Días más tarde fue el cumpleaños de Bella, y Ania le regaló cosas para ella y para el bebé.
- Aw... Odio las sorpresas, pero eres un encanto. - Sonrió Bella al desenvolver aquella moto de pañales con un oso encima que llevaba un body para bebés. Y luego la moto llevaba un paquete de una camiseta para la madre a juego con el body del bebé. - es precioso. - la abrazó feliz.
- Mi madre ideó la forma de la moto.- sonrió Ania. - también me pidió que te diga que te desea todo lo mejor. No vino porque estás sensible a los olores de lobos, y si ya aguantas la presencia de Jacob y a veces la de Seth, no te cargará con la suya. - sonrió ella.
- Muchas gracias.... - ella tenía una pinza en la nariz, aguantando el "tufo" de Jacob.
- Ehh.... ¿Lo siento? - preguntó/se disculpó Jacob.
- Si, tranquilo, no hay problema - las pinzas de Bella eran las que llevaban las chicas de natación sincronizada.
- Bueno... Jacob, Ania, es hora de enseñarle nuestro regalo, ¿podéis cuidar a la niña? - pidió Alice.
Jacob asintió feliz, quería darle mimos a la menor, Edward sonrió disimuladamente, enternecido por los pensamientos de Jacob de mimar a la pequeña.
Peeero como padre nacido en el S. XIX no lo diría.
- Bueno... Vamos - los vampiros guiaron a Edward y Bella a su casa nueva.
Jacob mientras jugaba con la pequeña, la hacía reír.
Aunque era preocupante que se viese tan mayor con sólo tres días.
Aparentaba unos meses.
El tiempo fue pasando, y Ania llegó a la edad de 18 años.
Unos días antes de su cumple sus células dejaron de envejecer.
Ella tuvo un ataque de pánico que su madre trataba de calmar, pero no había manera, tendría 17 toda su vida. Ya no cambiaría.
Su cuerpo se había desarrollado bien en esos 4 años, sus pechos eran medianos tirando a algo grandes, pero no más.
Su trasero era redondito y firme gracias a todo el deporte que hacía.
Seth tenía ya el pelo largo, más bonito que el de Jacob a los 16 años.
A él le gustaba llevarlo suelto, pero cuando se hacía un moño tenía un aire asiático que le encantaba.
Eran pareja desde los 16 años de Ania.
¿Por qué no lo habían comenzado a salir antes?
Fácil, Ania se sentía muy pequeña para ello, y bueno, también quería experimentar un pelin sin estar con Seth porque no quería hacerle mucho daño.
Al final, tal y como pasó con Seth, nadie le hacía sentir tanto como el ya mencionado, y siempre, por cualquier cosa que intentase, volvía a él.
Seth la esperó, la cuidó y, aunque a veces dolía, tenía que entender que estaba pasando por lo mismo que él.
Ella nunca entregó su virginidad a nadie, y Seth sólo había tenido sexo 3 veces, hacía 4 o 5 años.
Él fue el lobo más feliz cuando ella terminó pidiéndole salir.
Ese día fue estupendo, estaban paseando por la playa de La Push, era el año anterior.
Ella tenía 16 años y él 18. Estaban en una salida con los lobos, y Jacob había llevado a Renesme también.
La pequeña en ese momento aparentaba unos 9 años.
En cierto momento todos estaban en el agua excepto Seth.
Ania podía sentir en su pecho la confusión que él sentía ante ella y sus sentimientos.
Ella fue hacia el con una sonrisa y se sentó a su lado en la toalla, tranquila.
Hablaron in poco, ella se puso de rodillas y comenzó a juguetear con Seth a ver quien podía con el otro.
En cierto momento ella le besó y volvió a sentir el amor tan grande y todo lo que nadie le hacía sentir.
Decidió aceptarlo y dejar de tratar de ir contra ello, además, quería estar con él.
Seth la atrajo a si misma con algo de fuerza.
- Te amo, no quiero tratar de seguir yendo en contra de mis sentimientos. - susurró Ania- ¿querrías ser mi novio? - preguntó en su oído.
Seth al oír eso comenzó a llorar de la emoción, se sentía enormemente feliz, comenzó a dejar besos por toda su casa alegremente.
- Si, si quiero. - la besó de nuevo, ambos estaban emocionados, Ania le limpió a Seth las lágrimas a besos.
- No llores... - susurró ella y le besó con muchísimo amor y cariño.
Sentían muchas cosas en ese momento, pero más que nada, felicidad.
- ¡Al fin! - Leah, Jacob y los de la manada rieron desde el agua.
- ¿al fin qué? - preguntó Renesme en sus manguitos, estaba aprendiendo a nadar con Jacob - Puaj, un beso. - dijo al ver a la pareja y fue con el mayor.
- Al fin esos dos admiten que se quieren. - sonrió Jake, cogiendo a la menor en brazos.
- ¿acaso no se querían antes? Se supone que son mejores amigos. - preguntó ella de nuevo, curiosa e inocente.
Su crecimiento había resultado ser lo contrario al de Ania, si bien ella crecía como humana, Renesme crecía poco más del doble de rápido que un niño normal.
Carlisle había calculado que cada año ella envejecía 2 años y medio, lo cual preocupaba a sus progenitores y en si, a toda la familia y amigos, ya que no sabían cuánto tiempo les quedaría con ella.
Eso hacía que vivieran cada día como si fuese el último.
- Lo entenderás cuando crezcas algo más. - sonrió Jacob - ahora a nadar.
- Jopetas...- la pequeña comenzó a nadar, e incluso vio pececitos. - ¡¡Wow!! ¡Mira! - cogió varios en un cubo con rapidez, eran unos 7 - qué bonitos... - eran pequeñitos.
- Sí, pero debes dejarlos libres. - sonrió Leah.
- ¡Primero se los enseñaré a Ania! - trató de ir con el cubo sobre su cabeza a la orilla, pero pesaba tanto que a veces se encontraba andando bajo el agua, subiendo por aire y continuar andando.
- Yo te llevo. - sonrió Jacob y la cogió de nuevo con uno de sus fuertes brazos, llevando el cubo en la mano libre.
De paso, el resto de los de la manada cogieron otros cubos y fueron con ellos.
Al llevar tiraron los cubos sobre la enamorada pareja, haciendo chillar a Seth por el frío y reír a carcajadas a Ania, pues ella ya estaba mojada de antes.
- ¡Mira tita Ania! - sonrió la menor, Ania era su tía favorita, pues la llevaba con ella al sol y solía ayudarla con algunos deberes cuando no los entendía y, si había sido buena, los días soleados la llevaba a la playa, piscina, al cine o a actividades bajo el sol que no podía hacer con sus padres.
Habían ido a parques acuáticos y a otros lados solo ellas dos y, a veces, en grupo con Jacob y sus amigos, pero Renesme prefería que fuesen ellas dos solas, pues podía hablar sin timidez con ella, más que cuando estaba con la manada de lobos.
Los licantropos observaron que Ania había sido muy distinta a Renesme. Mientras que la mayor, cuando era pequeña, era muy extrovertida, la menor era lo contrario, muy tímida e introvertida.
Ania se deshacía en abrazos y Renesme sólo a quien conociese mucho, como Jacob, Ania y los Cullen.
Con Seth comenzaba a coger más confianza pues cada vez lo veía más desde pequeña.
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Eclipse Durante El Amanecer
Random2ª parte de "De Luna Llena a Luna Nueva", si no has leído esta todavía ¿Qué coño haces que no vas a leerla antes que esta? Como sigas leyendo esta descripción te llevarás Spoilers. Y si ya la leíste.... Estamos en los hechos de.... SI, ECLIPSE, y...