Asedio

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*Todas las imágenes presentadas aquí no me pertenecen, todos los créditos a su respectivo autor*

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—A veces tienes tanta suerte

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—A veces tienes tanta suerte.-solto Karin de repente.

—¿Por qué lo dices?

—Y preguntas por qué,  siempre metes tu cuchara en sopas ajenas.

—Lo dices por hoy.

—No solo por hoy, admiro tanto el que defiendas a los demás, pero eso te genera solo  problemas y no estas para esas cosas sabes ademas... bueno tu sabes que cuento con un sexto sentido.

—Si, ya se, tu sexto sentido- dijo Hinata sarcásticamente —El que te avisa cuando va a llover.- karin la miro con seriedad. —Bueno dime que te dijo tu sexto sentido.

—Veras, después de que regresaras al trabajo, sentí un escalofrió como si algo malo fuese a pasar, creí que te despedirían pero no paso, aun así esa sensación no desaparece.

—No deberías poner atención a ese sentimiento o sensación, solo logras preocuparte por nada.

—Hinata no lo digo por decir, la verdad me preocupas.

—No veo por qué, no fui despedida, tal vez se trate que cuestiones económicas, la mayoría de la gente en la villa vive apretada por eso, y ni se diga mi familia. 

—Sí, seguro que es eso –dijo Karin bajando la mirada.

—Oye aprovechado que los pedidos están completos, ¿que harás en los dos días libres que tenemos?

—Nada, supongo que ayudar en la taberna de mi padre, es lo que normalmente hago, bueno, además de reunirnos en el lago como siempre.

—Estoy considerando hacer algo más para reunir más dinero y llevar un digno banquete a la mesa de mi familia, como ya no repartiré leche.

—Creo que te exiges demasiado, uno no se hace rico de la noche a la mañana.

—Y quien hablo de hacerse rico, sabes que no busco eso, solo quiero que mis padres no tengan que fingir estar satisfechos cada vez que Neji quiere un bocado más.

Suspiro en la soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora