Isabela vive enamorada de su jefe desde hace cuatro años, un día toma el valor de confesar su amor con la intención de soltar ese sentimiento y por primera vez en años sentirse libre, lo que ella no esperaba es confesarse al hombre equivocado...
I...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al parecer Pablo y Xiomara tenían los mismos gustos que no batallaron en escoger el bar mas ambientado de la noche, ambos querían platicar, pero se les daba bien eso de convivir con mucha genta a su alrededor.
— Entonces me estas diciendo que el pesado de Braulio te ha estado intentando ligar — dice tomando un trago a su tercer Martini.
— Pues no tengo otra explicación, no he podido decirle los motivos reales por los que no puedo estar ligando con él, porque seria echar de cabeza a Isa, él se paso de la raya la ultima vez y esa foto que me mostraste es de esa vez, yo no lo bese... el ángulo de esa foto tiene toda la malicia encima — dice moviendo su Cosmopolitan de un lado a otro.
— Debemos saber quién tomo la foto, yo solo borre el correo sin darle importancia de quien lo mandaba, no tuve oportunidad de leer la verdad, ahora me arrepiento... pero bueno, entonces dime que vamos a hacer, Isa debe de saber que clase de hombre es Braulio, pero siento que le romperá el corazón enterarse — dice algo frustrado.
— En estos momentos ya lo dudo, hable con ella antes de que Bruno llegara y déjame decirte que tu amigo hace que las hormonas de mi amiga anden al tope, me dijo cosas que jamás me había dicho ni de Braulio — dice tomando el ultimo trago de su bebida y alzando la mano al mesero para que le traiga otro igual.
— Me encantaría que ambos terminaran juntos, que Bruno olvide el pasado y sea feliz con Isa — dice mirando con nostalgia su bebida, recuerda a la rubia odiosa que tuvo el desagrado de volver a ver.
— Pues... brindo porque así sea —dice Xiomara sonriendo, Pablo la ve y se contagia, la música comienza a sonar y ella le invita a bailar, él no pierde el tiempo y la sigue. Ambos no se dan cuenta que alguien los ve desde el otro lado del bar.
Mientras ellos bailan al ritmo de la música, Isabela se debate entre la cordura y la locura del momento que vive en brazos de Bruno, los besos habían subido de tono con ligeras caricias que invadían un poco su cuerpo debajo de la playera que lleva aun puesta, el mayor la ha arrinconado contra el sillón después de girarse sobre ella, Isabela disfruta de sus caricias tan delicadas y que poco a poco han demandado de su piel, en un momento de confianza abre sus piernas dejando que él se acomode mejor, Bruno invade aun mas el espacio personal de Isa juntando su pelvi a la de ella mostrando que los besos no son lo único que despierta en él. Isabela puede sentirlo, puede sentir ese calor que no sentía en años, desea a Bruno y el miedo no la esta haciendo presa, Bruno por su parte intenta detenerse, pero la piel de Isa se siente tan bien, tan suave, tan tersa que no puede dejar de tocarla, se mueve un poco consiente que una erección esta apareciendo cada vez mas imponente sin control, fricciona el cuerpo de Isa y ella suelta un ligero gemido que lo vuelve loco, deja de besarla cuando su celular comienza a sonar para apoyarse en su pecho, intenta controlarse siendo consciente de la posición en la que esta y lo que esta haciendo, la realidad lo golpea duramente, y la respiración agitada de Isabela es mas arrulladora ahora que esta en su pecho escuchado su corazón acelerado.