ᴠ ᴇ ɪ ɴ ᴛ ᴇ

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JOAQUÍN

Tres días después.

Habían pasado tres días y por fin era el día en el que Emilio saldría de aquí.

Salí del elevador apretando el bolso entre mis manos, ahí llevaba ropa para Emilio y cosas de uso personal. Cuando estuve frente a la habitación entre y vi que las enfermeras quitando los aparatos y desconectandolos, todo normal pero... Había una enfermera que quería pasarse de lista y se estaba acercando de más a MÍ Emilio.

La pondré en lugar.

–Buenos días– saludé.

Todos me respondieron el saludo pero la enfermera seguía pegada como chicle, ugh. Frunzo mí seño y me acerco a la camilla.

Emi, te traje ropa para que tengas con que irte.

El me sonrió.
–Gracias bebé.

Yo sonreí.

–Wow– habló la enfermera y yo rodé los ojos– nunca ví que unos hermanos se tratara así. Que tierno.

Hice una expresión de fastidio y me pare derecho.

–Bue– Emilio iba hablar pero lo interrumpí.

–De hecho no soy su hermano, soy su esposo y me gustaría que se apresure con eso porque mi suegra nos está esperando allá abajo con nuestro hijo. Así que por favor abstengase a hacer su trabajo y váyase.

Ella me miró algo sorprendida y dedicándome una sonrisa incomoda salió de la habitación dejándome a solas con Emilio.

–Ugh, zorra– susurré rodando los ojos.

Escuché a Emilio soltar una risa y lo miré con mala cara.

–¿Por qué no te la quitaste de arriba?– pregunté fastidiado.

–No te pongas así amor– dijo sonriendo– y mejor ayúdame a vestirme que quiero ver a mí hijo.

Yo asentí sonriendo sin poder evitarlo y lo ayudé a levantarse.

Cierto, quería traerle al bebé antes pero en el hospital no me lo permitieron porque está muy pequeño y no podía entrar a está área.

Lo ayudo a levantarse y luego de unos minutos ya estamos en el elevador bajando al primer piso del hospital.

Amor...– llamó Emilio.

Si am– mis palabras fueron calladas por sus labios. Abrió mis ojos por la sorpresa pero dos segundos después empecé a corresponder al cariñoso beso.

Nos separamos con la respiración algo pesada y uno nuestras frentes.
Te amo– susurró dejando un beso en mi frente.

Yo también te amo– dije sonriéndole.

Por fin llegamos al primer piso y salimos de ascensor. Salimos y caminamos tomados de la mano por el estacionamiento y ahí, recostada del auto estaba la mamá de Emilio cargando a nuestro hijo.

Emilio la miró y con ojos aguados caminó por no decir que corrió, hacía ella y se detuvo en secó al ver que cargaba a un bebé. Camino un poco más rápido hasta llegar a su lado y cargo al bebé para que Emilio pueda saludar a su madre y luego de un fuerte abrazo le pasé al bebé con cuidado para que lo cargara.

El me miró llorando son una sonrisa.
Es hermoso– susurró– y sí se parece mucho a mí.

Solté una carcajada y volví a cargar al bebé para que Emilio se subiera al auto, luego se lo pase y me subí yo. Unos segundos después estábamos camino a casa. Suspiré felíz.

Las cosas están mejorando ahora.

ᴛ ᴇ ᴀ ᴄ ʜ ᴇ ʀ // ᴇ ᴍ ɪ ʟ ɪ ᴀ ᴄ ᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora