Se Viene Algo Chido

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Ania estaba nerviosa por todo, cuando finalmente Carlisle salió del lugar, Bella había llegado y entró para verlo.

Y, como en el párrafo siguiente me equivoqué y escribí todo en primera persona, ahora narra Ania:

Billy agradeció a Carlisle por su ayuda y este se fue tranquilamente.

Luego Bella salió y se marchó tras despedirse de nosotros.

Había vuelto a friendzonearlo, y todos lo sabíamos, lo habíamos oido, unos mejor que otros.

Sam hablaba ya tranquilo, me sentía mal, muy mal.

No me dejaron entrar a ver a Jacob, pero Seth me agarró del brazo y le apartó levemente.

- ¿Por qué aprovechaste a la mínima para ir allá? Victoria dijo que sus neófitos ya te habrían pillado a media montaña... Y que te habrían despedazado. - me abrazó, mi nariz chocó contra su cuello, tenía un aroma tranquilizante.

- Porque serviría de más abajo que arriba. - susurré - cuanto menos neófitos, mejor para Bella y Edward, y para ti.

- ¿Y qué hay de ti? ¿Tu vida qué? - me acarició el pelo, que por cierto, está sucio por tosa la pelea, pero igualmente me lo acaricia, esto sí es un amigo.

- Solo soy un experimento. - respondí - mi padre me creó para experimentar con licantropos y vampiros, a ver qué salía. - le confesé. - soy solo un peón en su juego de ajedrez, soy prescindible

- Para mi, tu eres el rey. - me susurró - ¿por esto no hablas de tu padre?

- Ah no, no es por eso, si lo de ser un experimento me la medio suda. El motivo es porque resulta que estaba casado con una vampiresa a la vez que con mi madre, cada vez participaba menos en mi vida, no respetaba mucho que se diga la vida humana, y no quiso mi custodia cuando se divorció de mamá. - enumeré levantando un dedo por cada motivo - a parte de lo de enterarme de ser un experimento.

- Joder, Ania, no lo sabíamos. - se acercó Leah y acunó mi rostro, el de Seth se ensombreció un poco ¿qué mosca le ha picado?

Leah me dio un pico inesperado y me quedé petrificada, me comencé a sonrojar cada vez más.

- ¡eh ! ¡Par de asaltacunas ! ¡¿Queréis dejar de pasaros el besar a Ania y venir los tres?! - llamó Embry.

Yo si que si, estaba en gay pannic, y ahora muy tímida.

¿Qué coño? Pero si yo soy bruta de cojones a veces ¿por qué me arde el rostro?

- La fiebre de ayer no se curó bien. Sigo con las mejillas rojas y calientes. - dije a Paul inocentemente.

- Eso, cariño mío, se llama sonrojo, pasa cuando de pones tímida o te da vergüenza algo. Y sí, es por Leah y Seth, también por el comentario del bruto de Embry, pero principalmente por tus pretendientes. - respondió Paul tranquilamente.

- Pretendientes mis cojones - frunci mi ceño.

- ¡ANIA, LA BOCA! - gritó Jacob desde dentro.

- ¡NO ME ARREPIENTO! - le gritó de vuelta.

- ¡que alguien le de una colleja por mi! - pidió el chico.

Sentí tres collejas, a falta de una.

- ¡Dicho y hecho! - sonrieron Jared, Quil y Embry.

Cogí un tronco y les golpeé a los tres a la vez con este en la nuca, lanzandoles el tronco suavemente, tampoco quería hacerles mucho daño.

- ¡Ups, se me escapó! - Me escondí tras Sam, y este se apartó. - Traidooor.- fui cogida por los tres chicos (espera, cogida PUAJAJAJAJAJA, significados de latinoamerica) y atacada a cosquillas.

Y como soy tan guay, fin de la narración de Ania, me echabais de menos, lo sé.

Ania fue a su casa tranquilamente, aunque acompañada de los hermanos, lo que ya no la tenía tan tranquila.

Leah aparcó frente a casa de la menor y esta agradeciendo a los hermanos, bajó.

- ¡Eh! Despídete bien - le dijeron a la vez.

"Esto de que hablen a la vez da miedo" pensó Ania.

Ella abrió la puerta del copiloto y se acercó a Seth, pero cuando el puso la mejilla, ella le hizo una cobra y, sobre el, besó la mejilla de su hermana.

- aah no, eso sí que no. - La tumbó en su regazo y sonrío al mirarla quieta. - a mí no me vas a hacer la cobra con un beso en la mejilla.

- ¿Y si lo hago qué? - desafió ella, desde abajo.

- Bien, tu lo has querido. - sonrió Seth y saligó, llevando a Ania consigo mismo, entrando a la casa y yendo al cuarto de la menor.

Madeline estaba dormida, soñando con Chayanne, en esos sueños no había narices de despertarla hasta que sonase la alarma.

Leah no decía nada, solo esperaba a que volviese Seth.

El chico cerró la puera del cuarto, fue a la cama y tumbó a la chica en su regazo.

Le bajó un poco el pantalón a Ania, lo justo para mostrar su trasero, el cual era tapado por unas braguitas de panda.

Las puso a modo tanga, osea, poniendo la tela en medio del trasero, dejando más piel al aire.

- ¡¿Qué haces?! - Ania se revolvió un poco hasta sentir la primera nalgada de Seth, su rostro se sonrojó un poco - ¿por qué?

- Porque hay que castigar a las niñas malas. - Sonrió y le dio otra nalgada, sintiéndose feliz al ver que la chica no se trataba de escapar de su regazo, sino que recibía con algo de gusto las nalgadas.

Siguió un poco hasta que le dejó su mano marcada, quería mostrar que el era el primero que había podido tocar esas nalgas, no había hecho mucho ruido.

Al dar la última nalgada, a Ania se le escapó un pequeño jadeo que encendió a Seth.

- Muy bien peque. - sonrió recolocando las bragas de ella.

- Cuida a Layla, es lo único que te pido. - susurró ella, eso molestó a Seth, porque "mostraba" que ella no tenía el mismo interés en él como el que él tenía en ella.

- De acuerdo. Pero la próxima vez que me hagas lo mismo, te haré esto. - Sonrió pícaramente.

- ¡¿Qué?! No te hice nada. - se quejó ella, tenía las nalgas rojas.

Seth le besó la mejilla y se fue por la ventana.

Ella notó sus bragas húmedas y, sin saber por qué era, se asqueó, quitandose las bragas y lavandolas.

Luego se puso otras nuevas.

Se fue a dormir con un extraño sentimiento en ella.

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Eclipse Durante El AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora