La 1ª Cita De Ania

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Tras volver a casa, Madeline confirmó que su hija estaba dormida, y lo estaba.

O eso creía ella.

Estaba cansada, eran las 4 am y solo pensaba en desmaquillarse y a dormir.

Cuando efectuó lo dicho, Ania abrió los ojos y se levantó, se vistió normal y salió de la casa.

Quería dar un paseo nocturno, y lo dio, sin pensar a donde iba, solo se dejaba guiar por sus pies.

Un rato después se vio en la casa de los Clearwater.

Quiso saber qué estaría haciendo Seth, así que subió y lo vio acostado con Leyla, dormidos ambos.

Los observó por un rato, ¿cuando había Seth cambiado de novia? Le molestaba cómo estaba comenzando a ser.

No quería que jugase con las chicas, y Leyla era demasiado maja para salir con el corazón roto por culpa de Seth.

Al sentir una presencia, Leyla despertó y lo primero que vio fue a Ania allí.

Al parpadear ya no se encontraba, pero encendió la luz, despertando a Seth.

- ¿qué pasa? - susurró él adormilado.

- Vi a Ania aquí. - respondió la chica.

La ya nombrada veía y oía la escena de lejos, desde un árbol, escondida en la oscuridad.

- Eso es imposible, su casa está a 25 minutos en coche, andando será más del doble. - y era cierto que Seth no olía el aroma de Ania en el cuarto, sólo se fijaba en el de Leyla.

- Pero... - trató de decir la pobre humana, pensando si se habría vuelto loca.

- Lo habrás soñado, anda, ven aquí y dame un beso - susurró Seth cariñosamente.

Comenzaron a besarse y, prontamente, algunas prendas se perdieron en el camino.

Pero no llegaron a hacer mucho, solo masturbarse entre ellos.

Ania había dejado de mirar en cuando se fue la primera camiseta, solo oía los gemidos que trataban de callar y las pequeñas risas.

Se volvió a casa, no sin antes comer un animal mediano que pasaba por ahí.

Al llegar se fue a la cama, sintiéndose de una forma muy extraña.

.

.

.

Un nuevo día comienza, sale el sol, los pájaros cantan, pero Ania tiene las persianas bajadas y la ventana cerrada, así que sigue durmiendo feliz de la vida.

Madeline se levantó con algo de resaca, pero se le pasó rápido.

A las 12 despertó a su hija y decidieron ir a la playa de la Push.

Su madre llevaba una nevera azul con la tapa azul y el asa blanca (comenta si tu tb tenías esa nevera para la playa, no se por qué, pero es la que todos usamos), estaba llena de comida y bebida.

Eran solamente dos, pero comian que daba gusto.

Ambas se pusieron sus biquinis (bueno, Madeline biquini, Ania bañador) y al agua patos, sin crema solar ni nada, si no se quemaban con el solano de España, allí no se iban a quemar ni de coña

El día pasó entre madre e hija (y perro, porque se lo llevaron a la playa) con una alegría increíble.

Comieron allí y pasaron parte de la tarde.

Luego ambas volvieron a casa, a ducharse.

Ania tuvo que correr bastante para prepararse para su cita.

Se puso un brillo de labios cute como toque final y nada más en la cara.

Luego escuchó el timbre de la casa, y, tras dar un grito a su madre de que volvería ya cenada, salió pitando antes de que Madeline se pusiese a curiosear con quien iba o fuese a ponerle hora.

Leah iba con unos vaqueros azules de cintura alta y un pelín acampanados, una camiseta verde claro de tirantes pegada con una camisa por encima.

Llevaba también unos botines con algo de tacón.

Hizo sentir a Ania cómodamente, ya que ella llevaba unos vaqueros cortos y una camiseta de tirantes también, con una camisa de cuadros atada a la cintura por si le daba algo de frío luego.

Iban por la mitad de la calle cuando escucharon un "¡ANIA! ¡VENTEYAPACA!"

Era lo que hacía el vivir en Andalucía, que le daba igual que la escuchase alguien.

La niña no tuvo otra que ir, y su madre le dijo que a las 23.00 pm en casa o castigada sin videojuegos.

Tras eso pudo marcharse con Leah.

Su cita fue muy inocente, eran ellas hablando y pasándolo bien, no llegaron a besarse por timidez, y porque Ania todavía era muy pequeña.

Pero sin duda fue genial.

En los recreativos pasaron unas 2 horas, en las cuales participaron en un torneo y ambas, con sus cualidades sobrenaturales, pudieron ganar obviamente.

Explicaré mejor: el torneo era para conmemorar los 25 años que ese salón recreativo llevaba abierto

Ania en el del juego del baile y Leah en el de los puñetazos a ver quien le daba más fuerte.

Como premio, ambas ganaron un peluche gigante, un pequeño trofeo y una tarjeta por 100$ de cualquier cosa de la tienda de los recreativos, la cual tenía merchandise de películas y otras cosas.

Ania vio muchas cosas de la película "Entrevista con el vampiro" y gastó el dinero en ello, y en un llavero de mejores amigos en forma del Ying y el yang.

En el yang ponía por detrás "Best" y el el Ying "Friends", así que Ania se quedó obviamente con la parte de "Friends"

(Para el que no diferencie,
Yang: blanco con el punto negro.
Ying: negro con el punto blanco.)

Mientras que Leah se había comprado cosas random como algunas camisetas de varios de los videojuegos retro y una figura de un anime llamado "Candy Candy" que vio porque Ania la obligó (Ania tenía tb camisetas de Candy Candy)

Salieron de los recreativos muy felices con sus bolsas enormes llenas de objetos.

Ambas no podían parar de reír hasta llegar al lugar donde cenarían.

Era una típica cafetería americana, pidieron alitas de pollo, aros de cebolla y patatas fritas para compartir, y luego una hamburguesa para cada una.

Ania la pidió no muy hecha, y, cuando se la sirvieron, la camarera dijo que parecía cruda, pero no era así para ella.

Se lo dio a probar a Leah y le gustó bastante.

Al estar menos hecha estaba más jugosa, algo que le encantaba a Ania.

Leah la hizo sonrojar diciendo que habían tenido un beso indirecto porque habían comido del mismo sitio.

Otro gay pannic que le daba a la pobre niña, a este paso moriría antes de dar su primer beso de tantos gay o hetero pannic  que estaba sufriendo.

Cenaron tranquilas y estuvieron en la casa de Ania a las 23.00 pm.

Leah se despidió de ella con un beso en la mejilla y un guiño de ojo.

Dejando a la niña ver cómo se iba en el coche.

Al entrar su madre se puso como loca al ver que la niña había venido con mil cosas cuando solo llevaba para la comida.

Ania le contó todo lo que habían hecho, emocionada, sin contar que era una cita.

Se habían conocido bastante fuera de lo que era estar como lobos, sus gustos... Y otros pequeños detalles que no se ven en la manada.

Ania se fue a dormir muy feliz esa noche

Eclipse Durante El AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora