🎶Hoy Es Noche De Sexo🎶

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Antes de nada, seguid la canción del titulo en los comentarios plis.

- Bienvenida ¿dormiste algo pequeña? - sonrió maternalmente Esme al recibirla con su mochila y cosas a la mañana.

Ella asintió, usando el escudo para que Edward no supiese que en realidad ella no durmió nada porque sentía la necesidad de ayudar a todos, pero Renesme rompió su escudo y Edward pudo saber la verdad.

- Miente. No durmió nada. - chocó los 5 con su hija.

- "Connard" - susurró Ania en francés (significa "gilipollas" o "estúpido")

- No me insultes, ahora a dormir.- la mandó Edward

- Tú no mandas. - sacó Ania la lengua. Aveces seguía pareciendo una niña.

- Pero yo si - Esme sonreía con una expresión siniestra en su rostro - Duerme mi dulce Ania.... Ahora. Mismo. - Ese "ahora mismo" lo había dicho separando las palabras, lo cual daba mas cague.

Ella salió corriendo como vampiro a su cuarto propio, se cambió y luego se tiró a la cama.

Por mucho que quisiese aparentar, estaba tan cansada que, en cuanto su mejilla se posó en la almohada y su cuerpo fue tapado por las mantas, se durmió cual bebé.

Varias horas más tarde, unas 17 horas, más tarde, Ania despertó feliz de su sueño.

Se encontró con que debía acompañar a Jacob a pedir la ayuda.

La chica, con 17 años fisicos pero 18 reales, estaba algo asustada. De verdad que no quería hacer preocupar a su pareja, pero debía contárselo.

Al final pasó otra cosa, ella sería la enviada, sola, de hacer ese cometido, pues Jacob iría con Renesme, Edward y Bella al norte, donde el Clan Denali.

Habían decidido tener los máximos testigos posibles de que Renesme era inofensiva, no era un niño inmortal.

Si todo iba bien, vendrían.

El resto de familiares también emprendieron viajes para convencer a los amigos de Carlisle.

No querían pelear, sólo necesitaban testigos.

Y ahí estaba ella, en su forma humana frente a todos los lobos de la tribu Quileute, Seth y Leah incluidos.

- Me es difícil explicar esto. Así que por favor, dejad los gruñidos o los gritos y las preguntas para luego. - pidió la chica, Sam asintió, le guardaba un respeto y cariño a su amiga, por lo que no dejaría que se la comieran viva los más nuevos (no de forma literal).

- Bien... Vengo a pedir ayuda en el nombre de los Cullen, de Jacob Balck y en el mío propio. - esperó a que los pensamientos a gritos de los lobos se calmasen. - los Vulturi, un grupo muy poderoso entre los vampiros, podrían ser como la realeza de esa sociedad, quieren venir y matar tanto a Renesme, la impronta de Jacob, como a todo nuestro aquelarre, osea, los Cullen. Incluida yo. - contó con nerviosismo. - queremos evitar pelear, y tener testigos para que tengamos una oportunidad de ser escuchados. Si no es así necesitaríamos ayuda para matar vampiros. Lo importante sería proteger a la pequeña Renesme.

Algunos le gritaron todo tipo de insultos, pero la mayoría se alegró de poder cargarse a unos cuantos vampiros.

- "¿Cuántos serán?" - preguntó Sam tranquilamente en su forma de lobo.

- No lo se a ciencia cierta, bastantes. Pero no más de 150 seguro. Y no todos lucharán. Algunos tienen dones, pero los que menos. - contó.- últimamente han tratado de enviar a unos cuantos para asesinarme a mi o a mi madre y quitarme de en medio mediante la desestabilización emocional para luego poder matarme. Afortunadamente hay alguien especial que vela por la seguridad de mi madre. - Sonrió a un Seth muy alterado por la información, este se acercó a ella y se puso detrás.

Deberían hablar seriamente más tarde.

- No pediríamos ayuda si la situacion no fuese precaria. Es vida o muerte para nosotros. Y si estamos solos, se inclinará más hacia la muerte. Pero si nos ayudais... Tendremos oportunidades. - finalizó. - además, si entramos en pelea podréis cargaros a todos los vampiros que no estén de nuestro lado.

Eso fue suficiente para terminar de convencerlos, todos aceptaron.

Tiempo después Seth y Ania se encontraban en la casa del mayor hablando.

- ¿Por qué no me lo dijiste al principio? - preguntó él preocupado.

- Por lo mismo por lo que tu no me cuentas que cada vez más vampiros vienen a tratar de matar a mi madre o a ti. Por protegerte. - susurró ella.

- ¿Cómo te has enterado? - preguntó él sorprendido.

- En mi ausencia de últimamente adquirí un poder un tanto inútil en batalla pero útil cuando echas de menos a tus seres queridos. - Sonrió ella - con este don puedo ver a cualquier persona que yo quiera en cualquier parte del mundo, siempre que haya visto su cara anteriormente., y ver lo que hace. - susurró ella.

- ¿Por qué apenas has estado aquí ultimamente? - preguntó de nuevo Seth.

- Porque he tenido que viajar para mejorar mis dones, adquirir más y mejorar mi lucha. - respondió brevemente su novia.

- Pudiste contármelo. - la abrazó él.

- Hubieses venido conmigo y hubiese sido peligroso para ti. Además ¿quién hubiese protegido a mi madre? No la dejo en manos de cualquiera. - se aferró a su pareja.

La madre de Seth y Leah se habían ido de escapada "Madre-hija" unos días hacia unos 30 minutos, así que se encontraban solos.

Esa noche Ania perdió la virginidad, al principio era extraño, experimentaba muchas cosas.

Cuando Seth se abrió paso en el interior de Ania fue un dolor que no sabría describir.

Pero con el tiempo se acostumbró a él, sentían que estaban hechos el uno para el otro, que encajaban perfectamente.

Esa noche Seth fue muy dulce y suave, no lo hizo con tanta energía y rapidez que lo caracterizaba en su día a día, sino lento.

Era cariñoso, como siempre, y la trataba como si fuese a romperse si apretaba un poco más fuerte de la cuenta su cintura.

Al llegar al orgasmo sí que apretó, con firmeza pero sin mucha fuerza. Sus manos eran tan calientes que ella sentía que podría arder con su tatcto.

Por cierto, llevaba globito, gorrito, preservativo, condón, sombrero, coml queráis llamarlo. Aquí no somos de mos que malenseñan a los pequeños. Además de que aquí los embarazos existen, no estamos en uno de esos fanfics que por mucho que los protagonistas tengan sexo sin protección (otro nombre del preservativo) no tienen las llamadas "bendiciones".

Aquí hay posibilidad de que tengan y posibilidad de que no, así que, por si las moscas, se pone el forrito y santas pascuas.

Ese orgasmo había sido intenso, fue la primera vez que Seth lo disfrutaba tanto y Ania era la primera vez que lo disfrutaba, pero estaba segura de que con ninguno lo disfrutaría de la misma manera que con él.

Porque él era su todo.

Fue casi mágico y hubiese sido genial poder contaros que al despertar Ania se levantó y fue a hacer el desayuno.

Pero lo que pasó fue algo así:

Ania se despertó por la mañana y Sonrió al ver el rostro relajado de su novio a su lado.

Lo observó como tonta por 15 minutos, tras los cuales él despertó.

Al tratar de levantar notó sus piernas entumecidas y, sumadas al dolor tras la noche de pasión, su cuerpo cayó hacia delante.

- ¿Estás bien amor? - rió el chico ayudándola a levantarse.

- ¿Istis biin imir? - imitó ella sarcásticamente - me duele y me he caído.

- El dolor desaparecerá en un rato. - y Seth fue tranquilamenre a hacer el desayuno para ambos mientras ella trataba de aprender a caminar con esa molestia.

Si, no tan "mágico" como cualquiera sueña, pero era más... Ellos.

Eclipse Durante El AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora