Capítulo 14

3.4K 393 25
                                    


Avisarme Cualquier Error

La lluvia no había parado en todo el día. Desde la ventana del salón de té Jimin podía mirar a unos cuantos transeúntes que intentaban correr a resguardarse del chaparrón. Ni siquiera en un día tan poco tentador para salir a la calle se podía decir que Nueva York descansase de su acostumbrado ajetreo. Irónicamente, en el interior de la lujosa "Town House" en donde él vivía desde hacía tres meses, los días transcurrían con aparente placidez

Después de haber tomado las decisiones cotidianas en cuanto a la lista de compras, el menú para la cena y la ropa que debería almidonarse antes de ser planchada, el joven heredero se había retirado por un momento a su salón de té para leer a solas y atender su correspondencia

 Extrañaba el ajetreo del trabajo en el hospital, el olor a antisépticos y la adrenalina corriendo en la sala de emergencias. No obstante, su presente situación lo había obligado a un retiro temporal por causa de las crecientes sospechas de una posible venganza por parte de los Im

Los sirvientes habían visto a un hombre rondando el vecindario y mirando constantemente hacia la casa. Además, en más de una ocasión alguien conduciendo un auto distinto cada vez, había seguido al coche de los Jeon cuando Jimin salía a hacer alguna diligencia

Jungkook había dado parte a la policía, pero como quien quiera que fuese que les estaba vigilando había sido extremadamente cuidadoso en no dejar pistas, hasta el momento no se había podido hacer nada en concreto.

Si Jimin hubiese podido decidir sobre el asunto seguramente habría tomado menos precauciones, pero era prácticamente imposible convencer a Jungkook de que no era necesario ser tan desconfiado

El castaño no había desistido en su empeño hasta convencerlo de que por el año que estarían juntos era mejor que el pelinegro se mantuviera en casa y que por ninguna razón saliese si no era acompañado de él mismo o del chofer, que era un sirviente de la plena confianza del propio Jungkook

Así pues, Jimin se había visto obligado a concentrarse en llevar a cabo su papel de recién casado lo mejor posible. No sin muchos traspiés se había iniciado en la administración de la nueva casa que su marido había adquirido semanas antes de contraer matrimonio con él. No obstante, aún después de tres meses, el joven heredero sentía que tenía todavía mucho que aprender al respecto y en cierta forma se sentía agradecido de que las actividades domésticas le dieran algo en qué pensar que no fuese la extraña situación que vivía al lado de Jeon

Jimin soltó con desgano el libro que la ocupaba y sin percatarse, dejó escapar un prolongado suspiro. Las cosas habían sido tan extrañas... vivir al lado de un hombre que representaba un cotidiano enigma era desesperadamente desgastante

Después de aquella tan extraña noche de bodas, el pelinegro había viajado con su flamante marido directamente a Nueva York. El viaje había transcurrido en un sepulcral silencio que Jimin intentó en vano romper hasta que finalmente se dio por vencido

Por una extraña razón Jungkook había elegido que era mejor mantenerse a distancia. Era como si estuviera molesto con él por un motivo desconocido... o como si su presencia lo incomodara

Sin embargo, al llegar a Nueva York, donde la prensa los esperaba impaciente, de nuevo Jungkook se había mostrado atento y hasta afectuoso con su esposo mientras los reporteros les fotografiaban y les hacían preguntas

Desafortunadamente para Jimin, aquel cambio duró apenas una hora, pues al volver a estar solos el hombre había regresado a su mutismo. Esos cambios desconcertantes se hicieron una constante en las semanas que siguieron

LA TRAMPA DEL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora