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Maratón:
3/3
¡Las cosas habían ocurrido tan de improvisto!... El inesperado engaño de Jimin con el simple propósito de darle una sorpresa había sido desconcertante. Luego, la revelación de aquel regalo sencillo, pero a la vez elocuente, había terminado por derrumbar los ya desvencijados vestigios de su autocontrol
Simplemente no había podido evitar aquel beso. Afortunadamente para el castaño no había nada de qué arrepentirse. Todo lo contrario, al sentir aquella callada aceptación por parte del pelinegro, sólo podía lamentarse el no haberse atrevido antes a tomarlo entre sus brazos y decirle con caricias todo lo que su corazón guardaba para él
Dando vueltas sin sentido en su habitación, incapaz de controlar la euforia del momento, Jungkook no cabía en sí de alegría y a la vez no alcanzaba a dominar su frustración. Apenas si podía creer su suerte. Aún más, apenas si podía comprender cómo es que había podido controlarse. Hubiese sido tan fácil volver a besarlo y después simplemente dejar que la seducción del momento los llevara hasta el punto que él tanto deseaba
Al ir a su camerino a cambiarse había dudado un tanto al respecto de cómo actuar cuando volviese a estar a solas con Jimin
Después de considerarlo por unos instantes se había resuelto a que tan pronto como subieran al auto encontraría la manera de explicar todas aquellas cosas que aún quedaban pendientes entre los dos. Sabía bien que a pesar de aquel increíble momento vivido en el escenario era necesario que entre ellos se aclarasen algunas cosas. Desafortunadamente, sus resoluciones se esfumaron por completo al encontrarse de nuevo envuelto en la deliciosa intimidad que les brindaba el asiento trasero del auto. Antes de poder hacer algo racional, el corazón y el deseo habían ya dado rienda suelta a sus impulsos. Nunca había sido fácil para él convertir los sentimientos en confesiones amorosas . . .
¿Era acaso necesario hacerlo cuando ya los actos parecían haberlo dicho todo?
Sin embargo, al entrar a la casa las cosas habían cambiado. Por una extraña razón, la confianza con que Jimin se había entregado a sus primeras caricias había desaparecido. Era evidente que algo parecía molestarle. Posiblemente era que simplemente necesitaba tiempo...
¡TIEMPO!
¿Qué no habían sido suficientes seis meses?.... Sin contar todos estos años?
Qué más tiempo quería?
Toda lógica parecía seguir el mismo rumbo de sus deseos.
¿No somos acaso esposos? ...Si después de todo yo lo quiero y él aún me corresponde, no sé qué más necesita Jimin para entregárseme.. ¿Qué fue lo que lo hizo dudar?...
Jungkook necesitó echar mano de todas sus fuerzas para no dejarse llevar por los instintos en esos momentos. Nunca había intentado siquiera el forzar a persona alguna para gozar de sus favores. No iba a empezar a hacerlo justo con el ser que amaba. No obstante, el creer firmemente en un principio no implica necesariamente que sea fácil aplicarlo
El sólo argumento que había mantenido sus impulsos bajo control había sido su profundo anhelo de ganar el corazón de su esposo por completo. Tenerlo en su lecho no significaba nada si Jimin no accedía a compartir con él su alma
Tendría que ser aún más paciente. Había conseguido que él le prometiera acompañarlo a la gira y eso ya era una ventaja enorme. Estaba seguro de que durante esos días el pelinegro terminaría accediendo a ser su esposo de hecho como lo era ya de derecho. Sin embargo, el saberlo a tan sólo unos metros de distancia y tener que aguardar a que su esposo se decidiera se estaba volviendo insoportable
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LA TRAMPA DEL AMOR
Hayran KurguJimin fue adoptado a muy temprana edad por una de las Familias más poderosa de los Estado Unidos, convirtiéndolo en el futuro heredero de ese gran imperio. Joven, rebelde, de principios e ideales diferente a los estándares de la sociedad va en co...