𝚎 𝚜 𝚙 𝚎 𝚌 𝚒 𝚊𝚕

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El pequeño Samuel de ahora 10 añitos, corría al rededor de su padre Joaquín quién cargaba en sus brazos al pequeño Gabriel, ya de cinco años.

–¡Papá muevete más rapido que quiero subir al tobogán!– habló desesperado el pequeño Samuel.

La familia Osorio decidió ir a un parqué  para sacar a pasear a sus dos hijos.

–Solo espera unos segundos Samuel – habló su padre Emilio– listo chicos, vamos.

Joaquín dejó a Gabriel en el suelo y este de manera rápida corrió junto a su hermano mayor para jugar.

–¡Cuida a tu hermano Samuel!

–¡Esta bien papá!

Joaquín tomó la mano de su pareja y fueron a sentarse a unos asientos donde podrían ver bien a sus hijos y no daba el sol.

–¿Estás cansado amor?– preguntó Emilo a su esposo.

–umm– susurró como respuesta.

Emilio sonrió y los acomodó de mejor manera para que Joaquín pudiera recostar su cabeza en su hombro.

–¿Mejor?– preguntó el mayor.

–Mucho mejor, mi amor.

Joaquín se permitió cerrar un rato sus ojos dejandose llevar por la paz que los rodeaba mientras Emilio vigilaba a los niños.

Mientras tanto no muy lejos de la vista de sus padres se encontraba el pequeño Gabriel de cinco años y su hermano mayor Samuel de diez años.

–Oye Gabi– llamó el mayor de los hermanos– ¿podrías buscar la pelota?

Su hermanito lo miró unos segundos y luego regreso su mirada a sus gorditas manos  la cuales sostenían un juguete que en estos momentos era más importante que su hermano.

El mayor frunció el ceño y se levantó sacudiendo sus manos y pantalones.

–Bien, iré yo, solo no te muevas de aquí – habló con brazos cruzados y tono serio. Gabriel como buen hermano menor lo ignoró otra vez.

Luego de rodar los ojos Samuel empezó a caminar de forma distraída hacía sus padres, quienes para este punto tenían los ojos cerrados los dos. A centímetros de llegar chocó con un chico unos centímetros más pequeño que el,  mejillas gorditas, ojos pequeños y brillantes y labios en forma de corazón.

–Wuau...– susurró el pequeño Samuel.

El pequeño delante de el sonrío formamdo una linda eyesmile que le pareció muy tierna al pequeño.

–Holis– saludó el pequeño niño.

–Uh, hola– saludó Samuel.

–Me llamo Prem, soy de Tailandia ¿y tu?

El pequeño Samuel frunció el ceño
¿Tailandia?

–¿Qué es Tailandia?

El pequeño llamado Prem arrugó su nariz de forma pensativa
–Es el país donde nací.

Samuel formó un "O" con sus labios entendiendo al pequeño.

–Pues... uh yo nací aquí.

El niño asintió.

–¡Prem Jumpol, ya vámonos!– se escuchó un grito de lo que parecía ser el padre del pequeño.

El pequeño Prem cambió su rostro a uno de tristeza y miró al más alto.

–Ya me tengo que ir, mis padres me estan esperando – habló algo desanimado.

El pequeño Samuel también se sintió algo mal.

–Pero vengo aquí todos los domingos, así que nos podemos ver otro día – y luego de dejar un besito en la mejilla del más grande se fue corriendo, pero se detuvo a medio camino.
–¿Cómo te llamas?– preguntó el pequeño.

–¡S-Samuel!– respondió.

–¡Bueno, adiós Samuel!

Y sin más se fue de aquel parqué dejando al pequeño Samuel confundido y a los padres del mismo muertos de ternura.


Oh oh... ¿Nueva historia?



Ahora si raza, este es el final.
Estoy re tentada de hacer una segunda temporada basándome en la historia de Prem y Samuel pero lo tendré que pensar muy muy muy bien uwu
¡adiosito!

ᴛ ᴇ ᴀ ᴄ ʜ ᴇ ʀ // ᴇ ᴍ ɪ ʟ ɪ ᴀ ᴄ ᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora