Capítulo 13

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Isabela llegó a su oficina y encendió la computadora para irse a preparar café y revisar pendientes, unos minutos pasaron cuando se escuchó el elevador y vio entrar a Braulio de golpe a su oficina sin decir nada, ni siquiera los buenos días, volvi...

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Isabela llegó a su oficina y encendió la computadora para irse a preparar café y revisar pendientes, unos minutos pasaron cuando se escuchó el elevador y vio entrar a Braulio de golpe a su oficina sin decir nada, ni siquiera los buenos días, volvió a sentarse dudando si debía entrar, el interfon sonó asustándola.

— Por favor llama a Xiomara de diseño que venga inmediatamente... — dice Braulio, Isabela solo contesta un simple si señor. Se queda perdida en sus pensamientos antes de actuar y marcar al piso de diseño.

— Si, bueno días, por favor puedes decirle a Xiomara que el señor Braulio desea hablar con ella en su oficina, gracias — dice Isabela aun algo extrañada.

— Buenos días dulce Isa — dice Pablo desde que entra por el elevador, ella le sonríe ligeramente al verlo en su puerta.

— Buenos días.

— ¿Qué paso? — dice sentándose frente a ella.

— Nada, todo bien — dice ella, pero Pablo no se ve muy convencido, pero lo deja pasar.

— Hoy Bruno llegara tarde, así que estaré trabajando en su oficina... — dice poniéndose de pie.

— ¿Gustas café?

— Si, con leche y dos de azúcar por favor — dice con mucho entusiasmo, la deja sola.

Pasaron unos minutos cuando Xiomara entra por el elevador y mira a Isabela, pero antes de poder decir algo Braulio salió de su oficina, le entrego unos papeles a Isa y le señalo que entrara a Xiomara.

— ¿Qué pasa Chía? — dice apenas audible Isa.

— No lo sé... debe de ser algo de trabajo — dice caminan deprisa al privado.

— Por favor toma asiento — dice Braulio cuando ella cierra la puerta.

— Así estoy bien, dígame señor Braulio...

Xiomara no puede ocular que esta incomoda y nerviosa, pero intenta mantener el control de la situación, se imagina lo peor, tal vez será despedida en ese momento.

— Ayer las cosas se salieron de contexto, totalmente — dice él.

— Creo que había sido clara...

— Lo fuiste y yo me pase de la raya, la bofetada me la merezco, sin duda — dice poniéndose de pie, pero sin acercarse a ella.

— Te la merecías, pero me gustaría que quedara todo esto en el pasado y no se vea afectado en mi trabajo — dice ella.

— No, claro que no afectara en tu trabajo, crees que no sé donde estoy parado, se que puede tomarse como acoso laboral y esa no es mi intención...

— Ok.

— Me siento muy mal por mi comportamiento de ayer y espero que puedas disculparme — dice acercándose con las manos arriba en señal de paz.

— Puedo dejarlo pasar, pero manténgase alejado de mi — dice ella mirándolo a los ojos. Braulio duda en contestar a ello.

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