My Soulmate | Luzuplay

Capitulo III

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- PERSPECTIVA DE LUZU -

Eran las 8 de la mañana, tenía que comenzar a hacer mis tareas diarias, mi parte de la limpieza y tareas de la universidad, como costumbre de cada mañana me levante de la cama, me deshice de mi polera para luego tomar mis cosas eh irme a duchar. Salí de mi habitación pero escuché un ruido en el baño ¿quién estará despierto a estas horas?

Espere fuera de la habitación y cuando la puerta del baño fue abierta me sorprendió ver Raul salir de allí, su cabello y rostro estaban algo mojados y sin darse cuenta se tropezó conmigo, volteando a verme de inmediato, vi su rostro tomar un tono carmín que lo hacía ver tierno.
Luego de unos segundos de contacto visual decidió hablar.

— Buenos días – Su vos se escuchaba un poco fina pero rasposa, agacho su rostro y solté una pequeña risa.

— Buenos días – le devolví el saludo y le sonreí. Luego de esto Raúl regresó rápidamente a la habitación de mi hermano, a pesar que me costó conciliar el sueño por pensar en el, aún no entiendo por qué algo se siente diferente.

En fin, tome una ducha y cambie mis ropas para comenzar con la rutina diaria.

– PERSPECTIVA DE RAUL -

Salí corriendo a la habitación de Ruben  ¿qué había sido eso?, Dios ¿por qué tenía que despertar tan temprano?
Cuando tropecé con el no pude evitar ver su torso descubierto, ¿acaso iba al gimnasio? Tenía un puto abdomen tan duro como una  jodida roca. ¿Qué estaba pasando? Necesito respuestas.

Pero no se quien podría ayudarme.

Segui y seguí pensando en los hechos y recordé que según las películas todas estas idioteces que me están pasando seria por .... ¿Amor?
Diablos, no.

No puedo enamorarme de un hombre, eso es asqueroso y anormal.

Nunca seré gay, sin importar qué.

Pase las últimas dos horas jugando con mi teléfono, hasta que escuche a Ruben murmurar palabras que no logre entender pero me causaron un poco de gracia.
Ya comenzaba a sentir como mi estómago gruñia por un poco de comida.
Agh... Odiaba despertar temprano.

A los segundos de perderme en mis pensamientos alguien llamó a la puerta, ¿será Luzu? Espero que no, aún no puedo verlo a la cara después de lo que ocurrió en el baño, ¿se habrá dado cuenta que mi vista se quedó en su tan trabajado abdomen?

— Ummm ¿Raúl? – Mierda, no me di cuenta que abrió la puerta, Luzu me veía fijamente — ¿Quieres comer algo? –

— Ah? Bueno... Sí, estaría bien – Oh no, no, no, NO estaría bien Raúl Álvarez Genes ¿en dónde carajo quedó tu racionalidad?

— Bien, baja a comer – Me sonrió y comenzó a caminar a lo cual tuve que seguirle, ya no podía cambiar de parecer. No podía pensar en nada más que Luzu y yo desayunando juntos.

Al llegar a la cocina, ahí se encontraba la Señora Doblas. ¿En qué momento se despertó? No escuché cuando lo hizo. Esperen un momento, ¿Cómo demonios pude pensar en estar a solas con Luzu?
Wow, realmente estoy mal de la cabeza.

— Buen día Raúl, me sorprende que estes despierto desde tan temprano – Me saludo la Señora Doblas y sin pensarlo dos veces la saludé con una sonrisa.

— Buen día – Salude mientras sentía como el olor de tocino y huevo frito llenaba mis fosas nasales. Admito que la Señora Doblas es una gran cocinera.

Ayude a Luzu a arreglar la mesa para comer y luego nos sentamos para desayunar.
Era un bonito y cálido ambiente familiar, se sentía bien ya que no estaba acostumbrado a este tipo de momentos ya que tanto mi madre como mi padre se la pasaban en el trabajo, apenas los veía y me quedaba solo hasta la noche. No puedo quejarme ya que gracias al esfuerzo de mis padres nunca me faltó nada así que estaba agradecido con ellos.

Pero creo que para un chico de 15 años fue difícil crecer así, al principio tuve una niñera, alguien que me acompañaba y jugaba conmigo pero al cumplir los 14 mis padres la despidieron excusándose que ya estaba grande para cuidarme solo.
No fue fácil acostumbrarme a eso pero al hacerlo me di cuenta que no era tan malo, después de todo, podía hacer lo que yo quisiera.

Comenzaba a regresar tarde a casa, de alguna manera llegó un momento en el que decidí que un pircing sería buena idea (no me arrepiento de nada) al igual que teñirme el cabello.
Dude si el tabaco era dañino, al igual que las bebidas alcohólicas, bueno, tal vez no era un adicto pero acepto que los consumo de vez en cuando.

Vamos, estoy a punto de cumplir 16 no es tan mala edad para experimentar ¿no?

Da igual, al final, todo ya estaba hecho al igual que mi costumbre a la rutina; despertar a las seis de la mañana para ducharme, cambiarme y tomar mis cosas para dirigirme al colegio, pasaba las clases aburrido, estresado y con sueño, aveces dibujaba algo en las libretas y otras llevaba cómics para leer mientras los profesores explicaban cosas que no me importaban en lo más mínimo.
Al salir de clases pasaba por algún parque, alguna tienda para comprar el almuerzo o solo a caminar por allí para después regresar a casa a dormir un rato y luego hacer mis tareas – digamos que no soy el mejor estudiante pero tenía un promedio de 70 lo cual no era tan malo – a esperar que algo pase o algo cambie en la rutina, me recostaba en mi cama pensando como sería tener una familia normal, aún si no tuviese todo lo que tengo ahora, ¿será que mi madre prepararía galletas o pasteles como lo hacen en las películas? ¿O mi padre regresaría del trabajo para sentarse a cenar todos juntos y luego echarnos a ver televisión?, pienso muchas cosas que básicamente son imposibles.
Seguire creciendo sin un ambiente familiar, aún que debería de agradecer un poco eso, por el hecho de estar solo jamás necesite amigos en el colegio.

Con suerte tengo a Ruben, mi mejor amigo y después de el a Ismael quien es un chico de un grado mayor, aún que habláramos poco, las charlas con el suelen ser muy entretenidas y divertidas.

Pero bueno.

Así era mi vida.

Asi era mi rutina.

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Hey muy buenas, esta nota la dejo solo por lo que narra Raúl en el capítulo.

Ninguna es la edad correcta para consumir alcohol, tabaco o drogas.
No lo hagáis por favor.
Cuiden su salud y quieranse.

Un saludo a todos.

Adiós