Confesión

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- ¡Ania! - la buscó Seth ya vestido y en su forma humana.

- Estoy aquí. No quería que me vieses comer. - apareció ella tras él.

- En cuanto a lo de que eres mi impronta... - susurró Seth.

-Primero ponte una camiseta y luego ya vemos si hablamos del tema ¿vale? - sonrió ella.

- Pero...- trató de abordar el tema de nuevo.

- La camisetaaaaa - canturreó ella riendo levemente y corriendo como humana.

- Agh... Está bien, ven a mi casa entonces y me visto. O vamos donde los Cullen, también tengo camisetas allí. - ella rió ante las palabras y el tono de Seth, y no pudo evitar dejarse agarrar cuando este la cargó en brazos y puso camino hacia la casa de los Cullen.

- Sabías que no me pasaría nada cazando sola ¿por qué me seguiste? - preguntó ella.

- No me fastidies Ania, he sentido pánico por ti toda la pelea y con los pocos arañazos que has recibido he roto un par de huesos, ¿crees que tras eso te iba a dejar sola así como así? Ahora que lo sabes ¿qué más da si actúo un poco protector en situaciones como estas? - sonrió él.

Ania pensó que era muy parecido a Jacob cuando tenía su edad. Había crecido y ya no tenía los rasgos de un niño.

Eran algo más perfilados, como los de alguien que se desarrolla, pero seguía poseyendo su brillo en los ojos, ese que nunca se cansaría de mirar.

- Vale. Vale.... Te dejo que lo hagas - sonrió ella.

- Esta noche te pienso mimar mucho. - sonrió el y vio la hora en su reloj - media noche... Feliz cumpleaños. - sonrió él.

Ania sonrió y ronroneó levemente contra el pecho del chico.

Llegaron a la mansión Cullen, donde ella esperó a que Seth se pusiese una camiseta, ella se había duchado y cambiado en un segundo.

Seth y ella salieron y fueron a la casa de Seth, donde su madre no estaba, pues estaba con Charlie Swan esa noche.

- Bueno, pues... ¡Cena especial de cumpleaños! - sonrió Seth.

- Es preferible que te duches antes. - sonrió - tienes tierra en el pelo.

- Vale.... Voy, pero el que cocinará soy yo. No tu ¿vale? - corrió a ducharse.

Ania esperó 15 o 20 minutos, su estómago rugía levemente.

- ¡Ya estoy! - bajó Seth en toalla.

Ella se sonrojó al momento y desvió la mirada.

A Seth le había encantado notar que tenía una enorme reacción en ella solo con verlo así.

Decidió torturar la un poco antes de vestirse.

- Hola amor. - susurró en su oído, logrando que ella se estremeciese.

- ¿qué haces? - ella susurró, como si estuviesen a escondidas.

- ¿No eres mi amor? - sonrió él besando su mejilla, bajando a su cuello lentamente.

- Y-yo... Espera ¿tu amor? - preguntó ella separándose un poco.

- Sí, mi amor, mi impronta, mi pareja - La atrajo a su cuerpo y le besó dulcemente la mejilla.

Ania no sabía qué hacer, le estaba dando un straight pannic en ese momento.

Decidió hacer lo mismo que él, se levantó y acorraló al mayor contra la isla de la cocina.

- Eso somos teóricamente hablando. ¿No?- sonrió ella muy cerca de los labios del mayor.

Eclipse Durante El AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora