My Soulmate | Luzuplay

Capítulo VI

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– PERSPECTIVA DE ISMAEL –

Ayer todo lo que paso fue inesperado, logré besar a Raúl, pero no estoy seguro si estaba consciente de lo que pasaba.
Lo poco que recuerdo, lo recuerdo perfectamente, sus manos deslizándose por mi espalda y sus pequeños gemidos, claro, todo eso minutos antes de quedarse dormido profundamente, en el momento me sentí mal, pero ahora que lo pienso no lo es tanto, ya que no quería que las cosas ocurrieran así, no de esa manera.

Desperté por la madrugada, no se escuchaba a nadie en la casa, supongo que sigue igual de vacía que siempre.
Salí de la habitación para buscar el baño, necesitaba lavar mi rostro para terminar de despertarme.
Agradecí a Dios por que la puerta a la izquierda sea la correcta.
Ingrese a la habitación y realmente era un baño de lujo, con tina y ducha, ¡te envidio Raúl!, me acerqué al lavamanos para mojar mi rostro y luego verme al espejo.
Esperé verme mal, con un rostro desfavorable o aún con ese tono rojizo que mis mejillas toman cada vez que bebia de más, pero jamás esperé ver una mordida en mi cuello, maldición, se veía claramente.
¿Raúl me mordió?
¿Que demonios pasó ayer?

¡Cierto!, es martes, necesitamos ir a clases, maldito Raúl siempre logras quitarme el tiempo de la manera más bonita y perfecta posible. Aunque faltar no estaría mal ¿verdad?
Dudo que a Raúl le regañen, pues por lo que me a contado básicamente vive solo ya que sus padres se la pasan en el trabajo.
Y bueno... a mi no me dirán nada, mis padres nunca se enteran de lo que hago fuera de casa así que no veía ningún problema para faltar.

Regrese a la habitación de Raúl, estaba durmiendo, verlo era relajante y calmaba mi pequeño corazón enamorado.
Que bueno que aún logre llevarlo a la cama.
Creí que era buena idea acostarme junto a él, así que lo moví al rincón de la cama y yo me acosté junto detrás de él, juntando su espalda a mi pecho, mientras lo abrazaba en el proceso y así dormir juntos.

– PERSPECTIVA DE RAUL –

No se que hora es, pero el maldito sol ya salió, joder si que me duele la cabeza, trate de levantarme pero sentí algo rodear mi cintura, al voltear a ver ahí se encontraba Isma, abrazándose como si fuese un jodido oso de felpa.
Excelente, alguien ya me convirtió en su tonto juguete.

Trate de levantarme sin despertarlo, cosa que no funcioso por que al segundo ya estaba Isma rascando con delicadeza sus ojos y achinarlos para poder acostumbrarse a la luz.

— ¿Raúl? – me pregunto con una voz rasposa, eso lo hacía verse más sexy de lo normal.

— Hola cariño – le respondí tratando de jugarle una broma la cual salió bien, pues Ismael se levanto de golpe, haciendo que a los segundos se mareara por el movimiento tan brusco.
Comencé a reír a carcajadas y vi su rostro tomar un tono rojizo — Ya ya, solo bromeaba, no te enamores más de mi porfavor – sonreí y guiñe para volver a reírme.

— Hey, que me asustas tío –hablo un poco enojado — ¿Que hora es?

— Ummm déjame ver – salí de la cama y tome mi teléfono que se encontraba en la mesita donde estaban algunas de las botellas y residuos de frituras de ayer — la una de la tarde – dije sin más.

Excelente, me había perdido un día de clases, aún que no me importa del todo, valió la pena.
Ayer la pasé bien.
Además de ver la hora, noté muchos mensajes de Ruben, creo que lo hize preocuparse, le escribiría después de que el saliera de clases, pues a esta hora estaría recibiendo la ultima catedra.
Estaba entre mis pocos pensamientos positivos cuando sentí como Isma me abrazaba por la espalda ¿qué le pasa a este hombre?

— ¿Que haces? – pregunte al sentir su respiración en mi cuello, solo obtuve un gruñido como respuesta. Una de sus manos de deslizó a mi cuello jalando un poco de mi polera, y así tocandome con su fría mano, cosa que me hizo erizar — O.. oye – le hablé de manera débil, su mano seguía acariciando mi piel, hasta que de un momento a otro dejo de hacerlo.

— Tengo hambre – hasta que por fin decide hablar el hombre. Lo voltee a ver un poco confundido y el solo me sonrió. Valla que este chico aveces puede ser un poco raro.

— Bajemos a buscar algo de comer – dije por ultimo para comenzar a caminar hacia la cocina, me acerqué a uno de los cajones y de ahí saqué dos pastillas para el dolor de cabeza.
Se ofrecí uno a Ismael que rápidamente lo tomó, y luego le pasé un vaso de agua, ambos tomamos la pastilla

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