- ¡He cogido unos cuantos peces! - le mostró Renesme a su tía, la única que respiraba y cuyo corazón latía como el suyo. Ambas sentían que eso las unía más en todo eso de la inmortalidad, que sus corazones latiesen y por sus venas corriese sangre propia siendo parte vampiros
- wow. Son preciosos. - sonrió Ania acercándose a la menor, arrodillandose a su altura.
- ¿me los puedo quedar? - Preguntó ella - al menos solo unooo. - pidió. - porfiiii.
- Estos no te los puedes quedar pero ¿quieres ganar un pez? - prefirió responder.
- ¿por qué no me los puedo quedar? - Renesme hizo un puchero y tanto Sam como Paul pensaron que en las veces que habían visto a la pequeña, en ningún momento había actuado como una niña hasta ese momento. Cuando la veían solía actuar más tímida y escondida entre quienes conocía.
Se ve que la niña había olvidado la presencia de los lobos.
- Porque estos nacieron en el mar, si los metes en una pecera estarán tristes porque no estarán con sus amigos. - trató de explicar dulcemente - Pero podemos conseguir dos peces o tres que sean amigos entre ellos, pero se consiguen en tiendas de animales o en la feria de hoy.
En distintos viajes Ania había conocido a otros vampiros, algunos con poderes, pero pocos, entre los que poseían poderes conoció a uno con telequinesia (mover objetos con la mente), otro que se hacía invisible, uno que tenía el poder de la hipnosis y uno que podía hablar con los animales mamíferos si lo deseaba.
Total, que a veces podías encontrar a Ania en su salón hablando con su perro o sosteniendolo en brazos, siendo ella invisible, con una taza de chocolate caliente flotando (gracias a la telequinesia) a su lado y ella bebiendo un poco.
Solo pasaba cuando quería probar sus poderes.
Hablando del cachorro, este había crecido y no había sido desatendido en ningún momento, y estaba ahora más feliz de poder hablar con su dueña, pero no podía hacerlo en presencia de otros que no fuesen su madre, los Cullen, Seth, Jacob o la manada de Sam.
Cuando lo paseaba no podía entablar una conversación con ella, y era algo triste, ¡pero veía a sus amigos en el parque para perros! ¡Y a veces venía Renesme! Y, aunque ella no le entendía, Ania traducía lo que él quería decir.
Volviendo a la perspectiva humana...
- ¿Una feria? Quiero ir a una. He visto videos en Internet y nunca pude ir a la del pueblo. Dicen que es peligroso que me lleven con tantos humanos cerca porque no quieren terminar comiendo uno sin querer. - contó Renesme.
- Pues te llevaré yo si tus padres me Dan permiso, pero tendríamos que ir a ducharnos ya. - sonrió Ania en ese momento.
- ¡Si! ¡Hazlo porfaaaa! Porfiii.- la menor comenzó a saltar emocionada.
Cuando su tía llamó a sus padres por el móvil y ellos aceptaron, ella gritó de emoción, ¡al fin conocería la feria!
Jacob y las chicas fueron a casa de Ania para ducharse y vestirse mientras que Seth y Leah fueron a su propia casa.
Los de la manada se quedaron en la playa disfrutando la vida.
Ania se duchó con la pequeña para ayudarla a lavar su pelo e ir más rápido.
Ambas se vistieron cómodas, la menor con una camiseta de tirantes finos de color rosa con un chihuahua blanco de la película "Un chihuahua en Beverly Hills" (creo que era esa, igualmente, hablo de la chihuahua blanca) y debajo llevaba una falda corta (a ver, quien dice corta dice por encima de las rodillas) de volantes color blanca con motas de purpurina rosa.
ESTÁS LEYENDO
Eclipse Durante El Amanecer
Random2ª parte de "De Luna Llena a Luna Nueva", si no has leído esta todavía ¿Qué coño haces que no vas a leerla antes que esta? Como sigas leyendo esta descripción te llevarás Spoilers. Y si ya la leíste.... Estamos en los hechos de.... SI, ECLIPSE, y...