícil conciliar el sueño, - dijo Verónica.
- estaba por preparar té ¿quieres un poco? Así nos relajamos y descansamos unas horas. - Dijo angélica.
- si claro, - dijo Esther.

Esther, angélica y Verónica se dirigieron a la cocina a preparar el té, después de tomarlo fueron a la habitación de Verónica y entre platicas y risas el cansancio las atrapó y durmieron plácidamente...

Amigas Inseparables. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora