PELIGRO, PELIGRO

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Ese invierno Renesme y Ania fueron un día con Bella y Jacob a la nieve, este último iba en forma lobuna por si pasaba algo.

- ¡Mira mamá! - llamó Renesme alegremente, normalmente era muy tranquila, pero al jugar con Ania se revolucionaba muy rápido - ¡Ania me hizo un muñeco de nieve!

Jeje, entendí esa referencia (comenta si tu también).

- Es muy bonito pequeña. - sonrió Bella.

Comenzó a nevar y Renesme quiso coger un copo, acción la cual, su madre aprobó.

Ania se encontraba a medio camino de Renesme y Jacob y Bella.

Renesme vio a una mujer. Ania la había visto una vez, en la boda de Bella y Edward.

Era alguien algo inestable hablando de sentimientos, pero no era algo importante para ella pues no era importante en su vida.

- ¿Quien es? - preguntó la menor, abrazando la pata de Jacob.

- Creo que es una de nuestras primas de Denalli. - respondió Bella. - ¡Irina!

Al salir ella huyendo Ania supo que algo iba mal, Bella corrió tras ella, pero el primer instinto tanto de Ania como de Edward fue poner a Renesme a salvo por si pasaba algo.

La adolescente de 16 años subió a Renesme al lomo de Jacob, subiendo ella después detrás de la pequeña y agarrando a la menor para que no cayese al suelo.

Jacob se fue hacia la mansión Cullen, llevando a la niña con su padre.

Casi años después, cuando Renesme ya tenía 12 años, fisicamente hablando, y Ania tuvo 18 años, tuvo una visión, que fue corroborada por otra que tuvo Alice.

Y aquí es donde volvemos al presente después de tanto flash-back.

Los Vulturis vendrían cuando la nieve cuajase.

Era ahora un asunto de temor por la vida de la niña.

Un día, un vampiro estuvo en la casa de Ania, había atacado a su madre la había dejado muy grave en el hospital.

Aquí es donde estamos ahora mismo, en el hospital de la reserva, donde un médico especializado en licantropos está tratando de salvarla, pero no conocía cómo luchar contra heridas provocadas por vampiros.

Seth, al ver el sufrimiento de Ania, decidió hacer lo que pudiese.

Y al único doctor que supiese de cosas de vampiros al que conocía era a Carlisle Cullen.

Este llegó a los minutos, reprochandole levemente a Ania el no haberlo llamado antes.

Otra visión, el vampiro, corriendo por el bosque con sangre de su madre en la ropa.

Ania olfateó el ambiente y sonrió de la forma más macabra y vengativa que cualquiera de los licantropos de la manada presentes ahí habían visto nunca.

Quería venganza y la tendría.

Seth quiso detenerla, pero ella se hizo invisible y corrió a velocidad de vampiro.

Aunque la rastreaba, era muy lento para poder encontrarla.

Sin embargo Ania sí había encontrado al vampiro que había herido a su madre.

De hecho, estaba disfrutando el torturarlo con no poder huir de ella.

Ya lejos de Forks lo agarró y levantó del cuello.

- ¿quién te manda? - gruñó ella, sus ojos estaban rojos y su mirada infundía terror.
Su voz era oscura, llena de odio.

- C-Caius. Por favor, no me mates. - tartamudeó el vampiro.

Por primera vez desde lo ocurrido a los 12 años, Ania vio a la Neófita que habían matado los vulturis, pero estaba a su lado, mirándola con semblante preocupado.

- ¡¿Cuál es tu don?! - gruñó, no quería creer que se estuviese volviendo loca.

- V-veo fantasmas. Puedo hablar con los muertos. - respondió el hombre en un hilo de voz.

- Bien.- se metió en su mente. - quiero que recuerdes cuando atacaste a mi madre.

Al momento de ver ese recuerdo supo la satisfacción y lo bien y superior que esa rata se había sentido. Que no se arrepentía de herirla.

- Te diría la frase de "Si mi madre muere, te mato", pero creo que es mejor que mueras ya. - y, sin más dilación, Ania le arrancó la cabeza en un tirón, quemando el cadáver.

Momentos después llegó Seth en su forma de lobo, con Paul, Jared y Embry.

Ania sólo atinó a abrazar al enorme lobo, buscando refugio en él.

Volvieron, aunque los tres miembros de la manada de Sam se quedaron en el bosque por si había más vampiros cerca. Y para que el fuego no se extendiese.

Horas más tarde resultó ser que Madeline sobreviviría, el vampiro casi la mata, pero con reposo se curaría en 2 o 3 días.

Ania pasó a la habitación.

- Hola pequeña. - sonrío su madre.

- Creí...- la abrazó entre lágrimas.

- Oh no, ni lo pienses, todavía tienes madre para rato. - Bromeó Madeline.

- Dura como una piedra. - anotó Carlisle.- no es tan fácil derrotarla.

- Tiene de los mejores sistemas inmunológicos que vi en licantropos. - apuntó el doctor - en poco estará como siempre.

- Mamá... Te adoro. - susurró la "adolescente".

Al llegar la noche fue sola a casa, su madre seguía en el hospital, era más seguro.

Seth no se separaba de ella en ningún momento, su instinto sobreprotector, además, estaba mimosón.

Pasaron la noche despiertos, bueno, al menos Ania. Seth había tratado de aguantar pero no duró mucho.

Al día siguiente Seth olió el aroma a vampiro en la casa y despertó, encontrando a Ania al fin dormida.

Se levantó con cuidado y cogió el mazo al estilo de Harley Queen que Ania tenía en su cuarto.

Bajó y fue a la cocina para golpear al vampiro, el cual cayó al suelo.

- ¡Au!- se quejó la voz.

- ¿Emmett? - preguntó Ania, quien había oído el grito y bajado al segundo. - ¿Qué haces en el suelo?

- Pregúntale a tu novio... - respondió.

Al mirar a Seth ella frunció el ceño.

- ¿Cuántas veces te dije que vampiros con un leve olor a menta y pino son amigos? - regañó a su novio.

- ¿me perdonas? - inserte même del gato. Seth se disculpó con el hombre.

- Si, pero Ania ¿a quién mataste ayer? Vine para buscarte pero la casa estaba hecha un desastre y había sangre de tu madre en la moqueta. La cual limpié porque luego para sacar la sangre seca...

- Maté a un enviado de Caius para asesinar a mi madre. Creo que quiere eliminarme primero eliminando a mi madre. - respondió ella.

- Y así tendrán algo más de ventaja sobre nosotros cuando vengan. - finalizó Rosalie, quien asustó con su repentina aparición a Seth. - no hay nada más en la casa. Todo pasó aquí.

- Pero ¿por qué matarte? - preguntó Alice - ¿por qué no mejor convencerte para unirte a ellos?

- Porque sabe que nunca nos traicionará. Él es su familia de sangre, pero nosotros somos su familia por sentimiento y en un tiempo por adopción. - respondió Jasper a su amada Alice.

- Tenemos que hacer algo más... necesitaremos ayuda para esto. - suspiró Ania, estaba con esa cara de que se estaba aguantando un cabreo enorme, quería la cabeza de su padre en una bandeja de oro, plata o aunque fuese en chapa. NADIE SE METÍA CON SU MADRE. >:v

Eclipse Durante El AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora