Dos: Lucas.

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Se convirtió en rutina pasar por aquel parque, podría evitar cruzarlo para llegar más rápido a casa, pero desde que vio que sin falta está ahí una chica llorando, le fue imposible ignorarla.

Uno de tantos días notó que había un hombre bastante sospechoso observándola, tal como le dijo, se acercó para evitar una desgracia.

Sino hubiera sido por eso, nunca se habría sentado a su lado.

Haciendo en su mente una lista de tareas por hacer, se sorprende un poco al ver que la chica cambio de lugar, no está sobre el césped como acostumbra, está en una de las bancas.

Aprovecha que tiene la mirada plantada al suelo y camina hasta quedar detrás de ella. Agarra las gafas que cuelgan de su playera y se las pone a la chica.

—Cubre tus ojos y no se darán cuenta de que lloras. —Rodea la banca y se sienta a su lado. —Hola.

—Hola. —No esperaba una respuesta. —¿Tienes tiempo?

—¿Para hablar? Claro, te escucho.

—Vengo de Beijing, por mis estudios universitarios, pero extraño demasiado a mi familia, me siento tan sola aquí. Es por eso que lloro todos los días, vengo aquí porque siento que si me quedo en mi departamento, mis padres se enterarán que no estoy bien.

—¿Por qué no les dices?

—Querrán que regrese, y si me gustaría hacerlo, pero eso demostraría que soy débil. Que no puedo valerme por mi misma. Que no puedo estar sin ellos.

—Tal vez no estas lista para independizarte de tu familia, podrías haber estudiado en Beijing y después venir aquí a trabajar, o continuar tu vida allá. 

—No lo se, en el fondo amo estar aqui, pero las lágrimas son incontrolables. Ya es rutina  venir aquí. He llegado a pensar que yo misma me obligo a sentirme triste.

—¿Alguna actividad que te distraiga?

—Cuando fui a la biblioteca me olvide de todo, no soy fanática de la lectura, pero me sentí bien. A salvo.

—Entonces en lugar de venir aquí, dirígete a la biblioteca. 

<<Aunque eso signifique que ya no te veré a diario>>

Se quedan en silencio, Lucas aprovecha para sacar de su mochila un paquete de galletas empezado, lo ofrece una.

—Soy Yuqi, Song Yuqi. —Levanta su mano hacia él después de subir los lentes como diadema.

—Lucas. —Corresponde al gesto y le muestra una sonrisa resplandeciente.

—Ya lo habías mencionado.

—No esta mal repetirlo. Sabes Yuqi, también vengo de China, Hong Kong para ser más exacto, me mude con mi madre cuando tenía quince, ahora ya me he acostumbrado.

—Con razón hablas perfectamente el coreano.

—Aún tengo mis fallas, pero podría enseñarte a mejorar.

Una vez más el silencio predomina hasta que Yuqi se voltea hacia su mochila para abrirla, saca de ella una soda en lata. La limpia con la servilleta que la envuelve y se la ofrece a Lucas.

—Gracias por todo Lucas. Seguiré tu consejo y frecuentare más la biblioteca, si dejas de verme por aquí es porque está funcionando.

Acepta la bebida, la abre y bebe un poco. Después la deja a un lado.

—Será raro no verte más por aquí, pero es por una buena causa, así que estaré bien.

La chica revisa la hora en el reloj en su muñeca, ya debe irse, tiene planeado reunirse con sus amigas para ir a cenar.

—Me tengo que ir, hasta pronto Lucas.

—Adiós Yuqi, espero que nos volvamos a ver pronto.

Asiente, se levanta con su mochila en mano. Lo ve por última vez con una tímida sonrisa, él la imita. Entonces estrechan sus manos por segunda ocasión.

Lonely [LuQi]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora