LA TRAMPA DEL AMOR

Capítulo 3

Avisarme Cualquier Error

Hace 6 años......

Jimin había sido enviado a estudiar a Londres en el Real colegio Magister por el Tío Abuelo para su formación. Todos los jóvenes de las grandes familias adineradas asistían para hacer de ellos grandes profesionales que les permitieran desarrollar conocimientos para así garantizar el futuro y la estabilidad económica de las familias de alto abolengo.

El primer día que el joven pelinegro asistió a dicha escuela en contra de su voluntad, estaba lleno de incertidumbre por no saber qué le deparaba el destino. Lejos de su hogar en un país lejano, su mente divagaba entre los recuerdo de su infancia, cuando corría por aquella colina en compañía de los niños que junto a él habían abandonado desde muy pequeños en la casa hogar que los albergó dándole comida, ropa pero sobre todo mucho amor de las dos mujeres que él consideraba sus madres, y que luego de haber cumplido los 7 años de edad había sido llevado por una gran familia adinerada para que sirviera de compañía a los niños de la casa pero Jaebum y Yugyeom sólo le hicieron la vida imposible mediante maltratos y mentiras para rebajarlo a sólo un sirviente humillándolo aún más mandándolo a dormir en el establo de la mansión en compañía de los caballos que ahí se encontraban.

Jimin siempre había sido un niño con rasgos delicados y muy finos a pesar de su corta edad, siempre amable y gentil con todo aquel que lo rodeaba y ganándose el cariño de cada uno de ellos, fue así como conoció a un joven chico con dos años mayor que él, el cual, era primo lejano de los Im y que muchas veces tuvo en desacuerdo con ellos por maltratar al joven pelinegro hasta que su paciencia llegó a tal límite que le pidió al Sr. Park que intercediera y tomara a Jimin bajo su tutela, finalmente el pelinegro había sido adoptado por la familia Park, una de las más respetada de descendencia coreana y más poderosa de los Estados Unidos convirtiéndolo en el futuro heredero del gran imperio y por ende con mayor abolengo que los Im cosa que desagradó mucho a los malvados hermanos.

Pasados los días hizo nuevos amigos pero al mismo tiempo enemigos que eran compañeros de los hermanos Im, lo perseguían y lo molestaban todo el tiempo, Jimin durante el día sacaba a relucir la fiera que siempre había llevado dentro y que tanto su Tía Abuela la Sra. Hyuna detestaba, pero por las noches en la soledad de su habitación, lloraba sin ánimos de seguir luchando hasta quedarse dormido.

El pelinegro siempre con la cara bien en alto se paseaba todos los días por el gran colegio pero cada vez que tenía un descanso corría a un campo abierto que tanto se parecía al hogar de su infancia y que había descubierto una vez que había escapado de los hermanos Im y sus escorias, allí hallaba la paz que tanto necesitaba armándose de valor para regresar a su diario sufrimiento.

Uno de esos días en que se encontraba sumido en sus pensamientos, no se percató que había sido acorralado por los hermanos  para humillarlo delante de sus compañeros diciéndole que se regresara a su orfanato ya que él no pertenecía a ese lugar y que ensuciaba al colegio con su sola presencia, Jimin ya sin energía de seguir luchando se dio por vencido y cerró los ojos solo esperando el primer impacto.

Estaban a punto de golpearlo cuando de la nada apareció un chico inglés para salvarlo enfrentándose a los que él consideraba mierda americana. A Jimin se le cortó la respiración de solo ver como el joven golpeaba a cada uno haciéndoles correr como los cobardes que siempre habían sido, era Jeon Jungkook.

Jeon Jungkook, era hijo de uno del Duque de Inglaterra Jeon Namjoon, alto, pelo castaño, cuerpo bien proporcionado en toda su extensión y con los ojos  verdiazules, rebelde y de aspecto misterioso y que más de uno cayó rendido a sus pies.

No asistía a clases pero nunca le ponían malas notas porque su padre hacía donaciones con fuertes sumas de dinero al colegio en compensación por el mal comportamiento de su hijo.

Jungkook, siempre tan sombrío, no permitía ningún tipo de acercamiento, hacía lo que quería, cuando lo quería y como lo quería, nunca le importaba las opiniones de los demás  ni mucho menos los castigos que los maestros le ponían ya que para él era casi a diario, Mejor así no tengo mierda americana a mi alrededor solía decir

Ese día Jungkook paseaba cerca de la colina, al igual que Jimin encontraba paz en medio del silencio. Sin embargo, por jugarretas del destino jamás habían coincidido

Cuando Jimin estaba en clases, él estaba en su momento de paz en la colina y cuando Jimin se dirigía a su zona de tranquilidad Jungkook se refugiaba en su habitación.

-¿Estás Bien? -le preguntó el castaño al pelinegro que aún se encontraba en estado shock.

Jimin sabía quién era Jeon Jungkook, todo el mundo hablaba de él, por su rebeldía, por su misterio pero sobre todo por su belleza. Siempre le había intrigado pero al mismo tiempo sentía cierta atracción por ese chico que acababa de salvarlo.

-Eh- fue lo único que articuló Jimin después de salir de su letargo.

-Qué si te encuentras bien?...-Preguntó el castaño con una leve sonrisa en la comisura de sus labios, pues le resultaba muy gracioso la manera en como Jimin se había quedado paralizado con los labios levemente separados y viéndolo con los ojos muy abiertos

-Siiii!...-Dijo el pelinegro arrastrando la palabra

-Gracias...- Fijo Jimin bajando un poco la mirada

Jungkook sabía de la existencia de Jimin desde que lo vio la primera vez no podía creer que culo se gastaba el pelinegro

-Dios!!!! Que culo te gastas ...- Se dijo así mismo una vez que lo vio caminar por unos de los pasillos sin Jimin darse cuenta, rodeó el colegio para verlo de frente- Oh por Dios que boquita, como me encantaría verla rodear mi polla

Desde ese día para Jungkook era imposible no fijar sus ojos en ese chico que lo traía por la calle de la amargura y con una erección diaria cada vez que se imaginaba follando al culón como solía llamarlo. Desde las sombras podía grabar sus expresiones, sus risas, la manera en cómo movía los labios cuando comía y cómo meneaba ese durazno carnoso que llevaba en la parte trasera de su anatomía.

_ No me la des, no lo hice para defenderte- dijo Jungkook un poco burlón.

-Ah No?- preguntó Jimin desconcertado

- No, en realidad tenía tiempo queriendo golpear a la mierda americana, el que tú estuvieses en medio no tiene caso, solo vi la oportunidad y la aproveché.

- Pero pensé que me ayudabas- dijo el pelinegro un poco desconcertado

- Pues no te hagas ilusiones culón, solo quería hacer ejercicio un poco.

- Cómo me llamaste?...- preguntó Jimin sintiendo como la furia empezaba a tomar control sobre él

 - Como lo escuchaste CULÓN, C-U-L-Ó-N...-Dijo el castaño con una sonrisa en la cara

- Pedazo de imbécil ahora vas a sentir como una mierda americana te deja sin huevos con que procrear...- Dijo Jimin rojo de la furia

- No lo creo, además mi tiempo de deporte ya acabó- dijo Jungkook dando unos pasos para estar cerca de Jimin...- A menos que quieras ayudarme a ejercitarme horizontalmente... - Dijo el castaño esta vez a centímetros del rostro de Jimin.

El pelinegro estuvo a punto de decir algo pero la cercanía que tenía con Jungkook lo había descolocado de tal manera que la ira que segundos antes sentía recorrer todo su cuerpo se había desvanecido para dar paso a los nervios.

-Yo..- fue lo único que pudo decir

- Tú qué?- preguntó Jungkook ahora rozando los labios de Jimin.

- No.... Demonios qué me pasa...- Era lo que pensaba Jimin

- Eso pensé- dijo Jungkook mirando a los ojos de Jimin- Llámame si quieres ser mi entrenador particular de manera horizontal- dijo Jungkook apretando uno de los glúteos de Jimin haciendo sobresaltarse un poco para atrapar su labio inferior y succionarlo a medida que se separaba de él.

- Sabes delicioso CULÓN- dijo Jungkook guiñandole un ojo al pelinegro para darse vuelta y salir lo más rápido posible antes de que Jimin se diera cuenta de cómo lo había llamado.

- Qué carajos fue eso Jungkook?- se preguntaba el castaño mientras se alejaba rápidamente de lo que el llamaba su perdición