Capítulo 4

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- Jimin, Jimin...– le llamó una vez más la voz de Jungkook y la humedad de un pañuelo mojado sobre su frente lo hizo finalmente volver en sí. Cuando abrió los ojos se encontraba recostado sobre el sofá y el joven arrodillado a su lado le sostenía la mano mientras le retiraba el pañuelo del rostro. –¿Estás bien ahora? ¡Por Dios, me asustaste!

- ¿Qué sucedió?... – preguntó el pelinegro confundido.

- Te pusiste pálido y perdiste el conocimiento... – dijo el castaño con una seriedad que Jimin no recordaba haber visto nunca antes en el joven. Sin embargo, un momento después, cuando Jungkook pudo constatar que el color regresaba lentamente a las mejillas del chico, una chispa característica apareció de nuevo en sus ojos...

–Vaya sé bien que tengo un efecto devastador en las personas, pero nunca pensé que te afectara tanto el verme.

- No me vengas con mierdas, y no seas imbécil Jungkook...– contestó Jimin reaccionando inmediatamente a las palabras burlonas del castaño...

–Esperaba que entrara el vejete libidinoso que me imagino será mi pretendiente, y en lugar de él entraste tú...No te he visto en un buen tiempo, y de repente te apareces así como así...Cualquiera se desconcertaría...¿Qué carajo  estás haciendo aquí? ¿Cómo entraste a la casa?

- Los vejetes libidinosos como yo tenemos recursos diversos para entrar a las mansiones de los jóvenes que pretendemos seducir...– repuso Jungkook con una sonrisa sarcástica.

Jimin abrió los ojos de par en par y por unos breves momentos no pudo articular palabra. Por más que intentaba darle vueltas a lo que el castaño acaba de decirle no alcanzaba a encontrarle el sentido. En parte porque sentía que estaba viviendo en medio de una pesadilla de esas que parecen no tener ni pies ni cabeza, y por la otra porque el corazón le latía salvajemente al percibir la presencia del joven a escasos centímetros de él.

- ¿Qué es lo que dijiste?- preguntó Jimin al fin y su voz sonó enronquecida por la confusión.

- Que yo soy el pretendiente con quien se supone tienes que hablar. Pero siento decepcionarte, no tengo tantos años como esperabas.

- ¿Pretendiente? ¿Tú? ¿Pero de qué carajo estás hablando? –exclamó el pelinegro confundido mientras intentaba de incorporarse... –Primero me quieren forzar a una boda mercenaria con Im Jaebum y luego tú vienes a decirme que quieres casarte conmigo

- ¿Acaso todos han perdido la razón? Tú bien sabes que entre tú y yo no puede haber nada...- Dijo Jimin alterado ante la situación

La sonrisa de Jungkook se borró lentamente y por una fracción de segundo las sienes se le tensaron. Sin embargo, al segundo siguiente su rostro había recobrado la serenidad y pudo contestar con su acostumbrada frescura.

- ¿Es acaso tan descabellado que yo pida tu mano, Jimin? Tu familia no lo ve así....Al contrario, tu Tía Abuela parece bastante inclinada a aceptar la idea.

Jimin se llevó una mano a la frente. Estaba a punto de volverse loco. Cuántas veces había soñado con que Jungkook volviera a su lado y le pidiera matrimonio, pero ahora, en esas circunstancias, todo parecía estar fuera de lugar... y siempre estaba ahí presente el otro problema . . . Choi Seung Cheol.

LA TRAMPA DEL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora