— ok, ahora explícamelo como si fuera una niña de 5 años...— Chía basta, ya te dije me declaré al hombre equivocado, su hermano — dijo Isabela debajo de la enorme colcha que mantenía como barrera para no ver a su mejor amiga.
— No Isa es que eso es imposible, ¿Cómo no te diste cuenta? — dijo jalando la colcha para verla.
Isabela había llegado a su casa aun si saber cómo lo hizo, salió tan en automático después de desahogarse en las escaleras del segundo piso, Xiomara le marco a su celular hasta el cansancio que tuvo que contestarle a la octava vez, aun vestía el vestido y el maquillaje estaba arruinado, eran casi ya las cinco de la mañana.
— No sé, tal vez fue el alcohol, pero es que te juro Chía son idénticos... — dijo con tristeza, había llorado tanto que el rímel lo llevaba por las mejillas y una de las pestañas postizas se despegó de medio parpado. Xiomara la miraba con empatía después de haber esperado tantos años y pasar por algo así.
— Dices que Braulio llegó y si te escuchó...
— ¡NO! No lo hizo había terminado mi super monologo declaratorio cuando él llegó, soy una tonta eso es lo que soy, tendré que renunciar — dijo mirando a la nada.
— ¡¿Qué?! Estás loca, no puedes dejar este trabajo, no puedes perder tu seguridad económica, si él no te escucho entonces puedes seguir como si nada y trabajar como todos estos cuatro años — dijo tratando de animarla.
— Pero y si él le dijo, que tal si se lo dijo... ¨Ey tu secretaria está enamorada de ti¨ para esta hora debe de saberlo, que vergüenza, no puedo poner un pie en la oficina — dijo llevando sus rodillas al pecho.
— No creo que le haya dicho, además tal vez solo vino un día o dos y después él se ira y podrás seguir con tu vida normal, Isa si no vas eso si será raro... ¡ya se puedes fingir que no lo recuerdas que estabas tan tomada que no sabes lo que hiciste! — dijo poniéndose de pie como si hubiera ideado el mejor plan, Isabela la observaba incrédula de semejante tontería.
— Gracias, pero prefiero quedarme encerrada en esta habitación el resto de mi vida — dijo tapándose de nuevo completamente con la colcha.
— No señorita no lo permitiré, pero sabes lo que se me hace muy, pero muy raro, es que nadie en la oficina sabíamos que él tiene un hermano y sobre todo un gemelo idéntico — dijo sentándose.
— Braulio dijo que solo Omar lo sabe, pero es lógico es su mejor amigo, pero si se me hace muy raro y además que la actitud de él ahora que lo recuerdo no era muy cómoda — dijo destapándose de golpe mirando al techo.
— Sin duda es el gemelo malo...
— ¿Qué dices? — preguntó Isabela
— No me hagas caso, pero es una creencia que si son gemelos uno es el bueno y el otro es el malo — dijo con mucha seriedad.
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Desde aquel momento 🗒🤍
RomanceIsabela vive enamorada de su jefe desde hace cuatro años, un día toma el valor de confesar su amor con la intención de soltar ese sentimiento y por primera vez en años sentirse libre, lo que ella no esperaba es confesarse al hombre equivocado... I...