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—Len...

La voz se le cortó a la muchacha, sus ojos se llenaron de lágrimas y su expresión se volvió forzada, el rubio al ver eso se alarmó, para al instante acercarse a ella.

—¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Pasó algo?

Ella no respondió, simplemente se abrazó al chico, confundiendo un poco a éste, pero dada la situación él correspondió el abrazo. La chica ahogaba sus sollozos en el pecho del blondo, hoy más que nunca necesitaba un abrazo.

—Está bien... Está bien, Rin —declaró el chico suavemente dándole algunas palmadas en la espalda.

Varios minutos pasaron y la rubia al fin se separó de él.

—Lo sien...

—No hay problema —interrumpió Len—. ¿Qué es lo que más te gusta?

—¿Eh?

—Sólo responde, una fruta o postre que más te guste.

—L-Las naranjas, ¿por qué...?

—Espera aquí.

El blondo no dio explicaciones, simplemente se dio media vuelta y entró al local que tenían al lado. Rin apenas notaba que estaban frente a una cafetería, miró el cartel del lugar, "Menny's". A los minutos, Len salió con una caja blanca, la cual sostuvo frente a Rin.

—Len, ¿qué...?

—Pastel de crema con naranjas, es bastante bueno, lo sé por experiencia.

—Gracias...

—No es nada, ¿qué sucedió?

—Yo... Akaito...

—¿Qué te hizo? —preguntó Len tornándose mucho más serio.

—Nada... Es que... le gusta mi amiga.

—Oh, ¿y?

—Y a mí me gustaba él... Él ya me rechazó, pero aun así... duele...

—Oh...

La mirada de Rin era triste, Len sintió pena por la blonda, pero, ¿qué podría decirle? Él nunca estuvo en ese tipo de situación.

—¿Por qué estás sola tan tarde?

—Estaba en la casa de mi amiga, estábamos hablando acerca de esto...

—De acuerdo, ¿y ahora a dónde vas?

—A mi casa.

—Vamos, te acompaño.

—¿Eh?

—Es peligroso ir sola de noche y más a esta hora, debiste quedarte a dormir en su casa o pedirles a tus padres que te fueran a buscar.

—No tienes que...

—Claro que tengo, me sentiría horrible si algo te pasara. Además, tampoco importa si llego tarde a casa.

La rubia quiso decirle algo, se sentía mal por tener que hacer que Len la acompañara, pero necesitaba hablar con alguien que no fueran sus amigas, necesitaba hablar con Len. Sin pensárselo, Len extendió su mano en dirección a Rin y ésta no dudo en tomarla, así fue como ambos comenzaron a caminar por la desolada acera.

—Len... ¿soy fea?

—¿Tú te crees...?

—No —respondió Rin—, pero... ¿para ti soy fea?

—No, eres bastante linda, así que si fuera tú no me preocuparía.

—¿Por qué no le gusto a Akaito?

Yo te Amaré (Rin x Len)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora